Estación de esquí Anayet-Pico Culivillas

Hay que partir de la estación de esquí de Anayet, cuyo acceso para vehículos está cerrado desde el Corral de las Mulas, situado en el punto kilométrico 23,5 de la carretera autonómica 136.

Una pista de servicio parte de la estación de esquí y asciende hacia el sur-suroeste en varias lazadas. Se puede alcorzar cruzando por el tascal. Cuando se alcanza la altitud de unos 1950 m y tras dejar a la izquierda una profunda hondonada, se toma un sendero que se dibuja entre el tascal y que se orienta hacia el sur, en paralelo al barranco que desciende del ibón de Lapazuso, cuya situación no se adivina hasta que nos situemos en el plano en el que se asienta.

Alcanzada la altitud de 2175 m aproximadamente, el cauce del barranco gira hacia el oeste aguas arriba y atraviesa en meandros un pequeña pradera tras la que está el ibón de Lapazuso, que se alimenta del agua de varios riachuelos cuyos manantiales están en la ladera de la montaña y a muy poco desnivel del ibón de Lapazuso.

Se prosigue el ascenso hacia el collado en forma de V situado al suroeste, entre las rocas de color rojo vino del Pérmico y al oeste del Pico Royo. Hay otro collado más suave y accesible al este del pico Royo que no está comunicado con el que permite el ascenso al pico Culivillas. La pendiente aumenta a partir del ibón hasta la cima.

Desde el collado, al oeste del pico Royo, se divisa la cabecera de la Canal de Izas, la crestería Punta Escarra-Pala de Ip-Campanal de Izas. Tras la misma emerge el Collarada y tras el collado de Bucuesa emerge ligeramente la parte superior de la peña Gratal.

El trayecto sigue por la ladera situada al oeste del collado, fuertemente empinada, con rocas rojizas que hacen a modo de peldaños. Superado el tramo de fuerte pendiente unos mojones están situados en el borde de una zona de tascal y de pendiente más suave que pueden servir de orientación para la vuelta en caso de niebla y de no llevar GPS.

Se alcanza una cima secundaria anónima de 2457 m de altitud, en la que se unen dos estratos rocosos, uno de color rojizo citado anteriormente y otro de esquistos satinados que reflejan la luz de Sol. Entre esta cima secundaria y el pico Culivillas hay una brecha de acceso delicado que hay que superar. Para ello hay que descender unos metros por una roca que se extiende hacia el oeste como la proa de un barco. En esta roca suele haber unos mojones que indican el punto crítico en donde girar hacia la derecha para caminar sobre una hendidura de la roca que llega hasta la proa y que facilita el paso al collado. En caso de fuerte viento habrá que tomar precauciones especiales.

Una vez en el collado de nuevo tascal y roca en la parte cimera sin dificultades notables, se accede a la cumbre.

El descenso se realiza por el mismo trayecto.