Dentro de la Semana de la Ciencia del IES Príncipe Felipe y el programa de formación del proyecto TECMAA, hemos tenido el privilegio de contar con Guadalupe Cantarero, Dra. Arquitecta y profesora en el Grado de Arquitectura y Grado de Diseño Digital en la Universidad CEU San Pablo de Madrid. En su conferencia, titulada “Volver a ser niño”, nos ha invitado a redescubrir el mundo a través de la luz, la observación y el poder de la percepción espacial, explorando conceptos clave como el reflejo, la sombra, la sugerencia, lo abstracto y el encuadre. Esta charla abordó la importancia de mirar más allá de lo evidente, un llamado a la creatividad y la observación profunda de nuestro entorno, que nos conecta con la esencia de la luz y el espacio.
La luz no solo nos permite ver, sino que también dirige nuestra mirada, define los espacios y transforma nuestra experiencia del entorno. Guadalupe Cantarero explicó cómo la percepción de los colores cambia dependiendo de si hablamos de color luz (aditivo) o color pigmento (sustractivo) y cómo conceptos como opacidad, translucidez y transparencia modifican nuestra experiencia visual.
La luz tiene un papel fundamental en la arquitectura, el arte y el diseño, ya que modula las emociones y define el carácter de los espacios. Un ejemplo clave es el uso del blanco, que refleja la luz, en contraste con el negro, que la absorbe, alterando la percepción de las obras y generando diferentes sensaciones en el espectador.
El color también puede utilizarse en el diseño de exposiciones para establecer relaciones entre la obra y su entorno. La idea de que una obra de arte acoge otra obra se materializa en la elección de los colores de las paredes, los soportes y los suelos, elementos que influyen en la manera en que el espectador percibe la obra exhibida.
La conferencia de Guadalupe nos animó a ser más observadores y curiosos, aprendiendo a mirar donde los demás no miran. La observación es un proceso creativo que nos permite entender la realidad de manera diferente. Cantarero nos invitó a explorar nuestro entorno, como por ejemplo, observar nuestra calle con atención a los colores, texturas, altura de los árboles, olores y sombras. Esta observación activa nos permite descubrir detalles invisibles a simple vista y, de esa manera, conectar con la esencia de lo que nos rodea.
El ejercicio de la observación nos conduce a una percepción más profunda de la realidad, permitiéndonos ver más allá de lo evidente. El poder de la sugerencia en lo abstracto nos ayuda a encontrar nuevas formas de expresión visual, como se observa en el arte abstracto expuesto en el Museo de Arte Abstracto de Cuenca o en la muestra sobre luz en la Fundación Juan March en Madrid.
El encuadre no solo delimita lo que vemos, sino que también dirige nuestra percepción, transformando la realidad en una nueva narrativa visual donde la luz, la sombra y el vacío adquieren significado.
El impacto de la luz en nuestra percepción no solo se da en el arte o la arquitectura, sino también en la vida diaria y la salud. Cantarero compartió su experiencia en colaboración con optometristas, ópticos y psicólogos, explicando cómo la luz azul estimula la actividad cerebral e impacta en nuestros ciclos de sueño, por lo que es fundamental recargar nuestro cuerpo con luz solar. Al observar la luz natural no solo equilibramos nuestro bienestar, sino que también aprendemos a comprender mejor la naturaleza y su influencia en nuestro entorno.
Además, exploramos cómo la luz influye en disciplinas como el diseño de espacios y la coreografía para bailarines, donde juega un papel esencial en la creación de volúmenes, vacíos y sensaciones. Si no hay vacío, no hay lleno; si no hay sombras, no hay luz.
El reflejo, como el de árboles en charcos, y la sombra, en sus formas propias y arrojadas, juegan un papel importante en la creación del espacio. Guadalupe nos invitó a explorar cómo estos elementos, aparentemente simples, pueden ser fundamentales en la composición visual. Las sombras no solo son la ausencia de luz, sino que forman parte activa de la creación artística, sugiriendo profundidad y formas invisibles que afectan la percepción del espacio.
A lo largo de la conferencia, Cantarero mencionó diversos artistas que han trabajado con la luz como elemento central en su obra:
Georges de La Tour y Rembrandt: maestros del claroscuro, utilizan la luz para dramatizar las escenas y dirigir la mirada del espectador.
Francisco de Goya: en su obra Corral de locos (1794), la luz y la sombra se combinan para crear una atmósfera inquietante y emocional, donde la luz se utiliza para enfatizar la psicología de los personajes.
Johann Heinrich Wilhelm Tischbein: explora el impacto de la sombra en la composición y el significado de la escena, como en La gran sombra (1805)
Claude Monet: a través de sus pinturas, como La cena (1868-1869), Monet juega con las luces y los colores, capturando la atmósfera cambiante del paisaje. El uso de la luz como medio de expresión es una característica clave en el Impresionismo.
Constantin Brancusi: su trabajo explora el poder de la forma y la luz, con un enfoque en la simplicidad y la transparencia. Su obra invita a reflexionar sobre cómo la luz interactúa con las formas y los materiales.
Magdalena penitente. Georges de la Tour, 1625
Hombre sentado leyendo en la mesa de una habitación noble. Rembrandt, 1628-30
Le Commencement du monde, Constantin Brancusi, 1920
Corral de locos. Frencisco de Goya,1794
La gran sombra. Tischbein,1805
Además, exploramos la obra de artistas contemporáneos que han trabajado la luz desde una perspectiva conceptual y estructural, cuyos trabajos exploran la relación de la luz con el espacio:
Donald Judd: su trabajo se basa en la transparencia, el reflejo y la repetición, explorando la luz como parte del objeto. En su obra, la luz y la transparencia se combinan con la repetición de formas geométricas, creando un diálogo entre el objeto y el espacio que lo rodea.
Bruce Nauman: aborda la luz desde el performance y la experimentación conceptual, explorando la relación entre el cuerpo, el espacio y la luz, utilizando la luz para cuestionar las nociones tradicionales de arte.
Gordon Matta-Clark: utiliza la luz y la sombra en la reconstrucción del espacio arquitectónico, descontextualizando los entornos.
Gego (Gertrud Goldschmidt): la artista venezolana experimenta con la luz a través de estructuras interactivas tridimensionales hechas de hilos metálicos y alambres, que juegan con la luz y la sombra, invitando al espectador a experimentar la obra desde diferentes perspectivas.
Eusebio Sempere: reflexiona sobre la luz como dinamismo y efecto óptico, creando obras donde la luz y el tiempo son elementos esenciales.
Sol LeWitt: desarrolla patrones modulares donde la luz y el color generan ritmos visuales en el espacio, jugando un papel fundamental, explorando cómo la luz transforma el espacio y cómo las estructuras se alteran con la presencia de la luz.
Estos artistas nos enseñan que la luz no es solo un medio para ver, sino un elemento activo en la creación de la obra y en su interacción con el espectador.
Tras la conferencia, los alumnos de Bachillerato de Artes realizaron un ejercicio práctico de observación fotográfica. La consigna era captar luces, sombras, reflejos y transparencias desde un punto de vista abstracto, descontextualizando el encuadre y alejándonos de lo racional para fijarnos en la esencia de la luz.
Las imágenes obtenidas muestran una nueva manera de ver el entorno, donde lo cotidiano se transforma en composiciones visuales inesperadas. Este ejercicio nos ha permitido aplicar los conceptos explorados en la conferencia y experimentar en primera persona cómo la luz define y altera nuestra percepción del espacio.
Desde el IES Príncipe Felipe, agradecemos a Guadalupe Cantarero por su inspiradora conferencia y por recordarnos la importancia de volver a ser niños, de recuperar la curiosidad, la capacidad de asombro ante los detalles, para entender la luz no solo como un fenómeno físico, sino como una herramienta poderosa en el arte, la arquitectura y la observación creativa; en definitiva, para ver el mundo con otros ojos.