Parte 3

La Guerra de los Clones

El inicio de la guerra declarada por la raza que se conocen como Xopatz, o Arcontes (raza con raíz reptiliana) que son la cúspide de la raza “anticrística” habían partido de su Galaxia madre Arconis. La galaxia de Arconis, es una mega galaxia (10 veces más grande que la Vía Láctea), donde los Xopatz ya tenían dominio total de todas las razas y civilizaciones de Arconis, al llegar a un tope máximo de tecnología, iniciaron la invasión a otras Galaxias vecinas, entre ellas Andrómeda.

Los Xopatz huyeron de Andrómeda debido a la intervención de la supraconfederación (Tronados y coronados) hacia la Vía Láctea por dos lugares distintos, uno fue por el portal de Pegaso donde existe un portal natural (hecho por los Elohims) de Andrómeda hacia la Vía Láctea, el otro lugar por el que llegaron fue por una mini galaxia satélite llamada Sextante que se encuentra exactamente debajo de la vía Láctea.

La guerra no empezó por este evento, ya había muchas disputas de poder entre los reptiles oriundos de la Vía Láctea y los humanos (principales beligerantes), pero la llegada de los Xopatz hizo un contrapeso fuerte en la dualidad. Hay que entender que un reptil o insecto pone huevos para generar su descendencia, un solo reptil puede poner en un viaje interestelar 100 a 500 huevos por hembra, y los insectoides muchos más. Esta desproporción en números hizo que en las batallas cósmicas las flotas reptilianas llegaran a las batallas con cientos de miles de naves, y en contraposición con las humanas solo eran algunas pocas de cientos.

La idea de los principales comandantes humanos fue la creación de clones ya que un humano solo tiene 1 solo descendiente y no como los reptiles que son miles. Por tecnología pusieron miles de cientos de millones de clones al servicio de la guerra formando por primera vez lo que entendemos como Alianza Galáctica, fue la primera vez que se pudo poner un alto al avance reptil en las guerras de la Galaxia.

Al tener este respiro de contrapeso en la guerra galáctica, los humanos pudieron colonizar cerca de 100 planetas con hábitat adecuado a la biología humana, en estos planetas se introdujeron híbridos humanos adaptados para vivir bajo el agua, en el intraterreno, y en la superficie, de allí vienen las leyendas de los seres sirenas y tritones.

Después del avance humano, los Xopatz al ser los seres mas evolucionados en tecnología bélica empezaron a introducir las bombas de Quark que consiste en quebrar el gravitón de la subpartícula atómica llamada quark, eso rompe la estabilidad de el tiempo-espacio y se genera un agujero de antimateria y destruye la constante dimensional de una estrella, planeta o sistemas enteros.

La gravedad del asunto implicaba la destrucción de sistemas estelares enteros, y había la posibilidad de que se destruyera la galaxia entera al tener un desbalance de gravedad, y también afectaría a las galaxias vecinas. Por lo que la Confederación de Laniakea decidió intervenir como lo hizo en Andrómeda parando la guerra galáctica de Orión.

La confedereción impuso la paz entre las distintas facciones que participaban en la guerra, los tronos y potestades decidieron dividir la galaxia dando ciertos sectores a los distintos beligerantes, con la promesa de que la guerra no seguiría más. El sistema solar en el que habitamos quedo del lado donde esta la federación reptiliana de Orión.

El problema que siguió después fue la reconstrucción de miles de planetas destruidos, así como los 5 mil trillones de soldados clones que quedaron sin “oficio”. Otro problema fuerte que hubo fue la cantidad de almas pervertidas por la guerra, y la cantidad de almas desahuciadas sin lugar para volver a encarnar. Estos problemas generaron posteriormente la implementación de los mundos en cuarentena como lo es el planeta Tierra.