"La oración tiene sus raíces en el silencio interior.
Es un abrirse de la mente y del corazón, del cuerpo y de las emociones, de nuestro ser entero a Dios, más allá de las palabras, pensamientos o emociones.
Cuál es, entonces, la esencia de la oración contemplativa?
El camino de la fe pura. Nada más.
No es necesario que la sientas, sino que la practiques."