" En la oración contemplativa, recorremos un camino mucho más concreto.
No nos "preguntamos" por nuestra fe en Dios.
Nos centramos en la realidad y contemplamos qué es lo que nos llega de allí.
Aprendemos a percibir lo que está.
No nos interesa tener una imagen de Dios o no tenerla, pues lo vivimos en su inmediatez.
La percepción del presente es el paso previo a la percepción de la presencia de Dios.
Porque Dios está aquí.
No lo percibimos porque nuestra percepción es aún muy débil.
No es necesario tener conceptos, nociones o imágenes de Él, dado que recorremos el camino de la experiencia.
Percibimos el presente y al hacernos más sensibles y permeables, nos abrimos a la Presencia de Dios.
En la vida eterna no nos representaremos a Dios, sino que lo contemplaremos..
La vida eterna comienza aquí.
Nuestro camino es muy concreto, y está firmemente asentado en la tierra. "
F. Jalics