19.- HERMANO NICEFORO LÉON
Cyprien Maillon
1895 + 13 IV 1916
Cyprien nació en Freycener —Lacuche, en el Puy, miembro de una familia muy cristiana que le infundió una tierna piedad. Sus buenas disposiciones, junto con su conocimiento notable del catecismo, le permitieron ser admitido a la Primera Comunión a la edad de los diez años. Fue en ese momento que escuchó el llamado divino y no tardó mucho en manifestar su deseo de ir a reunirse con su hermano mayor, ya miembro de nuestro Instituto.
Después de un tiempo de haber convivido con los Hermanos en Monistrol sur Loire, entró al Noviciado Menor y, en el mes de agosto de 1908 fue enviado a Premiá del Mar, España. En ese nuevo medio continuó siendo el joven aplicado, piadoso, como lo fue también en el Noviciado y en el Escolasticado de Lembecq. En noviembre de 1913 se embarcó con destino a México, con siete Hermanos más que reforzarían el Distrito mexicano.
Algunos días después de su llegada nuestro Hermano fue enviado a Toluca para encargarse de la clase de los pequeños. Su inicio fue feliz, pronto obtuvo silencio, silencio y adelanto académico en sus alumnos. Su gran entrega al apostolado de la escuela se vio cortado por los acontecimientos revolucionarios de 1914, rompiendo las esperanzas fundadas de nuevas realizaciones; expulsados, algunos brutalmente, se refugiaron en Cuba, los Estados Unidos o bien regresaron a su Patria. Habiendo recibido la sugerencia de reunirse todos en San Borja, el Hermano Nicéforo León, no quiso dejar la comunidad hasta que recibieron la orden de abandonar el país. Después de una corta estancia en Cuba, fue designado a los Estados Unidos, con la finalidad de estudiar inglés. Estuvo algunos meses en el Escolasticado de Pocantico Hills, siendo después enviado a la comunidad francesa de Fall River. La clase que le confiaron era numerosa y los resultados no correspondían plenamente a sus esfuerzos y dedicación. Fue enviado a la correccional de Nueva York, al inicio del año escolar de 1915. Poco tiempo después comenzó a quejarse de dolores intestinales y, por orden del médico fue internado en el Hospital de San Francisco, donde le practicaron una operación de apéndice. Durante su estancia en el hospital recibía con frecuencia la visita de los Hermanos mexicanos en Nueva York, mostrándose complacido y agradecido por esas visitas. Quedaba sorprendido de tantas atenciones y les decía: "Todavía no hago nada por el Instituto, para que me traten con tanta bondad". Cuando salió del Hospital fue llevado a la enfermería de Pocantico Hills donde acabó su corta carrera.
La enfermedad minaba la salud del Hermano Nicéforo León y pronto toda esperanza de curación desapareció. Se hacía la ilusión, corno todos os enfermos, pero cada día sus fuerzas disminuían, comprendió que su fin estaba próximo y aceptó con agradecimiento los últimos sacramentos, que le fueron administrados el 2 de abril de 1916. Nuestro Hermano vivió aún once días, continuando con sus lecturas piadosas y sus visitas al Santísimo. El 13 de abril, el Hermano Visitador de México fue a verlo y por la tarde se le vio más cansado; el Hermano Visitador estuvo a su lado todo el día. Al anochecer el Hermano enfermero se dio cuenta de que estaba en agonía, la comunidad rezó las oraciones de la recomendación del alma y, apenas terminada la oración el Hermano Nicéforo León se durmió apaciblemente en el Señor.