Hace unos 20.000 años, durante la cuarta y última glaciación de la era cuaternaria, el hombre vagaba por la Tierra en busca de caza y recolectando frutos allí donde los hallaba. Cuando un grupo humano llegaba a una zona rica en caza o en vegetación comestible, establecían campamentos temporales hasta agotar los recursos, pero algunos se encontraron con parajes especialmente fértiles, hasta el punto de que se regeneraban antes de ser agotados, de modo que poco a poco fueron surgiendo campamentos estables o poblados dedicados a la caza y la recolección. Así fue como el hombre se hizo sedentario.
El Mesolítico comenzaría con la transición del Pleistoceno al Holoceno, hace unos 12000 años, y finalizaría con la aparición de los modos de vida productores/neolíticos, cuya cronología varía mucho de unas regiones a otras y de un continente a otro: mientras que en el Próximo Oriente fue sobre el 9000 a.C., en Escandinavia y ciertas áreas de la Europa atlántica no se produjo hasta el 4000 a.C. Esta época estuvo marcada por el final de la era glacial y la progresiva implantación de un clima templado/cálido que permitió el aumento de los bosques y la biodiversidad, aunque también provocó la inundación de amplias zonas costeras. Cambios que influyeron necesariamente en el comportamiento y en la cultura material de los humanos de la época.
Microlitos encontrados en Haspelmoor, Alemania.
Expansión del neolítico a partir de Oriente Medio
Al finalizar la Glaciación wisconsiense o de Würm, comenzó un cambio climático que permitió la extensión de los bosques en Eurasia y Norteamérica, pero provocó también la formación de amplias fajas esteparias y/o semidesérticas alrededor de los trópicos. Como consecuencia de estos cambios se extinguieron o emigraron los grandes mamíferos que suponían la base de la dieta del hombre del Paleolítico Superior: el mamut lanudo y el rinoceronte lanudo, entre otros, desaparecieron, y animales como el reno y el bisonte emigraron hacia el norte. Por el contrario prosperaron animales de costumbres menos gregarias, cuya caza resultaba más compleja: el ciervo y el jabalí. Para cazarlos el hombre utilizó, probablemente, perros, el primer animal que domesticó, ya a finales del Paleolítico Superior en Europa occidental. La dieta se diversificó enormemente, incluyendo entonces otros pequeños mamíferos y aves como los gansos, tordos, faisanes, arrendajos, palomas, etc. La recolección de frutos y raíces se extendió, y aumentó espectacularmente el consumo de caracoles y conchas, como lo demuestran los enormes concheros de la vertiente atlántica europea y los caracoleros de las cuevas pirenaicas. También se comenzó a desarrollar la pesca fuera de la costa, en mar abierto.
Conchero gigantesco de varios kilómetros de longitud y decenas de metros de altura en el Parque Nacional del Banco de Arguin, Mauritania.
Instrumentos de caza, pesca y recolección en el Mesolítico.
Se fabricaron trineos, en un principio tirados por humanos y luego por perros, y canoas hechas con pieles o cortezas de árboles. De la corteza del abedul extraían un producto utilizado como cola. Aunque en Europa nunca se abandonaron del todo las cuevas, se construían también chozas de troncos y ramas a orillas de los ríos, en las cuales vivían al aire libre, y de las cuales se conservan pocos vestigios, pero en cuyos emplazamientos se localizan objetos de piedra tallada; tales lugares son conocidos como "talleres de sílex".
Herramientas de la Cultura de Kunda. Esta cultura se extendió hacia el este, a través de Letonia y el norte de Rusia, y data de entre el 8000 a. C. y el 5000 a. C.
Serbia
La industria lítica muestra una clara tendencia a la fabricación de pequeños utensilios adaptados a las nuevas situaciones y usos, muy especializados, los microlitos. Estos eran utilizados para la recolección de moluscos y para su apertura, como puntas de flecha, como raspadores, buriles, etc. Las armas más abundantes fueron los arcos, hechos de madera y tendones animales, con flechas que incorporaban en su punta microlitos de variadas formas geométricas: triángulos, trapecios, etc. También se usaron flechas manufacturadas enteramente en hueso, en asta o en madera.
Arpones de hueso de la cultura Aziliense del sur de Francia. Entre el 12000 y el 9500 aC.
En el Próximo Oriente se produjo un aumento en la densidad de la población, que comenzó claramente a hacerse más sedentaria. En la que se conoce como cultura natufiense ya se anticipaban los grandes cambios del Neolítico. Eran cazadores-recolectores altamente especializados en la caza de la gacela y en la recolección de cereales silvestres, que almacenaban en silos situados en campamentos base ocupados durante todo el año. Estos estaban formados por aglomeraciones de viviendas circulares, semiexcavadas en el suelo, de una sola habitación y probablemente construidas con troncos y ramas. Utilizaban molinos y morteros de piedra de gran tamaño (algunos de ellos decorados en sus bordes), hoces y cuchillos de hueso adornados con figuras de animales, y enterraban a sus muertos en necrópolis cercanas a los poblados (en cuevas) o bajo el suelo de las casas. En los ajuares de estos enterramientos se comienzan a apreciar diferencias sociales que pueden estar relacionadas con unas incipientes jerarquización y desigualdad sociales, inexistentes hasta el momento, pero que tendieron a aumentar en los siguientes períodos.
LA CULTURA NATUFIENSE
A comienzos del Holoceno, unos 10.000 años antes de nuestra era, el clima en el Próximo Oriente era frío y húmedo con abundante vegetación y mejores condiciones para el hábitat humano.
El creciente fértil
Las zonas de bosque y estepa eran amplias y ricas en especies vegetales, incluidos cereales y leguminosas silvestres .
En concreto estos dos últimos vegetales se desarrollaron en condiciones favorables y de manera espontánea en un área conocida como zona nuclear de los cereales silvestres; el corredor que iba desde el Jordán al valle medio del Éufrates, permitiendo así su fácil recolección a las comunidades mesolíticas. Se trataba deindígenas nómadas que habitaban estas tierras fértiles, en concreto los natufienses.
En el yacimiento de Wadel Natuf en la franja sirio-palestina, -de ahí lo de natufienses- se han localizado restos de hoces con hilera de dientes, interpretados como herramientas, al menos, de recolección de frutos silvestres.
Aunque en los natufienses se dan ya las características del Neolítico, todavía se trata de comunidades preagrícolas, esto es, no productoras de alimentos, por tanto se incluyen generalmente en el Mesolítico a pesar de que sus formas de vida son claramente evolucionadas o preneolíticas. Los asentamientos natufienses servirán de base a los sucesivos poblados neolíticos.
Territorio y clima
Los Natufienses elegían muy bien sus asentamientos, pero no sólo ocuparon la zona nuclear de los cereales silvestres. Se extendieron desde las zonas más desérticas (desierto de Judá o Neguev), Monte Carmelo a áreas próximas a fuentes de agua o la meseta de Damasco. Este territorio que ocupaban respondía a biotipos muy diferentes.
La bonanza climática y las tierras fértiles se tradujo en abundancia de recursos naturales lo de todo tipo no sólo gacelas, también cabra salvaje, aves, vegetales variados incluidos cereales y leguminosas.
Aunque la caza especializada no fué tan desarrollada como se creyó, los natufienses utilizaron varias estrategias para asegurarse la alimentación. Comenzaron recolectando, pero pronto crearon los primeros excedentes que guardaron en cubetas circulares poco profundas interpretadas como silos o fosas culinarias.
¿Cómo vivían los natufienses?
En un primer momento los natufienses fueron pueblos nómadas, y sus poblados eran estacionales. Se cree que según las estaciones del año, desarrollaron sus hábitos de caza y recolección siguiendo un perfecto orden natural. Se iban y regresaban a los poblados dependiendo de la época del año.
La recolección de vegetales, más que la producción agrícola, es un hecho entre los natufienses, dada la presencia de hoces y objetos de piedra como las molederas, cuencos y morteros de basalto para machacar el grano, tenemos un claro ejemplo en el natufiense reciente de Abu Hureyra.
Recipientes de piedra y molinos de mano de la cultura natufiense.
El hecho es que, estas nuevas tareas (moler y machacar el grano recolectado) les llevan a pasar cada vez mayor tiempo en estas áreas estacionales que se convirtieron en los primeros poblados semipermanentes.
Los natufienses inventaron y desarrollan los modos de intercambios, y nuevas técnicas de siega, recolección, de vestir, etc, hacia modos de vida campesinos aunque todavia no son agricultores ni domestican animales.
El hábitat
Estos primeros asentamientos estaban formados por pequeñas casas en fosas circulares, con muros de arcilla endurecida y mortero pudieron alcanzar hasta 10m de diámetro, en Mallaha se han encontrado postes semientrerrados para sujetar el tejado.
En cuanto a los hogares son de dos tipos, unos con acumulación de cenizas rodeados por piedras y otros con acumulaciones de materiales diversos quemados, huesos, silex tallado…
La población era bastante homogénea con una esperanza de vida de unos 40 años.
La industria lítica
Con una industria claramente paleolítica excepto en los segmentos laminares, lo más característico del Natufiense es la fabricación de morteros troncocónicos de basalto, molederas, recipientes y alisadores que remiten a un especializado trabajo agrícola. La industria ósea, por el contra, es muy abundante y especializada apareciendo punzones, azagayas y arpones, a veces decorados.
El arte
El arte y el adorno se desarrollan especialmente entre estas comunidades, de forma única, sin antecedentes ni precedentes, probablemente con un carácter mágico o religioso. Sus obras son estatuillas y zoomorfos en bulto redondo.También hay presencia de un arte esquemático y más animalístico, con respecto al de la siguiente fase el Khiamiense.
Escultura del mesolítico encontrada en Lepenski Vir, Serbia
Enterramientos
Las sepulturas se encuentran vinculadas a los asentamientos, incluso bajo el suelo de las estructuras de habitación, se trata de inhumaciones individuales o colectivas, con existencia de ritual funerario usando el ocre rojo y ajuar funerario con figuras de piedra, hueso y restos de fauna, existía la costumbre de separar la cabeza del difunto del resto del cuerpo enterrado.
En otros casos las fosas forman verdaderas necrópolis como Mallaha que pudieran reagrupar repeditas inhumaciones de los miembros de una familia.
Enterramientos natufienses en El Wad
Cubetas circulares poco profundas interpretadas como silos o fosas culinarias
Conclusión
Sin duda, los natufienses representan el más nítido concepto de mesolítico, ya que es el único conjunto que supone claramente la el paso hacia formas de vida cada vez más sedentarias que tendrá lugar en el Neolítico y que se desarrollará en el Próximo Oriente. Se irán formando asentamientos mucho más estables en poblados o aldeas, o simplemente se volverán a habitar las cuevas de manera más continuada.
Esto se produce en distintos tiempos, modos y lugares y representa un cambio de concepto en los estilos de vida prehistóricos que definirán el nuevo período Neolítico.
(Textos extraídos de Arquehistoria.com)
EL MESOLÍTICO EN TIERRAS VALENCIANAS
Durante el Epipaleolítico, o Mesolítico, las condiciones climáticas se suavizaron. Los períodos glaciales del Paleolítico Superior concluyeron y el planeta entró en la época geológica actual, el Holoceno. Esto provocó que los bosques comenzaran a expandirse, y que los polos retrocedieran, causando un aumento del nivel del mar hasta cotas similares a las actuales.
La mejora en la situación climática aumentó la disponibilidad de recursos, tanto animales como vegetales. Entre los recursos consumidos se encuentran de montaña (cabra montesa, jabalí, conejo), vegetales (frutas, bayas, raíces), y marinos (pescado, caracoles, bivalvos).
En este período los asentamientos son de menor duración, debido sobre todo a movimientos estacionales. Aumentan los asentamientos cerca de las costas y alrededor de los ríos, así como en marjales y albuferas, con economías dependientes de los recursos acuáticos. Además, los yacimientos al aire libre son más frecuentes que en períodos anteriores. Ejemplos de este tipo de asentamiento son la Casa de Lara (Villena) y Estany Gran (Almenara).
El utillaje desempeña un papel importante, de hecho, el Epipaleolítico en el territorio valenciano se puede dividir en dos períodos (denominados complejos), según el tipo de talla predominante. El primero de ellos destaca por la utilización de la talla microlaminar, que sustituyó al hueso en la fabricación de armas. Sin embargo, en torno al 6.500 a. C. este tipo de talla es sustituida, y comienzan a predominar los elementos geométricos en las herramientas. En base a los trabajos de F. J. Fortea, este último complejo se puede subdividir a su vez en tres fases, diferenciándose según la figura geométrica dominante. La primera fase se caracteriza por la abundancia de trapecios, la segunda por los triángulos, y finalmente la tercera por elementos geométricos de doble bisel.
Durante el Epipaleolítico se produjo una expansión importante de asentamientos en la Comunidad Valenciana, aumentando en gran medida su número (se conocen alrededor de treinta) e incluso surgiendo algunos dispersos por la provincia de Castellón, donde apenas se registran yacimientos en períodos anteriores. Entre los más importantes se encuentran la Cueva de la Cocina (en Dos Aguas, suroeste de la provincia de Valencia) y la Cova Fosca (Maestrazgo), aunque también destacan la Cova de Santa Maira (Castell de Castells), el Tossal de la Roca (Valle de Alcalá), el Abric de les Malladetes (Barx), la Cova dels Balus (Vall de Uxó) o la Cova Matutano (Villafamés). La Cueva de la Cocina destaca por los numerosos instrumentos de sílex, sobre todo flechas, y por las placas de piedra con dibujos geométricos, y la Cova Fosca por sus numerosas pinturas rupestres con figuras de pequeño tamaño y de colores oscuros, que muestran escenas de caza y lucha, mostrando siempre a un grupo de individuos y nunca a uno de ellos aislado.
PINTURAS RUPESTRES DEL ARCO MEDITERRÁNEO EN LA COMUNIDAD VALENCIANA