" Permanecer en la percepción es estar a la escucha de algo, aunque aún no se oiga nada, aunque no sintamos nada.
Cuanto menos aparezca lo que normalmente nos ocupa y nos ata, tanto más pasa a ocupar el centro el presente y con ello, la presencia de Cristo Resucitado que todo lo penetra con su bondad.
Nos hacemos uno con Él.
Esto se da en la percepción:
solo tomamos conciencia de lo que está aquí desde siempre: Su Presencia.
Y la paz que eternamente descansa en sí misma y el amor concreto que fluye de Él ".