No todas las piezas tienen acentos claros y diferenciados pero, si los tienen, puede ser interesante y atractivo visualmente marcarlos, hacerlos visibles en nuestro baile.
Hay bailarines que tienden a hacerlo realizando movimientos con los brazos, la cabeza, expresiones de la cara o posturas del cuerpo. Pero lo que suele hacer la mayoría de bailarines es expresarlo con movimientos de las piernas y de los pies, ya sea mediante kicks o mediante un paso que encaje con el acento. De hecho esto tiene cierta lógica ya que el cuerpo y los brazos tienen funciones de guía que pueden hacer difícil utilizarlos como vehículo expresivo. También es posible que no tengamos tanta facilidad o tantos recursos a la hora de utilizar variaciones de cuerpo o brazos, simplemente por el hecho de que lo que habitualmente practicamos, en las clases de baile, son básicamente variaciones de pies.
Mira este vídeo donde William Mauvais y Maeva Truntzer bailan una pieza que han coreografiado. No hay duda de que juegan con ventaja. Esto no es baile social; han podido estudiar la música y buscar los detalles que más les interesa expresar en su baile. Aún así creemos que es un buen ejemplo de musicalidad basada en los acentos. Fíjate como los acentos les dan mucho juego y les ayudan a hacer mucho más expresivo su baile .
Mira ahora, si quieres, este otro vídeo de Dax Hock y Ria DeBiase. Ya verás que aquí, ya que se trata de baile social, improvisado, no siempre es tan fácil percibir los acentos y entender cómo los marcan. Es más, es posible que algunas veces hayamos interpretado que el leader o la follower marca un determinado acento y, de hecho, esto sea una casualidad, una alucinación de los que hacemos esta web.
A menudo los acentos son una parte muy evidente de una canción. Esto los hace muy atractivos como elementos donde basar la musicalidad. Pero pensamos que basar la musicalidad esencialmente en los acentos también tiene algunos pequeños inconvenientes. Por un lado, si un bailarín se propone marcar los acentos de una pieza y resulta que, a medida que los va marcando, se da cuenta que esa canción está rellena de ellos, puede terminar agobiado él y, sobre todo, su pareja de baile. Por otro lado, si uno intenta marcar todos los acentos de una pieza las posibilidades de error (de marcar uno que no estaba o no marcar uno que acaba siendo muy evidente) son altas y, en consecuencia, también es alta la posibilidad de frustración. Evidentemente cada uno debe decidir qué y cómo quiere bailar, pero pensamos que no estaría nada mal que, al bailar, analizáramos este tipo de aspectos y supiéramos encontrar un punto de confort propio y de la pareja, también en este terreno.
Si lo deseas, ahora puedes ver nuestras propuestas para mejorar tu musicalidad basada en los acentos.