Los tarays del bajo Jarama

Mucho se ha escrito de los tarays, de lo difícil que es su identificación y de que es mejor no intentarlo dejándolo para los especialistas. Yo no estoy de acuerdo con ese tipo de afirmaciones y estoy convencido de que cualquier persona con una simple lupa de 10 aumentos y buenas dosis de paciencia, puede echarse al monte para desenmascarar los secretos de estos árboles y arbustos que aparentemente no se dejan identificar.

En el territorio que abarca el bajo Jarama hay, yo he visto 8 tarays distintos. T. canariensis que junto con T africana son los más abundantes, T. gallica, T. boveana , T. parviflora, T. ramosissima, T. mascatensis y otro taray no reconocido en Flora Ibérica; T. matritensis, abundante en el entorno de la junta del Manzanares con el Jarama hasta el Puente Pindoque.

Lo primero que hay que hacer es asegurarnos de que estamos ante un individuo del género Tamarix.

Los tarays son por lo general arbustos o árboles pequeños muy ramificados desde la base cuando tienen porte arbustivo, aunque cuando alcanzan un porte elevado carecen de dichas ramas bajas. Las ramillas verdes del año son pardas, pardo-rojizas o negruzcas. Las hojas son escuamiformes y de disposición alterna, sésiles (no tienen peciolo), normalmente imbricadas, con el ápice agudo y se pueden estrechar en la base o ser amplexicaules (que abrazan el tallo). Las flores que son hermafroditas se agrupan en racimos y tienen una bráctea (pequeña hojita que axila la flor), pueden tener cuatro o cinco pétalos dependiendo de la especie y pueden ser blancas o rosadas.