La pulsación de una canción es el latido que marca el ritmo. También se denomina pulso o, del inglés, beat.
La pulsación es la unidad de medida de la música, como el kilo es la unidad de medida del peso y el metro de la longitud. Es el marcapasos de la música. Las pulsaciones son marcas musicales periódicas que se repiten regularmente a lo largo de una pieza musical.
Esta pulsación debe ser percibida tanto por parte de los bailarines que la siguen como por parte de los propios músicos que la tocan.
A los músicos les permite saber qué duración deben dar a las notas y los silencios que tocan. También les permite sincronizarse con sus compañeros. A los bailarines nos sirve para poder armonizar nuestros movimientos con la música que suena, ya sean los pasos que hacemos con los pies o el resto de movimientos del cuerpo. También nos permite comprender la música que bailamos y, por lo tanto, poder seguirla e interpretarla mejor. Para poder bailar (o para poder tocar) hay que ser capaz de percibir esta pulsación de forma espontánea, sin tener que fijarse en ella.
Si nuestros recursos neuronales están pendientes de identificar la pulsación, nos será complicado fijarnos en otros aspectos importantes de la música y del baile.Si queremos hacer malabares con tres mazas mientras estamos sobre un monociclo, es necesario que, como mínimo, una de las dos tareas esté automatizada. Si no es así, cuando nos concentramos en las mazas caeremos del monociclo y cuando fijamos la atención en aguantarnos sobre la bicicleta de una rueda las mazas acabarán en el suelo. Si no tenemos automatizado el reconocimiento de la pulsación, cuando queramos seguir el ritmo no podremos estar pendientes de la pareja. O lo perderemos cuando intentamos pensar qué paso haremos a continuación.
Por norma general, la pulsación de una música la determina, de forma explícita, la sección rítmica. Casi siempre lo hace la batería, pero a menudo lo hace el contrabajo o la guitarra, mediante un patrón de acompañamiento regular.
En músicas más complejas, o en ciertas partes de las piezas, la pulsación sólo está presente de forma implícita. Es una especie de denominador común para las longitudes de las notas, las cuales tienen generalmente una duración que es un múltiplo o una subdivisión exacta de la pulsación (una negra tiene la misma duración que una pulsación, una blanca el doble y una corchea la mitad). Por ello, y para facilitar el aprendizaje, los músicos suelen utilizar, para ensayar, el metrónomo, un aparato que les va marcando, de forma regular, la pulsación. Evidentemente, el metrónomo no suena durante la interpretación de las piezas.El número de pulsaciones que se ejecuten por minuto determinará que una pieza sea más rápida o más lenta. Es a lo que llamamos el tempo de una pieza. En el swing, una pieza tocada a 60 pulsaciones por minuto (BPM, latidos por minuto) es una pieza muy lenta mientras que una tocada a 220 BPM nos hará sudar.
Atendiendo que no siempre será la batería quién marque la pulsación ni, cuando lo haga, lo hará siempre de forma clara, sería preferible que reconociéramos el latido de la música independientemente de fijarnos específicamente en la batería. Dicho de otro modo: hay que sentir el latido, no la batería. La batería genera unos sonidos (como los otros instrumentos o la voz) que pueden o no coincidir con la pulsación. De hecho es esencial entender que la pulsación es una sensación generada por la música, no es un sonido en concreto tocado por uno de los instrumentos. Si el latido coincide con el sonido de la batería, fantástico. Pero no pasa nada si no coincide. Debemos notar la sensación de latido, no escuchar un sonido en la música que coincide con este latido.
Si ya eres capaz de percibir, sin esfuerzo, la pulsación de las canciones cuando bailas, no hace falta que sigas leyendo este partado. Si no es así, esperamos poder ayudarte a mejorar y conseguir un reconocimiento espontaneo de la pulsación.
El proceso de análisis y trabajo que te proponemos a continuación está basado en la unión de conocimientos provenientes del campo del aprendizaje y del campo del lindy hop. Seguramente hay muchas otras maneras de plantearlo. Aún así, lo que sí te podemos asegurar es que varios bailarines que tenían serios problemas en la comprensión y ejecución de aspectos interpretativos de la música aplicados al baile, siguiendo estas propuestas de trabajo han conseguido, por ejemplo, que la pulsación deje de ser un problema para ellos. Han conseguido reconocerla de forma automática y poder pasar a concentrarse en otros aspectos importantes del baile.
Estos resultados son los que nos han decidido a dar más difusión a estas propuestas y reflexiones a través de este web. Esperamos que los resultados obtenidos también te animen a ti a trabajar en ello.
De todas formas, aunque estas propuestas sean realmente acertadas, no provocarán cambios significativos en tu baile social si tú no te propones firmemente trabajar poniendo todos los recursos oportunos (tiempo, organización, constancia, paciencia, motivación ... ). ¡Y es que las cosas requieren siempre un esfuerzo!
Venga, pangámonos a trabajar. Vamos al primer paso.