"En la contemplación no es necesario que se agregue nada nuevo.
Lo nuevo, lo emocionante, lo que podría sorprendernos está aquí, desde el principio.
Tú estás aquí desde el principio, pero no te percibes conscientemente.
Dios está aquí y tampoco lo percibes.
El presente como tal está aquí pero no lo ves.
El ser está aquí pero no reparas en él.
Si permaneces quieto en la respiración, en las manos y en el Nombre de Jesús,
irá desapareciendo lo que recubre tu verdadero ser,
y el presente pasará a ocupar el centro, y con ello la presencia de Cristo resucitado , q
ue todo lo penetra con su bondad.
Solo tomas conciencia de lo que estuvo aquí desde siempre..."