El REINADO DE LA BESTIA Pt. 3

Asediadores astrales y Karma

Cuando hablamos del karma creemos que es una energía de condición punitiva, que solamente el sufrimiento nos libera del mismo. Aquí está el error, pues cuando sufrimos, creamos más miasmas (obsesores astrales) de sufrimiento ampliando nuestra angustia y con eso pasamos a generar energía de odio, dolor y similares, que se vuelven miasmas de activación de los contratos de hologramas.

El karma debe ser entendido como una energía de acción y reacción y todo aquello que creamos genera una energía contraria en la misma proporción, cuando lo analizamos de esa forma, el sentido punitivo deja de existir y pasa a existir solo el aprendizaje.

El karma enseña, no castiga, cuando nos damos cuenta que en nuestro aprendizaje estamos corrigiendo una actitud equivocada del pasado. Normalmente las personas están presas a la Rueda de Samsara por el concepto kármico de pecado y de otras situaciones que son consideradas negativas, por eso las personas vuelven a caer en el mismo error, pues esos errores son codificados en la estructura del ADN como memoria celular. No hay nada que hacer contra esa codificación, pues es parte de quienes somos.

La energía generada por el sufrimiento es una llave de activación de los miasmas y larvas astrales, que acaban por incentivar los problemas traumáticos de las personas. Todo miasma actúa sobre un patrón mental y emocional, que a su vez forma parte del contexto religioso de las creencias que formulan el karma o el darma.

En las ciudades del umbral los conceptos kármicos son amplificados e introducidos en los miasmas, de esa forma dejan a las almas que residen cada vez más presas en sus dogmas. Esos seres, cuando vuelven al ciclo físico carnal, están aún programados con mayor intensidad en los conceptos que clasifican el karma y la culpa. Eso genera automáticamente, en la línea de memoria celular hereditaria, mecanismos de activación del karma para mantener a las personas presas a esa programación.

Por tanto, la programación de karma genera un mecanismo de control de los implantes y sus mecanismos para mantener a las personas bajo la irradiación de los Xopatz. Incluso puedo adelantar que los señores de los hologramas del karma son los Xopatz, que poseen las ciudades tecnológicas de aprisionamiento en lo que denomino de umbral Tecnológico.

Los Xopatz(arcontes) poseen un Consejo kármico umbralino, en el cual elaboran los implantes y la programación de abducción de las almas con las que ellos tienen contrato, creando así una programación de aprisionamiento dogmático en la sociedad humana.

El miedo es un error, la energía del miedo genera la activación de los miasmas en nuestra corriente bioquímica, que despierta las programaciones religiosas de los ángeles y dioses caídos. La mayor programación fuera del fanatismo religioso es la búsqueda por el poder desenfrenado, para poder dominar y controlar a otras personas, esta codificación lo que garantiza es que esas almas estén siempre presas a la Rueda de Samsara, sin conseguir romper esa barrera. Ese procedimiento garantiza alimento emocional y de poder sobre nuestra realidad terrestre, lo que explica la situación mundial de nuestra sociedad, donde el poder de las armas y de la política mantiene a toda la humanidad en un estado de jaque-mate. A través de ese proceso ellos pueden abducir e introducir entradas en los puntos de poder que son de su interés, manteniendo el poder de los grupos secretos que las personas denominan, sin saber, de Illuminatis. En verdad, ese grupo no es quien controla, él es controlado y realiza los intereses de los Xopatz de Arconis.