Una bebita recién nacida tiene hasta 450.000 óvulos almacenados en sus ovarios. Cuando comienza a menstruar aproximadamente entre los 10 y 14 años, se producirá cada mes la maduración de uno de estos óvulos. El óvulo es liberado por el ovario y lo captan los extremos de la trompa de Falopio, que lo transportan mediante un suave movimiento ondulatorio hacia el útero. Si el óvulo es fecundado por un espermatozoide durante su recorrido, se implantará cuando llegue al útero para formar un bebé y la placenta. Si no hay fecundación, el óvulo será expulsado, junto con la membrana que recubre el útero, cuando tengas el periodo.
Un ciclo menstrual promedio dura 28 días, y se cuenta desde el primer día de un periodo hasta el día antes del siguiente. Algunas mujeres tienen ciclos mucho más cortos, hasta de 23 días solamente, y otras tienen ciclos mucho más largos, de hasta 35 días. Si tu ciclo es más corto o más largo, probablemente no sea normal y debas consultarle a tu médico. También deberías hacer una consulta médica si sangras entre tus periodos o después de tener relaciones.
El ciclo menstrual está bajo el control de una serie de hormonas producidas en varias partes del organismo:
Hormona liberadora de gonadotropina o gonadoliberina (producida en el hipotálamo, que está ubicado en el cerebro)
Hormona folículoestimulante o folitropina (producida en la hipófisis, que también está ubicada en el cerebro)
Hormona luteinizante o lutropina (producida en la hipófisis)
Estrógeno (producido en los ovarios)
Progesterona (producida también en los ovarios)
Todo el proceso tiene su origen en el cerebro, cuando la gonadoliberina (GnRh) producida en el hipotálamo viaja a la hipófisis y le ordena a ésta que libere folitropina (FSH). La FSH viaja por el organismo a través del torrente sanguíneo y estimula los ovarios para que comiencen a madurar algunos óvulos. Entre 15 y 20 sacos contenedores de óvulos, denominados folículos, comienzan luego a madurar en los ovarios. Un folículo (muy de vez en cuando pueden ser dos o más) se desarrolla más rápido que todos los demás.
La FSH también estimula los ovarios para que produzcan estrógeno. Esto hace que los óvulos maduren y que las paredes del útero comiencen a engrosarse como preparación para el embarazo, en caso que ocurriese la fecundación.
Cuando los niveles de estrógeno aumentan, la FSH disminuye momentáneamente y luego vuelve a aumentar acompañada de un importante incremento en los niveles de lutropina (LH) proveniente de la hipófisis. Es esta hormona la que desencadena la ovulación: el momento en que el óvulo más maduro sale de su saco y abandona el ovario. El óvulo es inmediatamente captado por los extremos de la trompa de Falopio.
Normalmente el cuello del útero (también conocido como cérvix) produce un moco espeso y opaco que los espermatozoides no pueden penetrar. Sin embargo, justo antes de la ovulación, el estrógeno modifica el mucus cervical haciéndolo delgado, transparente y elástico. Así se crea el medio apto para que los espermatozoides naden por el cuello uterino, lleguen al útero y se dirijan hacia las trompas de Falopio, lugar donde puede producirse la fecundación.
Observa estas fotos sobre cambios en el mucus cervical para aprender a detectar tu ovulación
Puede que tengas muchas ganas de quedar embarazada o que desees que el nacimiento de tu bebé ocurra en un momento determinado. Aquí encontrarás seis consejos para intentar concebir poco después de empezar a tratar de quedar embarazada (reducirás drásticamente el riesgo de ciertos defectos de nacimiento si comienzas a tomar ácido fólico por lo menos un mes antes de empezar a tratar de concebir).
El mayor secreto para quedar embarazada más rápido es saber cuándo ovulas (liberar un óvulo del ovario). Piensa en el óvulo como un blanco de tiro y en el esperma como flechas. Una de las flechas tiene que dar en el blanco para poder quedar embarazada.
Como la mayoría de las mujeres liberan un óvulo una vez por ciclo menstrual, solamente hay unos días en cada ciclo durante los cuales puedes quedar embarazada. Saber cuándo ovulas significa que tú y tu pareja pueden identificar el centro del blanco y luego apuntarle, en lugar de lanzar un montón de flechas y esperar que el objetivo esté allí.
Puedes averiguar cuándo ovulas utilizando diferentes métodos. Nuestra galería de fotos puede ayudarte a detectar la ovulación.
Si notas que tienes periodos irregulares a lo largo de varios meses, la identificación de la ovulación puede ser difícil. Pídele consejo a tu médico.
Una vez que sepas cuándo se libera el óvulo del ovario, puedes planear tener relaciones íntimas durante tus días más fértiles: desde tres días antes de la ovulación hasta el día de la ovulación (comenzar un poco antes no hace daño; algunas mujeres han quedado embarazadas de las relaciones sexuales que tuvieron seis días antes de que ovularan.)
Tienes varios días para tener relaciones con el fin de concebir, ya que los espermatozoides pueden sobrevivir de cinco a seis días en tu cuerpo (el óvulo sobrevive sólo un día). Esto significa que si tienes relaciones sexuales el lunes, los espermatozoides pueden sobrevivir en tus trompas de Falopio, en espera de que un óvulo salga, hasta el jueves o tal vez incluso el domingo.
Si no estás segura de cuándo será tu período fértil, aquí tienes una regla de oro: Ten relaciones con tu pareja cada dos días. Eso significa que tendrás espermatozoides sanos esperando en tus trompas de Falopio todos los días, listos para entrar en acción cada vez que tu óvulo se desprenda (si deseas tener relaciones íntimas más frecuentes, está bien. No te ayudará a concebir más rápido, pero tampoco duele.)
Otro consejo: Si tú y tú pareja están esperando a tener relaciones sexuales hasta que sea tu momento más fértil, asegúrate de no pasar por un largo período de sequía. Tu pareja debe eyacular por lo menos una vez en los días previos a tu período más fértil. Si no lo hace, podría haber una acumulación de esperma muerto en su semen cuando es tiempo de actuar, y los espermatozoides muertos no pueden llegar al óvulo.
Durante mucho tiempo, nadie sabía realmente si acostarse sobre la espalda después de tener relaciones íntimas (para prevenir que el esperma se escape) aumentaría las posibilidades de que un espermatozoide alcance y fertilice el óvulo con éxito.
Ahora hay razones para creer que permanecer en posición horizontal puede ayudar. En el 2009, investigadores en Ámsterdam concluyeron que las mujeres que permanecían acostadas en posición plana durante 15 minutos después de ser inseminadas artificialmente (es decir, cuando un médico inserta el esperma dentro del útero) tenían un 50 por ciento más de probabilidades de quedar embarazadas que las que se levantaban inmediatamente después del procedimiento.
Aunque no existe la certeza de que esto sea válido para las relaciones sexuales, el estudio sugiere que quedarse donde estás por un rato, justo después del acto sexual, podría ayudar a los espermatozoides de tu pareja a llegar al final del camino. En cualquier caso, no hace daño intentarlo.
Si estás apurada por quedar embarazada, puede que te encuentres ansiosa al respecto. Si bien eso es totalmente normal, tendrás una mejor oportunidad de concebir si no estás estresada. El hipotálamo, la glándula del cerebro que regula las hormonas de la ovulación, no funciona tan bien cuando estás estresada, lo que significa que durante ese ciclo puedes ovular más tarde de lo normal o nada en absoluto.
Así que haz lo que puedas para disfrutar del proceso de quedar embarazada. Divertirte con tu vida sexual (en lugar de enfocarte en "debo concebir ahora") aumentará tus posibilidades de éxito. Y si quieres mantener las cosas picantes, hay buenas noticias: ninguna posición sexual es más eficaz para hacer bebés que otra.
Los espermatozoides tienen más posibilidades de fertilizar un óvulo cuando están sanos, fuertes y son abundantes. Hay varias cosas que pueden ayudar a tu compañero para obtener su mejor suministro de semen:
Reduce el consumo de alcohol (los estudios demuestran que beber diariamente puede reducir los niveles de testosterona y el recuento de esperma, y aumentar el número de esperma anormal)
Di no al tabaco y a las drogas (ambos pueden afectar la cantidad y calidad de esperma)
Come cantidades suficientes de ciertos nutrientes claves, como zinc, ácido fólico, calcio y vitaminas C y D, que ayudan a crear espermatozoides abundantes, fuertes e inquietos
Evita jacuzzis, saunas y baños calientes, ya que el calor mata el esperma (los testículos funcionan mejor en 94 y 96 grados Fahrenheit, un par de grados por debajo de la temperatura normal del cuerpo)
Cuanto antes pueda hacer estos cambios tu pareja, mejor: el esperma toma tiempo en desarrollarse, así que las mejoras que él haga hoy darán mejores muestras de esperma en tres meses a partir de ahora.
Tienes más probabilidad de tener un embarazo exitoso si tu cuerpo está listo para concebir. Para averiguar si estás en forma para procrear un bebé y aprender qué cambios pueden ayudarte, programa un chequeo de preconcepción con un médico o partera. Puede que no obtengas una cita enseguida ni resuelvas un problema de salud de inmediato, pero tomar estas medidas tan pronto como sea posible te ayudará a largo plazo a concebir más rápido. Mientras tanto, deja de tomar alcohol o usar drogas, y no fumes si puedes evitarlo, ya que esto interfiere con la fertilidad (y aunque quedaras embarazada a pesar de ello, perjudicaría al feto) Piensa también en disminuir la cafeína: Tomar más del equivalente de una o dos tazas de café al día se relaciona con menos posibilidades de concebir.
El tiempo que tardas en quedar embarazada, si vas a intentarlo naturalmente, es de unos en los tres primeros meses. Cerca de 6 de cada 10 parejas han concebido en los tres primeros meses de intentos. Después de eso, cuánto tiempo debes seguir intentándolo antes de buscar ayuda de un especialista en fertilidad, depende en gran parte de tu edad. La fertilidad disminuye con la edad, así que si tienes más de 40 años, busca ayuda de un experto de inmediato. Si tienes de 35 a 40 años, habla con un especialista después de haber intentado durante seis meses sin suerte. Y si eres menor de 35 años, probablemente esté bien seguir intentando por un año antes de buscar ayuda. Por supuesto, si tienes razones para sospechar que tu pareja o tú tienen un problema de fertilidad, visita a un doctor; no hay razón para esperar.
En el ovario, el folículo ahora vacío se colapsa y se convierte en un cuerpo lúteo. Esta pequeña masa amarilla de células comienza a producir la hormona progesterona. La progesterona modifica al moco en el cuello uterino para que se vuelva nuevamente impenetrable a los espermatozoides. También actúa en las paredes del útero, que se vuelven gruesas y esponjosas como resultado de un mayor riego sanguíneo, y así quedan listas para recibir al óvulo fecundado. Al aumentar tus niveles de progesterona, posiblemente notes tus pechos inflamados y sientas una especie de hormigueo. La hipófisis interrumpe la producción de FSH para que no maduren más óvulos en tus ovarios.
Si el óvulo es fecundado en la trompa de Falopio, viajará para anidarse en las paredes del útero. En esta etapa de implantación el óvulo fecundado se compone de alrededor de 150 células. El recorrido desde el ovario hasta el útero lleva alrededor de cinco días. Los niveles de progesterona seguirán estando altos y posiblemente comiences a sentir los primeros síntomas del embarazo.
Si el óvulo no es fecundado o no se implanta con éxito, comienza a desintegrarse y el cuerpo lúteo se encoge. Los niveles de estrógeno y progesterona disminuyen y las paredes del útero comienzan a producir prostaglandinas. Estas sustancias químicas producen cambios en el torrente sanguíneo que llega al útero, desintegrando las paredes del útero y estimulando al útero para que se contraiga. Comienza tu periodo y las paredes del útero se eliminan junto con el óvulo no fecundado, y el ciclo menstrual comienza nuevamente.
Es posible, pero muy poco probable. Tendrías que tener un ciclo menstrual muy corto, que es el tiempo desde el primer día de un período al primer día del próximo período, o una tendencia a tener largos períodos. Esto acerca el momento de la ovulación al momento en que comienzas a sangrar.
La concepción ocurre cuando un óvulo y un espermatozoide se reúnen en una trompa de Falopio. En algún momento durante la mitad de tu ciclo menstrual, lo más probable entre los días 12 y 16, un óvulo alcanza la madurez en uno de los dos ovarios. El ovario libera el óvulo en el abdomen, donde es rápidamente absorbido por la apertura en forma de tulipán del tubo de Falopio más cercano.
Un óvulo puede sobrevivir en tu trompa de Falopio por aproximadamente 24 horas después de que se libera del ovario. Así que la única manera de que puedas quedar embarazada es si los espermatozoides están presentes en la trompa de Falopio durante esta oportunidad. Si el óvulo no es fertilizado, es cubierto con el revestimiento del útero durante la menstruación.
Normalmente, cuando tienes tu período, otro óvulo se desarrolla en la preparación para el lanzamiento durante el ciclo actual. Pero no toda la longitud del ciclo de la mujer es el mismo. Muchas mujeres tienen un ciclo de 28 días, pero algunas tienen ciclos tan cortos como de 22 días. Si tienes un ciclo más corto, puedes ovular pocos días después de tener tu período. Y teniendo en cuenta que los espermatozoides pueden sobrevivir en el tracto reproductivo hasta tres días, es teóricamente posible que el esperma permanezca allí hasta que ovules otra vez.
También es posible confundir un avance de sangrado, (las manchas de sangre entre tus periodos), de un periodo regular. Así que es posible que estés sangrando justo en el momento de la ovulación, cuando estás más fértil.
El tiempo que tarda un óvulo en desarrollarse, o madurar, dentro del ovario puede variar, y por lo tanto, el día real de la ovulación puede variar de varios a muchos días. Algunos detectores de ovulación también basan el "periodo fértil" en el aumento de los niveles de estrógeno más que en el punto máximo de la hormona luteinizante o LH, que es el verdadero desencadenante de la liberación de óvulos. En estas situaciones, el "periodo fértil" puede parecer que es más largo.
¿Podrías estar embarazada? Lo más probable es que no empieces a sentir los síntomas del embarazo hasta que se te haya retrasado el periodo menstrual, o hasta una o dos semanas después. De hecho, siete de cada 10 mujeres presentan síntomas al cumplir la semana 6 de embarazo.
Si no anotas las fechas de tu ciclo menstrual o si varían mucho de un mes al otro, puede que no estés segura de cuándo esperas tu próximo periodo. Pero si empiezas a sentir los síntomas que leerás a continuación, aunque no los tengas todos, y se te ha retrasado el periodo, es muy probable que estés embarazada. Hazte una prueba del embarazo en casa y lo sabrás con seguridad.
Si quedaste embarazada hace poco, es normal que el olor del café o de un sándwich de jamón, y ciertos aromas te provoquen náuseas. Aunque no se sabe con seguridad, esto podría ser uno de los efectos colaterales del rápido aumento en los niveles de estrógeno en tu organismo. También podrías notar que algunas comidas que antes disfrutabas, ahora te causan repulsión.
Es normal tener cambios de humor durante el embarazo. Eso se debe, en parte, a que los cambios hormonales por los que pasa el cuerpo afectan el nivel de los neurotransmisores (los mensajeros químicos del cerebro). Cada persona responde diferente a estos cambios. Hay futuras mamás que experimentan emociones exageradas, algunas buenas y otras no tanto. Otras se sienten más bien deprimidas o ansiosas.
Nota: Si te sientes triste o sin ánimos o crees que no puedes llevar a cabo tus responsabilidades diarias, o bien, crees que puedes lastimarte a ti misma, busca ayuda profesional de inmediato.
Los cambios hormonales que ocurren al principio del embarazo podrían hacer que te sientas hinchada, como a veces pasa un poco antes de la llegada de tu periodo. Por este motivo, la ropa te puede apretar en la cintura desde muy temprano en el embarazo, aunque tu útero aún esté muy pequeño.
Poco tiempo después de quedar encinta puede que te pases el día corriendo al baño. ¿A qué se debe esto? El principal motivo es que durante el embarazo aumenta la cantidad de sangre y otros líquidos que circulan por tu cuerpo, lo cual significa que tus riñones están trabajando mucho más, y más fluidos se están acumulando en tu vejiga. Podrías empezar a sentir este síntoma a partir de la semana 6 del embarazo.
Lo más probable es que esta sensación aumente o se intensifique a medida que progrese tu embarazo. La cantidad de sangre que circula por tu cuerpo aumenta drásticamente durante tu embarazo. Esto hace que los riñones deban procesar mucho líquido adicional, el cual va a parar a la vejiga. Este problema se agrava a medida que tu bebé crece, ya que ejercerá mayor presión sobre la vejiga.
¿Has estado muy cansada últimamente? O mejor dicho, ¿completamente exhausta? Nadie sabe a ciencia cierta el motivo de la fatiga típica del comienzo del embarazo, pero es posible que tu soñolencia se deba al rápido aumento en los niveles de la hormona progesterona. Además ten en cuenta que las náuseas y el tener que despertarte con frecuencia por las noches para orinar, contribuyen a tu cansancio.
Cuando llegues al segundo trimestre empezarás a sentir más energía, aunque el cansancio suele reaparecer al final del embarazo, cuando estarás transportando mucho más peso y las incomodidades típicas de estas fechas podrían impedir que duermas bien por las noches.
Uno de los primeros síntomas del embarazo es la hinchazón y sensibilidad en los senos, provocada por el aumento en los niveles hormonales. Esta sensibilidad o dolor puede ser como una versión exagerada de lo que sientes antes de tus periodos. A partir del primer trimestre esta incomodidad disminuirá significativamente, a medida que tu cuerpo se adapta a los cambios hormonales.
Algunas mujeres empiezan a sentir náuseas un mes después de haber concebido, aproximadamente. Pero algunas mujeres empiezan a sentir estas molestias un poco antes. Las náuseas y los vómitos típicos del embarazo pueden ocurrir a cualquier hora del día: mañana, tarde o noche.
Lo bueno es que cerca de la mitad de las mujeres que padecen de náuseas dejan de tener estos síntomas al empezar el segundo trimestre. Para la mayoría de las demás mujeres, las náuseas tardarán más o menos otro mes en aliviarse. Unas cuanta afortunadas nunca tienen náuseas.
Lee más sobre mareos y desmayos durante el embarazo y averigua algunos trucos para controlar las náuseas.
Si tu ciclo menstrual suele ser bastante regular y de repente se retrasa tu periodo, probablemente te harás una prueba del embarazo, mucho antes de que empieces a tener cualquiera de los síntomas anteriores. Pero si tus reglas no son regulares y no tienes la costumbre de anotar las fechas de tu ciclo, las náuseas, la sensibilidad en los senos y las idas frecuentes al baño podrían ser las primeras señales de que estás embarazada, antes siquiera de que te des cuenta del retraso de tu periodo.
Si anotas con regularidad la temperatura basal de tu organismo (tu temperatura al despertarte) y notas que esta permanece elevada por 18 días seguidos, lo más probable es que estés embarazada.
Y, finalmente...
Diga lo que diga en la caja, muchas pruebas de embarazo caseras no logran detectar la mayoría de los embarazos hasta aproximadamente una semana después del retraso del periodo. O sea que, si decides hacerte una prueba antes de esa fecha y el resultado es negativo, vuelve a hacértela unos días después.
Recuerda que un bebé empieza a desarrollarse antes de que te des cuenta que estás embarazada, así que es crucial que empieces a cuidar tu salud mientras esperas la respuesta.
Una vez que el resultado sea positivo haz una cita con tu médico. Ahora visita nuestra sección de embarazo, donde encontrarás respuesta a todas tus dudas. Y no olvides suscribirte a nuestras Cartas del embarazo gratuitas, a través de ellas recibirás información semana a semana sobre el desarrollo de tu bebé. ¡Felicidades!
Entérate cómo puedes sobrellevar siete dolores y molestias comunes del embarazo y mira en nuestras imágenes interactivas lo que pasa ahora mismo dentro de ti.
¿Cómo quedar embarazada rápido?
Como regla general, es bueno que esperes de 18 a 23 meses para volver a concebir después de una cesárea, que es más o menos el mismo tiempo de espera que se recomienda para las mujeres que tienen partos normales.
Puede parecerte mucho tiempo, pero recuerda que acabas de pasar por una cirugía grande además de haber dado a luz, y necesitas darle tiempo a tu cuerpo para que se recupere y reponga los nutrientes perdidos. Por ejemplo, podrías estar anémica debido a la gran cantidad de hierro que tu organismo transfirió al bebé y a la placenta durante el embarazo, y también por la cantidad de sangre que perdiste durante el parto. Al tener un parto con cesárea, pierdes el doble de la sangre (un promedio de dos pintas, o casi un litro) que en un parto normal.
Los estudios también indican que las mujeres que se embarazan menos de seis meses después de haber dado a luz, podrían tener un mayor riesgo de tener ciertas complicaciones, como un desgarro uterino o un bebé de bajo peso. También necesitarás tiempo para adaptarte a tu nueva rutina de mamá antes de aumentar la familia. Al permitirte el tiempo necesario para sanarte y recuperarte completamente, así como para acostumbrarte a la maternidad, le regalas a tu próximo bebé una mamá más preparada para recibirlo.
A pesar de todo, si te embarazas antes de que hayan transcurrido 18 meses de tu parto con cesárea, no te asustes. Aunque se recomienda que las mujeres esperen al menos 18 meses entre un parto y otro para reducir el riesgo de que tengan complicaciones, muchas mamás se embarazan en menos tiempo y no tienen ningún problema.
De hecho, si tienes más de 35 años, tal vez no sea mala idea empezar a tratar de concebir de nuevo unos 12 meses después de una cesárea. A las mujeres de más de 35 a menudo les cuesta quedarse embarazadas por segunda vez, y el riesgo de tener dificultades para concebir aumenta con la edad. El mejor momento para volver a embarazarse puede variar de una mujer a otra, y lo ideal es que hables con tu médico acerca de tu caso en particular.
Nadie puede contestar esta pregunta más que tú, y la verdad es que se trata de una pregunta de difícil respuesta. Algunos dicen que esta decisión es más difícil que la de buscar el primer niño. No se trata ahora de tener un bebé, sino de cambiar la familia que ya tienes. Con cada nuevo nacimiento, debes pensar en las modificaciones que esto causará en tu estilo de vida, tus finanzas, tu trabajo, tus relaciones, y además en cómo ese bebé afectará a tus otros niños. Y, si escuchas lo que dice la gente, uno más en la familia representa más del doble de trabajo para mamá y papá.
Por supuesto, casi todos — médicos, científicos, o tus propios amigos y vecinos — tienen su opinión acerca del momento ideal para tener un bebé y el tamaño perfecto que debe tener una familia. Compara las ventajas y las desventajas y toma luego tu propia decisión.
Para mucha gente la decisión de tener o no tener otro hijo depende más de cuándo es un buen momento que de si tendrán o no más hijos. Y muchos se preguntan si hay un intervalo ideal entre cada nacimiento, para el bien de los adultos y de los niños. ¿Es mejor tener hijos muy seguidos, de modo que puedan jugar juntos y tú hagas todo el trabajo de criarlos en el menor tiempo posible, o es mejor "espaciar" los nacimientos para garantizar que cada niño reciba la atención y el cuidado suficientes?
Los investigadores han tratado de dar respuesta a esta pregunta, y si bien no pueden afirmar de forma definitiva que cada mujer debería esperar de dos a tres años entre cada nacimiento, muchos estudios determinan que ese lapso de tiempo es el ideal. Y también lo hacen la mayoría de las familias: según el Alan Guttmacher Institute, el intervalo promedio entre el primer y el segundo nacimiento es de alrededor de 30 meses para las mujeres estadounidenses.
A continuación te ofrecemos un resumen de varias investigaciones acerca de los intervalos de tiempo ideales entre cada bebé:
• Si el tiempo entre embarazos es menos de 18 meses o más de cinco años la probabilidad de que el segundo bebé nazca prematuro, con bajo peso o pequeño para la edad gestacional podría ser mayor, de acuerdo con un estudio reciente del Journal of the American Medical Association. Cuando los intervalos entre cada embarazo son demasiado cortos, según la teoría de los investigadores, el problema puede ser que el organismo de la madre no tenga el tiempo suficiente para recuperarse del estrés y de la pérdida de nutrientes del primer embarazo; y cuando los intervalos son más prolongados, el problema podría estar en que la fertilidad de la mujer disminuya gradualmente después de dar a luz, a medida que va pasando el tiempo.
• Esperar de 18 a 23 meses después del nacimiento de tu último hijo para volver a concebir parece ser lo mejor para la salud del nuevo bebé, de acuerdo a un estudio publicado en el New England Journal of Medicine. Los médicos hallaron que los bebés concebidos menos de seis meses después de un nacimiento anterior son un 40 por ciento más propensos a nacer prematuramente o con un peso más bajo que el normal. Y aquellos concebidos después de más de diez años del nacimiento de un hermano tienen aproximadamente el doble de riesgo de nacer prematuros.
• Un estudio similar de la Universidad de California en San Francisco encontró que el intervalo ideal entre bebés es de 24 a 35 meses. Los bebés concebidos antes de este periodo resultaron tener una incidencia mayor de bajo peso al nacer.
• El mejor momento para concebir otro bebé, es cuando el primer niño tiene menos de 1 año o más de 4 años, en cuanto a las relaciones de los niños con sus padres, los celos entre hermanos y la propia autoestima de los niños, de acuerdo con Jeannie Kidwell, profesora de estudios sobre la familia en la Universidad de Tennessee en Knoxville. Los niños menores de 1 año no tienen aún desarrollado el sentido de exclusividad, por eso son menos propensos a manifestar celos por la llegada de un recién nacido, señala, y aquellos de más de 4 años ya tuvieron el tiempo suficiente para disfrutar de la atención de mamá y papá y, además, ahora ya tienen su vida propia.
La ciencia no interviene en todas las elecciones que hemos de afrontar, especialmente aquellas decisiones que involucran amor y anhelos. Por eso aquí tienes algunas otras cuestiones que puedes tener en cuenta:
¿Cuántos años tiene tu otro hijo (o hijos)?
No hay aquí una respuesta que sea correcta o errónea, aunque el estudio citado más arriba sugiere que lo mejor es no quedar embarazada si tienes un niño de menos de 6 meses. Aún así, las opiniones de la gente están divididas en relación a este tema. Algunas personas están a favor de esperar lo más posible; de esa forma tus otros niños habrán tenido tiempo de sobra para estar contigo y podrán entender y hasta conversar sobre las consecuencias que podría producir otro bebé. Otros dicen que el hecho de que tus niños se lleven poca edad es garantía de que serán compañeros de por vida y de que tú no estarás criando niños pequeños el resto de tu vida. Piensa en ambas opiniones para poder decidir cuál es tu propia postura.
• "Mis dos niños se llevan tres años y medio, y pienso que esa diferencia de edad es fabulosa," dice Susan W., ejecutiva de una compañía de publicidad. "Dado que mi hijo mayor había dejado los pañales cuando nació el menor, pude enamorarme de la idea de criar otra vez un bebé. Y como tienen actividades sociales y evolutivas diferentes, no veo que haya entre ellos mucha rivalidad de hermanos. Disfrutan mucho estando juntos".
• "Mis primeros dos hijos se llevan tres años y medio. Eso me permitió pasar un tiempo sola con el primero", dice Janet L., redactora publicitaria, quien está embarazada de su tercer hijo. "Pienso que cuanto más edad tenga el mayor, mejor, porque de esta manera son mucho más independientes y están en condiciones de manejar mental y emocionalmente la llegada del nuevo bebé. En cierto modo, me gustaría que hubiese un intervalo de tiempo mayor entre mi segundo niño y el nuevo bebé, ya que sólo se llevan dos años. Me asusta mucho tener a dos en pañales a la vez. Y me preocupa el desafió físico de tener dos niños seguidos que requieren tanto tiempo y atención".
• "Mis tres niños mayores se llevan aproximadamente un año y medio, y aunque fue difícil cuando eran todos bebés, en cierto sentido fue sensacional", dice Bárbara M., psicóloga. "Se divertían mucho juntos y han permanecido muy unidos. Yo misma soy de una familia de cuatro hermanos y quise recrear ese sentimiento de familia grande".
¿Cómo puede otro bebé cambiar tu estilo de vida?
¿Has logrado asentar una rutina ideal con tus otros niños? ¿Cuentas con un buen apoyo para cuidar a los niños? ¿Duermen ya tus primeros hijos toda la noche de corrido? Quizás hayas llegado al punto en que tú y tu pareja tienen tiempo para dedicarse el uno al otro nuevamente. Tal vez hayas vuelto a trabajar y te guste hacerlo. Estos son todos factores importantes cuando estás pensando en tener otro bebé. Ten presente que un recién nacido, como sabes, ocupa una parte enorme de tu vida y de tu tiempo. Piensa en si tienes el tiempo y la energía que requiere un bebé y si tus niños están preparados para afrontar la realidad de un nuevo hermanito o hermanita en la casa. Tal vez decidas que uno es suficiente o que prefieres esperar un poquito más.
¿Cuál es tu situación económica?
Somos los primeros en reconocer que el dinero no lo es todo, pero sin dudas lo necesitarás cuando estés criando a una familia. Dado que cada niño cuesta alrededor de $10.000 al año si se tienen en cuenta los alimentos, la ropa, los accesorios y muebles, y la salud (y este es un cálculo conservador para muchas partes del país), te convendrá contar con un poco más de dinero extra para tu presupuesto mensual antes de concebir otro niño. Es importante también que analices tu situación laboral. A muchas mujeres les resulta difícil mantener su trabajo, ya sea de tiempo completo o parcial, una vez que viene el segundo o tercer niño. ¿Puedes afrontar dejar de trabajar si es que ésta te parece la mejor opción, o pagar el cuidado de tu nuevo bebé en caso de que conserves el trabajo?
"Mi hija tiene casi 4 años y aún no hemos tenido otro bebé porque nos preocupa el poder afrontar todos los gastos", dice Stephanie N., profesora universitaria. "No teníamos mucho dinero cuando tuvimos al primero, así que sabemos lo que significa no tener recursos para pagar las cosas. Es por eso que queremos estar mejor preparados para el próximo. El dinero es una consideración de suma importancia dado lo que cuesta el cuidado infantil. El otro aspecto importante es el desarrollo profesional. Me quedé en casa con mi hija todo el primer año. Me gustaría también hacer lo mismo con mi segundo hijo. Queremos otro; sólo que no estamos seguros cuándo. Yo ya siento que pasó mucho tiempo".
¿Qué edad tienes?
Desafortunadamente, la edad de los padres es un factor importante, especialmente en el caso de las mujeres. Si tienes 38 y quieres tener dos hijos más, no puedes darte el lujo de espaciar los nacimientos tres años. Pero si eres menor de 30 y no tienes ningún problema de salud que pueda dificultar la concepción, puedes ser un poco más flexible. Conversa acerca del tema de la edad con tu pareja: muchas personas ya tienen una idea de la edad que quieren tener para cuando terminen de criar a sus hijos.
¿Están ambos de acuerdo?
Algunas veces uno de los integrantes de la pareja está listo y el otro no. Es difícil que ambos estén sincronizados todo el tiempo. Es una cuestión difícil de resolver pero el primer paso es comenzar a conversar sobre las diferencias entre ambos. Siéntense y analicen juntos los puntos de vista de cada uno. Puede ser que no resuelvan nada en ese momento pero lograrán una mejor comprensión al respecto. También podría resultarles útil intercambiar experiencias con otros en la misma situación en nuestra comunidad.
¿Qué te dice tu corazón?
Puedes sentarte con una enorme cantidad de información y analizar detenidamente los pros y los contras, pero esta es una de esas decisiones que se toman según lo que te dicta el corazón, por eso ¡déjate llevar por el tuyo! Si quieres otro bebé y tu pareja también, no hay mejor momento que el presente.