Sensación

Sensación y percepción, complementarios pero diferentes.

Antes de iniciar el estudio de la percepción, sus reglas y leyes, tipos, etc... debemos clarificar el concepto y diferenciarlo de la sensación. Tendemos a confundir ambos procesos que, en realidad, están íntimamente relacionados pero difieren ampliamente en su forma y modo de procesar la información.

Sentir es un proceso iniciado en los órganos de los sentidos. Los hechos que acaecen en el mundo entorno inician una cadena de eventos que parten de un estímulo externo (sonido, movimiento, olor...), el cual debe ser lo suficientemente fuerte para ser captado por las células receptoras que se encuentran en cada órgano sensitivo. Es este un proceso orgánico, físico, no mental o cognitivo. Estas células receptoras se especializan en convertir un tipo particular de energía en una señal nerviosa que llega al encéfalo por un canal determinado, según el órgano sensitivo que haya registrado el estímulo.

A la hora de que nuestros órganos sensoriales capten un cambio en el entorno, esto es, inicien un proceso sensorial, el concepto de umbral juega un papel determinante. Denominamos umbral a la "cantidad" de estímulo necesaria para que produzca en nosotros un proceso sensorial o indiquen un cambio en la sensación. Dentro de los umbrales sensoriales podemos distinguir dos tipos:

  • Umbral absoluto: Es la cantidad mínima de información sensorial que los sistemas sensitivos son capaces de registrar. En este punto, es interesante cómo puede variar este umbral según dos factores:

  • El tipo de sentido (visión, olfato, tacto…)

  • El individuo

Podemos distinguir dentro del umbral absoluto entre:

        • Umbral absoluto mínimo: Es la intensidad mínima necesaria para que un estímulo inicie el proceso sensorial.

        • Umbral absoluto máximo: Es la máxima intensidad de señal soportable para que el proceso sensorial se desarrolle sin causar dolor.

  • Umbral diferencial: Es el grado de alteración en la cantidad de estímulo registrado por un órgano sensitivo y cuya magnitud es suficiente para que el individuo note el cambio en la señal.

El siguiente video muestra cómo el umbral auditivo diferencial y absoluto varía con la edad.

Tipos de sensación.

Dependiendo del órgano implicado y de si responden a estímulos externos o internos. las sensaciones pueden ser clasificadas en dos grandes grupos:

Dentro del grupo de sentidos externos se encuentran:

  • Visual: Detecta cambios cromáticos, luminosos o de movimiento en el entorno.

  • Olfativa. Detecta cambios en aromas que se trasladan desde los capilares nasales al bulbo olfatorio situado en la base del cerebro.

  • Auditiva. Detecta cambios en la altura, tono y timbre de las ondas sonoras.

  • Táctil. Detecta cambios en la superficie del cuerpo que informan sobre la textura y temperatura de los cuerpos.

  • Gustativa. Detectan sabores dulce, salado, ácido y amargo. No obstante, el sentido del gusto trabaja junto con el olfato y la estimulación del nervio trigémino para determinar los diferentes sabores, así como la temperatura.

Por otra parte, los sentidos internos incluyen:

  • Kinestésica o propioceptiva. Detecta la posición de los músculos, así como la capacidad para ser conscientes de la posición o postura de nuestro cuerpo en relación a lo que nos rodea. Este sentido hace posible en control de la dirección y el rango de nuestros movimientos, por lo que nos permite dar respuestas motoras rápidas y automáticas. En comparación con los sentidos descritos anteriormente, la kinestesia es un sentido interoceptivo, es decir que se encarga de detectar los estímulos y estados internos de nuestro organismo. Como consecuencia, también ejerce un importante papel en la percepción y mantenimiento del equilibrio, así como en la coordinación de los movimientos.

  • Cinestésica. Detecta el conjunto de sensaciones internas de nuestro cuerpo. Las unidades receptoras de este sentido son aquellas terminaciones nerviosas de las membranas de los órganos internos. Informa sobre el estado de los órganos y del organismo en su totalidad. Informa pues de la sensación general de la existencia de nuestro propio cuerpo y al estado en el que este se encuentra incluyendo la sensación de dolor a través de los nocioceptores.