XII.

¿Te miran desde fuera del remanso?

No sabíamos todo lo que transmitíamos cuando decíamos Estoy pez. Qué suerte: ya nadie lo dice, ni para motejar de ignorantes a los peces ni siquiera para levantar a pulso la alegoría de que vivimos felices e inconscientes en el remanso de légamo de nuestras ciudades y de que más arriba del pelo del agua hay mundo: aire, nubes, cielo, ¿y en el cielo alguien por encima de los superiores que a nosotros nos miran con suficiencia? ¡Como lo haya, se van a enterar los superiores de lo que es ser pescados a deshora!

Además: cuando llueve

en el remanso,

buen año pa nosotros

y para ellos mal año.