El espartal (Arrhenathero -Stipetum tenacissimae ), también conocido por atochal (atochar, es rellenar de esparto), es una formación herbácea graminóide que se asienta sobre los enclaves margosos y más cálidos. La especie principal es el esparto (Stipa tenacissima).
Del mismo modo que jabunal es la comunidad más extendida por el sureste madrileño en los enclaves más secos; el esparto como especie, es omnipresente en casi todos los ecosistemas y suelos. Las margas en enclaves térmicos, muy abundantes por toda la comarca, son el hábitat natural del esparto. Estas entran en contacto con el resto de sustratos y comunidades, apareciendo el esparto, salpicando encinares, coscojares, jabunales, romerales, salviares, quejigares, tomillares, ontinares, etc. Faltando a medida que aumenta la concentración de sales en el suelo y en los enclaves más húmedos y/o fríos.
El esparto humifica bien, siendo posible el paso del espartal al coscojar, proceso muy lento, y por último al encinar si las condiciones son adecuadas. El potente sistema radicular del esparto, actúa como un buen anclaje, reteniendo el suelo y evitando la erosión. Cuando muere la mata de esparto, el suelo se pierde ladera abajo. Este proceso comienza cuando nace la mata de esparto, ésta retiene en la parte de arriba las partículas finas de tierra y materia orgánica, formando un montoncito con estos materiales en forma de media luna. Queda al final, una costra liquénica, (sobre la costra de yeso) más arriba del acúmulo de materiales que forman la media luna y junto al esparto sobre los materiales acumulados, una comunidad muscinal.
Existen otras formaciones de esparto sobre suelos calizos, de menor porte, resultado de la degradación de los tomillares o salviares, los lastonares, presentes en algunos puntos y dominados por Stipa pennata, Stipa iberica y Stipa offneri .
Sobre estas líneas, El Frenillo (cubierto por un espartal) en la Carretera de la Presa del Rey, en Martín.
El atochal, es junto al jabunal, unas de las comunidades más extendidas por los cerros del sureste madrileño. El espartal y el esparto, conforman unos de los paisajes más característicos de todo el bajo Sureste madrileño, en solitario o salpicando otras comunidades.
El esparto está adaptado a vivir en condiciones de extrema sequedad y ocupa los lugares más cálidos. Las hojas se enrollan sobre el haz, cerrándose en un canutillo para crear
en su interior un microclima de alta humedad, de donde no escape el vapor de agua. Esto no es suficiente y el canutillo está recorrido por surcos longitudinales, estos a su vez están protegidos por pelos. Dentro de estos surcos se encuentran los estomas, que a diferencia de casi todas las especies han sido transferidos del envés al haz.
Se considera el espartal como una comunidad relicta en la Comunidad de Madrid, refugiada en los lugares que le son más favorables. Es probable que su área de distribución se haya visto ampliada por el cultivo desde muy antiguo para la fabricación de cuerdas, serones y en la construcción tradicional. En todos los municipios de la comarca todavía quedan viviendas en las que los cielorasos, están conformados por palos apoyados en los muros de adobe y tabiques interiores, sobre éstos se ataba con cuerda trenzada de esparto, el cañizo (dispuesto perpendicularmente a los palos) que había sido cortado en sectores semicirculares, para finalmente ejecutar el tendido de yeso. Los dinteles, se fabricaban, también con palos de madera, una cuerda trenzada de esparto, rodeaba estos palos trazando una espiral. La cuerda se fijaba al palo mediante clavos y, ésta facilitaba la adherencia de los morteros a la madera.
Este otoño, he visto a un señor recolectando esparto en la carretera de Perales. Para ello se utiliza un palo sobre el que se enrollan algunas hojas, unas cuantas vueltas, y por último se arrancan tirando con el palo.
El espartal ocupa los enclaves más térmicos, las solanas en los sustratos margosos, dentro del dominio del encinar manchego.La imagen de arriba, es de uno de los barrancos del Butarrón. La orientación norte está cubierta por un coscojar con alguna encina, en la ladera orientada al sur, tenemos un espartal, prácticamente con el esparto como única perenne.
En ambas laderas tenemos el mismo régimen de lluvias y suelo, pero la orientación sur es más cálida y seca que la norte.
Acompañando al esparto, no pueden faltar algunas especies de porte más o menos similar, como la Genista scorpius (aulaga) o el gamón (Asphodelus ramosus), Retama sphaerocarpa, Thapsia villosa. Entre las gramíneas, además de las stipas, podemos encontrar Dactylis hispanica, Avena sterilis y Arrhenatherum album.
En la imagen de la derecha, podemos ver en primer plano, una matas de esparto entre las que crecen los gamones, que están en flor. Estos espartales están sobre calizas con arcillas rojas, entre Valdelaguna y Morata. La composición florística de estos esparales difirere de la típica sobre margas.
Entre los caméfitos, caben destacar Helianthemum asperum, H. cinereum, H. hirtum, Fumana thymifolia, Fumana ericoides, Teucrium gnaphalodes, Coris monspeliensis, Helichrysum stoechas, Alyssum serpyllifolium y Bupleurum frutiscenscen, entre otros.
Las especies terofíticas abundan sobre los suelos profundos de la asociación graminoide, en la que suponen el 40 % de su espectro florístico. Sin embargo, el grado de cobertura es bajo, debido parcialmente a su tipo biológico. Por otro lado, proporcionan en primavera una buena, aunque fugaz, oportunidad para el estudioso de la botánica.
Chaenorhinum reyesii, Linaria amethistea, Linaria simplex, Linaria glauca, Androsace maxima, Campanula erinus, Centranthus calcitrapae, Valerianella discoidea, Bupleurum baldense, Brachypodium distachyon y Cleonia lusitanica son algunos de los muchos terófitos de pequeño tamaño de las margas yesíferas, comunes en los yesos y que aparecen solo los años en que las lluvias de invierno y primavera son abundantes.
Muscari comosum, Muscari neglectum, Dipcadi serotinum y la Fritillaria lusitanica, son bellísimos geófitos también característicos de nuestros cerros margosos, junto con las orquídeas Ophrys speculum, Ophrys sphegodes y Ophrys lutea.
A estos hay que añadir el botón de oro Ranunculus paludosus, un hemicriptófito bastante raro y típico de las bases de los cerros margosos orientados al norte o al este, donde se acumula mayor humedad. También en cerros margosos con orientación norte, en pequeñas vaguaditas donde se acumula el agua, aparecen unas curiosas formaciones de geófitos formadas por las especies anteriormente citadas junto a Tulipa australis y la rarísima presencia de otra ranunculácea Anemone palmata de apetencias acidófilas, que se distribuye, básicamente por las dehesas extremeñas y el sudoeste ibérico.
En la imagen sobre este párrafo, tenemos al fondo, en la parte superior, un atochal (las matas de color más obscuro, en el centro arriba e izquierda). En la franja central, el espartal entra en contacto con los yesos y el jabunal, siendo invadido por especies típicas de éste, como el Tomillo de Aranjuez o la Jarilla de escamas (Helianthemum squamatum). También podemos ver unas retamas al pie del cerro, sin llegar a la zona más húmeda y, en el fondo de la vaguada, Phragmites australis (carrizo) y un rodal de Salix salvifolia.
Con las esplegueras, se pone en contacto en los enclaves no muy térmicos, donde podemos encontrar el Lino blanco (Linum suffruticosum).
Espartal/coscojar. En primer plano Cistus albidus La mayoría de los pinares plantados, lo han sido sobre espartales
Espartal en la zona del Butarrón, a la derecha vemos unas matas de romero (Rosmarinus officinalis)
Barranco de Villacabras, en Villaconejos. Sedum sediforme con flores amarillas y Reseda suffruticosa, abajo a la derecha
Espartal con rodales de coscoja
Coscojar con rodales de esparto
Las dos imágenes anteriores, han sido tomadas desde la M-320, entre la rotonda de Gózquez y la entrada al Poblado de la Marañosa. En estos coscojares y espartales, se alimentan la multitud de especies de invertebrados que, a su vez sirven de alimento a la que probablemente sea la población más importante de Sapo común (Bufo bufo) en la Comunidad de Madrid. Desgraciadamente muchos de ellos mueren al cruzar la carretera y no poder atravesar el muro de protección del carril-bici, incluso se ha encontrado algún gallipato atropellado. Al parecer, crían algunos años en la piscina del Poblado de La Marañosa.
El Espartal de Valdemoro, desde el Arroyo de la Cañada. En la franja central, Ephedra distachya
Salinas Espartinas, Ciempozuelos
El atochal entra en contacto con el orzagal (Atriplex halimus) que está en el fondo del barranco, donde hay mayor concentración de sales y más humedad
Espartal, en las inmediaciones de la Casa del Butarrón, con Ephedra fragilis y retama, en la franja central
El espartal baja por las laderas margosas, hasta el fondo del barranco, de arenas silíceas, arrastradas por las aguas desde los depósitos de la parte alta.
En el fondo, las matas de esparto, se mezcla con las retamas, romeros y los espantalobos (Colutea hispanica), de flores amarillas
Lino azul (Linum narbonense) entre matas de esparto Helichrysum stoechas, de flores amarillas, en el espartal
Espartal en el Barranco de Villacabras. Abajo a la izquierda, Allium sphaerocephalon con flores moradas y Antirrhinum graniticum, de flor clara
Saladar en la carretera de Aranjuez a Toledo
En frente tenemos un atochal, hay alguna mata de esparto que se acerca la costra de sal, pero no llega a tocarla. Debajo del esparto, Atriplex halimus y alguna mata de Suaeda vera. En la zona que se inunda, Salicornia ramosissima, Hábitat de protección prioritaria, en la Directiva de habitat. A nuestro lado el albardín (Lygeum spartum) crece junto al Limonium dichotomum y L. latebracteatum. La asociación del limonio con el albardín, es otro hábitat prioritario.
Hemos comprobado, viendo las imágenes anteriores, que cuando el espartal entra en contacto con un jabunal, espleguera, cosocojar, etc., tenemos unos límites muy difusos. Podemos observar que se produce un efecto borde y, en los límites encontramos especies de las distintas comunidades que entran en contacto. En este caso el límite entre comunidades está claramente definido. Pasamos de un suelo seco a otro encharcado en unos pocos metros, pasamos de las margas a la costra de sal, en algunos casos de varios centímetros, cubriendo las arcillas. El esparto no tolera la humedad, ni las altas concentraciones de sales, por lo tanto no ocupa el espacio de la orzaga. La orzaga no tolera los suelos que durante largos períodos están encharcados, este suelo es para la salicornia que es anual. El albardín también huye de el encharcamiento de sus raíces y no se mezcla con las salicornias. Los limonios, si bien son más tolerantes en cuanto a la humedad, tampoco toleran el encharcamiento prolongado. En este caso, excepto el esparto, todas las especies tienen una alta tolerancia a la sal, es fácil ver limonios y orzagas en costra de sal, la diferencia la marca el agua.
Mata de aulaga (Genista scorpius), entre matas de esparto, en el borde del pinar. A la izquierda de la aulaga y junto a esta, tenemos una mata de Ephedra nebrodensis. Puerto de La Marañosa
Cerros de Gózquez, (alto contraste, al norte con comunidad muscinal) Espartal en la Boyeriza
El esparto tiene una gran resistencia al fuego, se queman las hojas exteriores (las más antiguas), permaneciendo intacta la parte interior del cepellón, para luego rebrotar con mucha facilidad.
La imagen de arriba, ha sido tomada al norte de la Marañosa en la primavera del año 2009, entre los municipios de Rivas y Getafe. Se aprecia una buena regeneración de las matas de esparto, así como de la coscoja, después del incendio de 2004.
La agresión más brutal para el espartal, es el movimiento y/o compactación del suelo, provocado por maquinaria pesada o por el paso de vehículos, como todoterrenos, quads o motos.
En la imagen de abajo, tomada en otoño de 2010, vemos un tramo de espartal por el que pasa el oleoducto, las obras se hicieron más o menos al tiempo que ocurrió el incendio. Se puede ver que apenas ha habido regeneración. Hay que temer más al Ministerio de Fomento y a la Consejería de Infraestructuras que al fuego.
Artículos en otras Web: Un paseo botánico por El Espartal