La principal tarea que tienen las personas que han recibido el gran regalo de la vida, es la de sacar a la luz el tesoro que llevan dentro. Aunque no lo creas, cuando naciste trajiste encerrado en tu interior un tesoro para este mundo. Y ese tesoro no es otra cosa que tú mismo. Todas las riquezas que hay sembradas en tu interior. En la medida en que llegues a ser tú mismo, desarrollando cada día esas capacidades y cualidades que Dios ha puesto dentro de ti, serás feliz, tendrás confianza en ti mismo y enriquecerás al mundo con tu personalidad.
El camino para alcanzar esta meta no es otro que el de la autenticidad. Ser auténtico es ser fiel a ti mismo, a lo que piensas, a lo que sientes, a lo que te nace del corazón. Ser auténtico es presentarte ante los demás tal como eres, contento de ser así, transparente, sin pretender engañar a nadie ni aparentar lo que no eres, para parecer mejor o ser aceptado.
Por ello, para poder ser auténtico, deberás conocerte a ti mismo cada vez mejor, para así saber quién eres y cómo eres. Pero esto no podrás hacerlo solo. Necesitas estar en contacto con los demás para descubrir tu tesoro. Sólo las personas que te quieran de verdad, te ayudarán a sacar a la luz las grandes riquezas que Dios ha puesto en tu corazón.
Si quieres, puedes empezar a desenterrar tu tesoro. Ayúdate de estas preguntas para encontrarlo:
¿Sabías que tú eres como una caja de regalo que contiene en su interior un gran tesoro que hay que descubrir?
¿En qué crees que puede consistir tu tesoro? ¿Lo has desenvuelto ya?
¿Sabes las cualidades que tienes? ¿Podrías decir algunas?
¿Qué entiendes cuando oyes decir de alguien que es una persona «falsa»? ¿Y cuando dicen de alguien que es una persona «auténtica»?
¿Crees que es fácil conocer de verdad a las personas? ¿Por qué? ¿Qué es necesario para poder conocer a alguien de verdad y llamarle amigo?