3 de enero, 2022
Por Antonio Corporan
La educación ha tenido la atención de todas las sociedades, sin importar lo modernas o antiguas que estas sean. Y no es para menos, porque la base del desarrollo de un pueblo está estrechamente ligado a lo que aprenden a hacer como grupo colectivo, razón por la que cobra una importancia que trasciende lo familiar y local. Es tan importante, que los gobiernos han asumido el tema, desde antaño, como un compromiso que deben tener como garantía para que se lleve a cabo en todos los niveles socioeconómicos, porque están conscientes de la necesidad de la calidad de la misma para poder cumplir con ese compromiso.
Esa necesidad de calidad educativa es la que ha llevado a la UNESCO, en nombre de los países que representa, a evaluar constantemente el sistema educativo global para determinar lo que significa la calidad educativa, ya que que a los países se les ha hecho difícil avanzar en el avance de una calidad educativa que proporcione a los ciudadanos los conocimientos necesarios para una vida digna, placentera y feliz, a pesar de los esfuerzos y recursos dedicados a ese fin.
¿Por qué no han podido numerosos países, en especial los de América, lograr la calidad educativa que necesitan si se han esforzado tanto por ello? Porque para trabajar por la calidad educativa, sin importar el país que sea, todo el sistema debe trabajar armoniosamente como si fuera una sola familia con el mismo objetivo, y eso es algo muy difícil de lograr, sobre todo cuando dos sectores principales del sistema avanzan con objetivos muy alejados de los de la sociedad en común. Me refiero a los comerciantes y políticos.
En el caso de los comerciantes, solo están interesados en que sus negocios sean prósperos, sin importar que los demás ciudadanos se vean afectados, lo que hace causa común con los políticos, que solo están enfocados en sus intereses personales, y que para poder llevar a cabo su proyecto personal se apoyan de los comerciantes que necesitan de ellos para poder realidad sus proyectos. En este contexto de intereses personales se forma una simbiosis perfecta para proteger los intereses comunes para que no se afecten, y la mejor manera de hacerlo es aislando al resto de la población para que no los frenen en sus acciones que dejan de lado a la población general. El complot perfecto para no hacer del pilar del desarrollo la prioridad del estado, razón por la que la calidad de la educación se ve afectada y se hace tan difícil lograr avances significativos.
La calidad educativa significa poner en práctica las acciones idóneas identificadas para encarar los retos que afectan a las sociedades impidiendo una educación de calidad. Para que esto sea posible, el gobierno debe decidir qué es más importante, si los intereses de toda la población o si los proyectos personales de comerciantes ambiciosos, que muchas veces se mezclan comerciante-político, lo que garantiza el bloqueo necesario para que la educación nunca llegue al nivel que los demás ciudadanos necesitan para buenas oportunidades en sus vidas.
No hay duda de lo que debe hacerse, lo difícil es llevarlo a la práctica. Seguimos apelando a la capacidad de análisis de autoridades conscientes de la urgencia de llevar a cabo planes educativos puntuales e integrales dirigidos a las necesidades de todos los actores del sistema educativo, que abarca a toda la sociedad, para que que, como país Y TOTALMENTE INDEPENDIENTE DE CUALQUIER PROYECTO POLÍTICO PARTIDISTA, nos aboquemos a un verdadero Plan Nacional de Educación.