10.- HERMANO NESTOR VITORIC
Batiste Philippe Rascalon
1888 + 4 IX 1910
Nació en la Canourgue, diócesis de Mende, perteneció a la comunidad de Saltillo, donde falleció el 4 de septiembre de 1910.
Tocado por la gracia en el retiro de preparación para la Primera Comunión deseó consagrarse a Dios en nuestro Instituto que él conoció y frecuentó las clases que tenían los Hermanos en san Germain de Teil.
Se inició en la vida religiosa en el Noviciado Menor de Vals, de 1901 a 1904, hasta que esta casa tuvo que ser cerrada. El joven aspirante rogaba a Nuestra Señora de Francia y puso su futuro bajo su maternal protección. Su oración no fue en vano, pues de haber pasado algunos meses en su patriarcal familia, donde fue la admiración de sus compañeros de niñez, solicitó y fue admitido en el Noviciado de Bettange sur Mess, en Luxemburgo.
Terminado su tiempo de noviciado, el Hermano Nestor Victoric pasó al Escolasticado de Lembecq en 1907. El demonio de la melancolía intenta oscurecer su vida, pues le presenta un futuro lleno de incertidumbres; el joven escolástico lucha contra esto y triunfa de la prueba, gracias a un renovado fervor y una unión más íntima con Jesús Eucaristía. De ahí en adelante, con el permiso del confesor, la Eucaristía fue su alimento cotidiano, practica a la que fue fiel hasta el día de su muerte.
En noviembre del mismo año escribió en su cuaderno de notas: "Yo acabo de hacer con Dios, por mediación de María Santísima, el voto heroico en favor de las almas del purgatorio. María ha parecido contenta de mi generosidad y, en recompensa, me hizo ver el estado de mi alma; yo sentí después de esto un gran amor por la virtud y un apego a mi vocación de Hermano de las Escuelas Cristianas."
Un año y medio se consagró al estudio de la lengua española, que preparo a nuestro Hermano a su misión y, hacia el final de 1908 se embarcó hacia México. Pocos días después de su llegada la obediencia le designa como campo de apostolado la clase de los pequeños del Orfanatorio de Saltillo.
Muy corto fue su trabajo activo, pero en es te poco cualidades de un buen maestro y excelente educador. En pocas semanas adquirió un ascendiente extraordinario sobre los 80 o 90 alumnos que le fueron confiados.
Les hablaba de Nuestro Señor y de su divina Madre con una fe profunda, que inflamaba a los jóvenes corazones.
En Comunidad, el H. Nestor- Victoric, aunque era poco expresivo, no por eso era menos apreciado. Su piedad se manifestaba en la capilla por su respeto y su modestia. Al final de las vacaciones de 1910, se dedicó al trabajo intelectual con una rara energía, pero, la enfermedad, que pronto manifiesta sus primeros síntomas, al final del mes de julio el médico cree que es el inicio de una fiebre tifoidea y, pocos días después, el médico se felicitaba por haber atacado el mal.
Admitido a seguir los Grandes Ejercicios, en el mes de noviembre siguiente, nuestro Hermano no tomó parte en los ejercicios anuales del mes de agosto; autorizado para hacer sus votos trienales por los Superiores, los difirió hasta el fin de sus grandes ejercicios. Estaba en espera para reiniciar su clase él lo de septiembre, pero sus fuerzas traicionaron su valor, ya que la fiebre se recrudece y, el médico ve su estado sin remedio; se manda llamar al confesor, algunas horas después.
Al día siguiente la crisis regresa más violenta y el enfermo se siente ya a las puertas de la muerte. Poco después recibe la Extrema Unción y la Indulgencia Plenaria. El domingo por la mañana vuelve a recibir el Viático. Durante el día, en sus momentos de lucidez, se preocupaba de su retiro y se resignaba a cumplir la Santa Voluntad de Dios sobre él.
Durante la tarde el enfermo empeora y se hace venir a un padre Jesuita, que acudió al momento y le da la última absolución; mientras tanto, toda la comunidad estaba a su alrededor recitando las oraciones de los agonizantes.
El enfermo dio una última mirada con gran amor, acompañada de una amable sonrisa hacia la imagen del Sagrado Corazón, suspendida en la pared y se durmió dulcemente en el Señor, el 4 de septiembre de 1910 (Traducción de la Noticia Necrológica del II trimestre de 1910 realizada por el Hno. Juan Ignacio Alba).