Batalla del paso del Beresina
Batalla del Beresina 26-29 de Noviembre de 1812 cerca de Borisov actual Bielorrusia
Indice: Batalla del Beresina
Antecedentes de la batalla del paso del beresina
Tras la retirada de Moscú y Slomensko, las tropas francesas continuaron su retirada a través de Rusia con unas condiciones atmosféricas infernales y el continuo hostigamiento por parte de los rusos. Durante el trayecto millares de soldados del ejercito de Napoleón ya habían perdido la vida por hambre frió o por continuo hostigamiento de los cosacos, cayendo prisioneros o muriendo a manos de estos. El 18 de noviembre de 1812 Napoleón intenta agrupar los restos del ejercito en torno a Orcha, reuniendo unos 50000 franceses en condiciones de luchar, seguidos de otros 10000 soldados de otras nacionalidades sin apenas ya ímpetu bélico y otros 40000 rezagados formados, por artilleros sin sus piezas, civiles…
Tras abandonar Orcha, los franceses destruyen casi toda la artillería quedándose sólo con 250 piezas, y también se quitan de encima muchos carros de equipamiento y muchos animales de tiro empiezan a ser clasificados como sacrificables para alimento; la idea es aligerara l marcha para salir lo más pronto posible de Rusia, para lo cual se encaminan hacia el Beresina.
Movimientos previos
El 22 de noviembre de 1812, las primeras tropas francesas empiezan a alcanzar el Teresina a la altura de la ciudad de Borisov, aunque seguidos de cerca por las tropas rusas de Kutuzov con unos 80000 hombres y Wittgenstein con 30000. La población de Borisov era clave para retirada francesa ya que poseía un puente lo suficientemente amplio y sólido como para que se pudiese pasar a buen ritmo tanto los hombros como el material restante. Pero el día anterior se ha perdido el control de la orilla occidental ya que las fuerzas aliadas de Bronikowski han sido desalojadas por los 34000 hombres del almirante Tshitshagov y han cortado los puentes sobre el Beresina al tiempo que sus hombres aguardan al amparo de la orilla para dificultar el cruce de los franceses.
La primeras unidades en llegar a las cercanías fueron los 11000 supervivientes del cuerpo de Oudinot, que se encuentran con el camino cortado por los rusos y con el puente destruido, para colmo de males el río que en esta época del año normalmente está cubierto de una gruesa capa de hielo sobre la que se podrí intentar pasar, en aquel noviembre de 1812 apenas tiene una fina capa atravesada por torrentes de agua que se abren camino entre el hielo. Gracias a la información obtenida por Oudinot de los lugareños, los franceses tienen conocimiento de un vado en el río más al norte en la localidad de Studenka, de modo que Oudinot ataca Borisov haciendo retroceder al almirante Tshitshagov y abriendo de este modo el paso hacia Studenka, pero los rusos conocedores de la zona ya vigilan el lugar y Oudinot detiene su avance.
La situación es absolutamente desesperada, los franceses están cercados entre un rio infranqueable, las fuerzas del almirante Tshitshagov y los hombres de Kutuzov por el este y los de Wittgenstein por el noreste. Ante este panorama Napoleón decide que hay que cruzar el río por el vado de Studenka, intentando atraer a las tropas de Tshitshagov al sur de Borisov y ordena al general de ingenieros Eblé construir tres puentes a la altura de Studenka, pero la situación es tan crítica, que también se ordena destruir los documentos del estado más vagones de equipajes y muchas de las enseñas de los regimientos para evitar que caigan en manos enemigas ante una eventual captura del enemigo.
Pero la tarea encomendada al general Eblé no era empresa fácil, teniendo en cuenta que días atrás se habían destruido las barcazas puente para aligerar la marcha del ejercito, pero Eblé desobedeciendo las órdenes había conservado dos carros de forja y material de construcción; gracias a ese material escamoteado y a las madera obtenida de las casas de Studenka el general Eblé y sus 400 zapadores comenzaron a construir los puentes. Por otra parte se puso en marcha la maniobra disuasoria, Oudinot hizo un falso intento de cruzar el río al sur a la altura de Uchlodi; Tshitshagov cayó en la trampa y desplazó sus tropas hacia el sur dejando libre la zona de Studenka. Apenas despuntaban las primeras luces, 26 lanceros con un voltigeur cada uno a su grupa, junto con 300 hombres de infantería que cruzaron el río Beresina en almadías, convirtiéndose en la pequeña cabeza de puente para proteger la otra orilla de río. Al mediodía los ingenieros franceses habían conseguido levantar dos puentes, uno de los cuales era o suficientemente robusto como para pasar material pesado. Napoleón ordenó que comenzase el paso de los puentes y que no se detuviesen ni de día ni de noche, los primeros en pasar fueron las tropas de Oudinot seguidos por La Guardia y la artillería del II cuerpo y así sucesivamente, mientras el IX cuerpo de Victor se quedaba en la retaguardia sujetando a las tropas de Wittgenstein.
Cruce del río Beresina
La madrugada del 26 de noviembre, a las 01:00 horas, parte de los franceses del 2º Cuerpo de Oudinot comienzan a cruzar la superficie helada del río con la división de Legrand al frente. Una vez que los primeros cuerpos de ejercito habían pasado a la orilla occidental del Beresina , el II Cuerpo de Ejercito de Oudinot se posicionaron para defenderse de un posible ataque de Tshitshagov. Les siguen Napoleón y 11.000 soldados de su Joven Guardia; Bonaparte volverá a cruzar a la orilla oriental del Beresina para dirigir la retirada.
Hacia las 04:00 horas, los Ingenieros terminan el puente más pesado; la artillería y los carros de transporte que salen de Studenka comienzan a cruzarlo en buen orden, pero el puente es precario y se parte dos veces durante esta madrugada, deteniéndose el cruce de cañones y carruajes para ser reparado.
El 27 de noviembre, los Cosacos de Platov y Ermolov, y los Partisanos de Seslavin, en vanguardia del 3º Ejército ruso, llegan a Borisov desde el sureste, mientras Wittgenstein llega por el norteste, entablando un durísimo combate con tropas de Víctor que defienden la villa. La división de Partunot, del 9º Cuerpo de Víctor, resiste en principio, pero acaba rindiéndose ante la superioridad numérica de los rusos; son apresados unos 4.000 franceses y otros 2.000 mueren en combate.
Tomada Borisov, Wittengstein gira de nuevo hacia el norte y continúa avanzando a Studenka por la ribera oriental del Beresina, en coordinación con las tropas de Chichagov, que se mueven hacia el norte por la orilla occidental, sobre las cabezas de los franceses 72.000 rusos, contando con las vanguardias del 3º Ejército de Kutuzov que se están acercando y podrían sorprenderles medio indefensos mientras realizan la arriesgada maniobra del cruce del Beresina. Las tropas de Victor se retiran a Studenka y las de Oudinot le siguen, pero disponiéndose a cruzar a la ribera occidental por los puentes.
En la ribera oriental, las tropas del 1º y 9º Cuerpos de Davout y Víctor y la Vieja Guardia forman una sólida línea defensiva al sureste de Studenka, para cubrir a quienes se retiran por los puentes del ataque de las tropas del almirante de Tshitshagov que hace ya tiempo han salido del error al que les indujeron los franceses y mantienen fuertes enfrentamientos con las tropas de Napoleón que ya ocupan el margen occidental del río ; el puente por el que están circulando la artillería y los carros vuelve a romperse hacia las 16:00 horas, debiendo detenerse el tráfico mientras los hombres de Eblé vuelven a ponerlo en pie trabajando en semejantes condiciones de frío, hambre y extenuación del trabajo de los días anteriores así como la presión que genera la desesperada situación.
El 28 de noviembre, las tropas de Chichagov, Ermolov y los Cosacos de Platov, atacan por el sur de la ribera occidental a los 600 supervivientes del 3º Cuerpos de Ney, y a los soldados del 2º de Oudinot que acaban de llegar a esta orilla, en total unos 12.000 hombres, que logran detener los ataques de fuerzas rusas muy superiores y mucho más frescas. Mientras, en la ribera oriental, Wittengstein emplaza su artillería y cañonea la línea francesa al sureste de Studenka, a la vez que su infantería se encamina hacia su principal objetivo, los vulnerables puentes franceses.
Ante el ataque coordinado ruso en las dos orillas, y la cercanía del 3º Ejército de Kutuzov con un número de tropas que desbordaría completamente la resistencia francesa, la cohesión de las tropas imperiales, se desmorona completamente por el pánico. Oleadas de soldados abandonan sus posiciones y campamentos para arrojarse en tropel hacia los puentes para escapar, seguidos de una muchedumbre de civiles, en un intento por poner a salvo sus propias vidas.
Napoleón, al contemplar la creciente histeria, abandona la orilla oriental del Beresina por uno de los puentes, hacia las 14:00 horas. La Vieja Guardia le abre paso, mientras se retiran en desorden junto a los I y IV Cuerpos de Davout y Eugene, y muchos rezagados que entran en los puentes. Durante este caos, muchos de soldados y refugiados mueren golpeados o pisoteados por otros, aplastados por carros o animales, ahogados o congelados en las frías aguas, o alcanzados por el esporádico fuego artillero ruso.
Uno de los puentes se hunde por el gran peso de carros, cañones, caballos y personas, congregándose el exaltado gentío en la entrada del otro, lo cual ralentiza la huída por él, pudiéndose avanzar tan sólo unos pocos pasos cada hora.
Hacia las 16:00 horas, tan sólo queda en la orilla occidental, al sureste de Studenka, el 9º Cuerpo de Víctor que valerosamente resiste a las oleadas rusas; todas las demás unidades están ya al oeste del Beresina. Por los puentes una muchedumbre sigue huyendo hacia el oeste, abandonando sus carruajes en el lodazal de acceso a los puentes de pontones, lo cual dificulta aún más la entrada en los mismos.
Los soldados de Víctor contienen a los rusos de Wittgenstein hasta el anochecer, y después se retiran y sobre las 21:00 horas llegan a la orilla occidental, mientras la patética multitud continúa desbordando los puentes hasta entrada la noche. En la ribera occidental las tropas de Oudinot, Ney y de la Guardia han podido contener a los rusos de Chichagov hasta que cesan los combates, hacia las 23:00 horas.
Para entonces, los rusos que les acosan se encuentran con la moral muy alta, confiada en su mayor número, mejor equipada y más acostumbrada a las terribles condiciones rusas, pero carecen de comida: debido a su propia táctica de Tierra Quemada, las áreas circundantes se hallan esquilmadas. Registran a todos los prisioneros y carros de los invasores que capturan pero no hay apenas nada que requisar, abatidos, hambrientos y sufriendo unas temperaturas de 25º C bajo cero de día, y hasta unos 29º C bajo cero por la noche.
El 29 de noviembre, todos los Cuerpos de Ejército y formaciones francesas o aliadas organizadas habían cruzado ya a la orilla occidental del Beresina. Desde el momento de su apertura, hubo Gendarmes franceses a la entrada de cada puente para evitar que nadie desarmado los cruzase; de tal forma que la mayor parte de lo que aún permanecen en la ribera oriental son civiles y soldados heridos, enfermos o moribundos, rezagados de sus unidades o perdidos, muchos desarmados y sin dirección militar alguna.
A las 09:00 de la mañana, el general Eblé ordena quemar el único puente que queda en pie, para impedir que los rusos de Wittgenstein y Milordarovich persigan la retirada del ejército francés hacia el oeste, dejando morir a los cientos de personas que los están cruzando y abandonando a su suerte a los millares que estaban en la orilla este del río, mientras en la orilla oeste, los Cosacos de Chichagov cargan una vez más contra la retaguardia francesa, ahora a cargo de Víctor, siendo rechazados de nuevo.
Consecuencias de la batalla del paso del Beresina
Aunque la cifres de bajas no terminan de estar claras según las fuentes y lo autores, unos 28.000 soldados franceses con 200 cañones han conseguido cruzar el Beresina, seguidos de 30.000 soldados auxiliares y refugiados civiles. Las bajas han sido enormes para el ya muy mermado ejercito napoleónico, posiblemente unas 30000 bajas además de al menos otros 10000 rezagados que nunca consiguieron cruzar el río, por parte rusa las bajas también fueron muy importantes posiblemente entre 12000 y 15000. Napoleón había logrado una vez más una victoria estratégica en una situación que por lo desesperada podría haber supuesto la total aniquilación del ejercito francés y había alejado a sus perseguidores, sin embrago lo que queda al otro lado del Beresina ya poco tiene que ver con el temible ejercito que invadió Rusia y que en estos momentos se ha convertido en una masa desmoralizada y hambrienta en la que normalmente prima más la supervivencia individual que la conciencia de grupo.