Estructuralismo

El Método estructuralista

El método utilizado por Titchener, al igual que el de su maestro (W. Wundt), es la introspección. Este tipo de análisis utiliza un sujeto entrenado que ejerce el rol de observador y descriptor de sus propios procesos psicológicos. Para provocarlos se utilizaban distintos tipos de estímulos que variaban en función de la tarea a realizar y del tipo de contenido mental estudiado.   

El Estructuralismo

A finales del siglo XIX, la psicología estaba pasando por una etapa de trasformación hacia enfoques empiristas y experimentales que buscaban darle un cariz científico como estaba ocurriendo con otras ramas del saber. Sin embargo, en estos momentos se discute también acerca de cuál debía ser el objeto de estudio de la psicología,  unos defendían que debía centrarse en los procesos de la conciencia –es decir, lo que ésta «hace», cómo funciona–, para otros su objeto prioritario era describir y explicar su estructura. Esta última es la postura del estructuralismo oponiéndose así al funcionalismo, que da mayor importancia a las funciones de la conciencia, esto es, a los procesos psicológicos.

El estructuralismo nace de la mano de con Edward Titchener, discípulo de Wundt, y trató de mantener presente la idea heredada de su maestro de que la psicología era fundamentalmente experimental, por lo que todos aquellos conceptos no basados en la experimentación no podían entrar dentro del campo de estudio psicológico.

 Según Titchener, los atributos de los contenidos mentales, y por ello mensurables y objeto de estudio psicológico, son:

Igualmente, en su afán clasificatorio, entiende que la consciencia (o la mente) está formada por tres tipos de fenómeno: las sensaciones, los afectos y las imágenes. Al unirse varios de la misma clase aparecen procesos complejos. Las sensaciones serían los elementos que componen las percepciones, mientras que los afectos darían lugar a las emociones y las ideas a los pensamientos.