El Evangelio del domingo es un relato que ayuda a descubrir que hay muchos senderos donde encontrarse con Jesús; realidades que hacen arder el corazón al ver una sociedad desconcertada, cansada de noticias tristes; personas desoladas a las que se les han venido abajo todos sus planes y que están deseando retomar la actividad cotidiana o volver a la normalidad.
Son muchos los hechos de vida que nos cuestionan, que nos hacen abrir los ojos y poner rostro a Jesús compartiendo camino y vida. Este camino exige no huir de responsabilidades, ser cercanos al caminante con el que nos crucemos, al enfermo o al que sufre la soledad, y ponernos manos a la obra con gestos de fraternidad y solidaridad dando testimonio del Evangelio.
A veces caminamos por la vida a una velocidad de vértigo, con la mirada distraída y superficial. Entonces un momento de crisis nos pone en jaque, y en esta dificultad, Jesús nos propone abrir los ojos y el corazón. Frente a los senderos de duda, cansancio y desánimo, Jesús nos propone caminar por los nuevos acontecimientos de la vida desde la mirada del amor de Dios. Dejémonos encontrar por Él.
Nosotros esperábamos…
¿Cómo reaccionas cuando se frustran tus expectativas?
¿Cómo te ayuda el camino de Emaús a encontrar motivos de verdadera esperanza?