Como María...
Como Isabel
(Lc 1, 38-45)
" La oración contemplativa nos capacita para ver las oportunidades de crecimiento espiritual que están presentes, día a día, en la vida cotidiana.
Si se está realmente transformado, se puede estar caminando por la calle, tomando una taza de té, o saludando a alguien y estar vertiendo la Presencia de Dios en el mundo.
La motivación lo es todo...
Cuando el amor a Jesús es la motivación fundamental, las acciones comunes transmiten amor divino"