La palabra coriaceo hace referencia a la textura de una superficie. Para que la textura de una hoja sea coriacea deberá ser dura y flexible, a la manera del cuero, que es la palabra que da origen al término.
Habitualmente los árboles perennifolios son coriáceos y los deciduos (de hoja caediza) no. Es una adaptación de plantas que viven en climas con estación seca pronunciada que permite que se reduzca la evapotranspiración y reduce el gasto de agua. También de ambientes muy lluviosos y sin estación seca, pero con elevadas temperaturas y/o insolación, propios por ejemplo, de climas templados húmedos subtropicales o ecuatoriales. Además, al tener hojas que viven más de un año, estas deben ser menos apetitosas para los herbiboros o los insectos defoliadores "lujo" que si se pueden permitir los árboles de hoja caduca, que renuevan con mayor frecuencia su follaje.