Una vez justificado por qué pensamos que es útil y necesario identificar espontáneamente el 1 y hemos revisado los conceptos básico de qué es el 1, vamos a ver cuáles son las principales estrategias que se pueden utilizar para identificarlo.
Las estrategias que te proponemos ahora no son excluyentes. También pueden existir otras. Si las que tú usas no están contempladas en este apartado te agradeceremos que nos lo cuentes.
Después de lo que hemos explicado en el apartado ¿qué es el 1? parecería que lo más lógico sería decir que la estrategia básica a seguir es aprender a percibir la pulsación más fuerte. Pero, tal como explicamos en el apartado tener swing, hay, a menudo, demasiados elementos que distorsionan el reconocimiento del 1 a través de la percepción exclusiva de la pulsación más fuerte. Por ello te aconsejamos reforzar el reconocimiento del 1 con otras estrategias.
Pensamos que el reconocimiento de la estructura de la canción es la estrategia más útil para identificar el 1. Los motivos son varios:
No analizaremos ahora en detalle ni propondremos ejercicios para practicar su reconocimiento (esto lo puedes encontrar en la página sobre la mejora de la identificación de la estructura). Ahora sólo explicaremos brevemente qué son las frases y cómo nos puede ayudar a identificar el 1. ¡Vamos allá!
En el caso de la música que solemos bailar, aunque hay muchas variantes y excepciones, los ochos suelen agruparse de cuatro en cuatro o, menos frecuentemente, de seis en seis. Cada uno de estos grupos, tal como ocurre en la poesía, nos comunica una idea. Se suele hacer mediante un planteamiento inicial, un nudo y un desenlace.
Aunque no siempre pasa exactamente así, en las frases de 4 ochos los dos primeros suelen servir para presentar las ideas musicales, el tercer ocho pone la intriga (genera tensión musical) y, en el cuarto ocho, se resuelve la idea (se libera la tensión musical).
Este discurso es identificable desde diferentes puntos de vista como son la melodía, el acompañamiento armónico o el acompañamiento rítmico. De la misma manera que en una poesía somos capaces de entender que la idea ha terminado, en la música podemos ser también capaces de percibirlo, con la práctica correspondiente.
Ahora no nos vamos a fijar en ningún aspecto en concreto. Nos gustaría que intentaras captar la sensación musical que genera cada ocho, la tensión que genera. Intenta percibirlo en la siguiente pieza y ver cómo se repite siempre la misma evolución:
Observa que sólo hemos señalado la pulsación en la primera frase. Lo hemos hecho así porque pensamos que se trata de no contar y destinar toda la atención a percibir como la tensión musical evoluciona a lo largo de los 4 ochos y concluye en el cuarto. Si estás pendiente de contar, te será más difícil percibir la tensión. Además, el objetivo es justamente poder percibir el 1 sin necesidad de contar.
Para saber si debes mejorar la percepción de la evolución de la tensión musical, haz una prueba: sólo escuchando la música ve cambiando el punto de ejecución del video -ahora más adelante, ahora más atrás- e intenta identificar de qué ocho se trata. Mira la pantalla y comprueba si has acertado. Si te es difícil percibirlo puedes practicarlo con los ejercicios de la página referente a la mejora de la identificación de la estructura.
Si eres capaz de percibir con facilidad cómo evoluciona la tensión entonces puedes identificar el 1 a partir de dos cosas:
Algunas canciones tienen melodia (instrumental o cantada) que empieza en el 1 y acaba en el 8, una y otra vez. Estas canciones nos ponen muy fácil la faena. Puedes escuchar este ejemplo:
Momma's In The Kitchen-Slim Gaillard.
Puedes escuchar todas las piezas que te proponemos en este apartado en la lista "reconeixement 1" de Spotify, conectándote con el usuario "jaume.rosset", o visitando este link.
Observa como en las primeras frases Slim Gaillard canta cada estrofa coincidiendo con los ochos y, por lo tanto, seguir la melodía nos ayuda a identificar el 1. ¿Pero qué pasa cuando no canta? Los solos ya no empiezan y terminan con precisión en cada ocho.
La verdad es que muy pocas canciones tienen una melodía (instrumental o cantada) que se ciña regularmente al ocho. De hecho, lo más habitual es que no siga estrictamente la estructura y eso nos lleve a confundirnos. Escucha esta canción y fíjate como raras veces entra en el 1.
My Baby Just Cares For Me-Nina Simone.
Tal como explicamos en el apartado tener swing, la visceralidad con la que la mayoría de músicos suelen interpretar sus piezas hace que se retrasen o adelanten varias pulsaciones. En los vídeos que encontrarás en la página de práctica lo podrás comprobar con más facilidad, si lo deseas.
Por lo tanto, esta tercera estrategia, aunque sabemos que hay bailarines que la utilizan, se debe utilizar con prudencia y, preferiblemente, no como criterio principal o único.
En algunas canciones, la base rítmica o el acompañamiento melódico (ya sea el bajo, el piano, la guitarra o la sección de viento) cambia de forma más o menos clara en cada ocho. Esto puede ayudar bastante a identificar el 1 en algunas piezas. Incluso hay acompañamientos que tienen una estructura muy bien definida y reconocible, como los walking y los riffs.
Un walking es un tipo de acompañamiento, asociado generalmente al contrabajo o a la mano izquierda del piano, basado en una sucesión de notas de igual duración (normalmente una nota por cada pulsación). Un riff suele ser un fragmento rítmico o melódico que se repite una y otra vez, normalmente cada ocho, y suele ser bastante cantable.
Puedes escuchar un ejemplo de riffs en la siguiente grabación de un concierto de la Orquesta de Count Basie. Escucha la primera pieza, Easin' it.
En la siguiente pieza observa como el bajo hace una secuencia de notas que nos marca muy bien, con un acompañamiento claro y repetitivo, la estructura de ochos y sus unos.
¿Ha identificado el acompañamiento? Ves como coincide con un ocho?
Si te ha sido difícil entender a qué nos referimos, mira el siguiente vídeo donde hemos puesto el acompañamiento y hemos marcado donde empieza cada ocho.
Mira ahora el vídeo siguiente donde, sobre la canción original, hemos marcado los unos. Identifica el contrabajo haciendo el acompañamiento y fíjate como nos marca cada ocho y, por lo tanto, cada 1.
De hecho, el acompañamiento del contrabajo a menudo es muy simple y nos facilita el reconocimiento del 1. Fíjate en este ejemplo donde hemos marcado el 1 y el contrabajo. Como sucede con cierta frecuencia en la música swing, como más libertad tienen los instrumentos solistas, más clara será la base. Aquí la melodía y la segunda voz van muy a su aire, haciendo muy difícil seguir la estructura de la canción si nos fijamos en ellos. En cambio, si seguimos el contrabajo, que es quien se encarga aquí de marcar una pauta clara para los demás músicos, la cosa es bastante más fácil.
Ya que el bajo, la tuba o la mano izquierda del piano suelen seguir unos patrones cíclicos bastante reconocibles cada ocho, quizás te será útil practicarlo con algunos ejercicios. Si te interesa lo puedes trabajar en la sección de percepción del acompañamiento.
Los riffs pueden ser una importante fuente de inspiración a la hora de construir nuestra musicalidad. Si te interesa este tema, puedes encontrar más información en la página los riffs y la musicalidad.
La melodía es un grupo de notas que se tocan una tras otra. La armonía es la combinación de diferentes notas a la vez para dar un color, un estado de ánimo a la melodía. De hecho, una misma melodía nos transmitirá una sensación totalmente diferente en función de las notas que le hagan de apoyo, de acompañamiento, de la armonía que se genere tras esta melodía. Puedes encontrar una explicación muy clara de ello en The music Lab o en nuestra sección ¿Qué entendemos por armonía?.
Los compositores y los músicos saben cuál es la mejor manera de combinar estas notas para generar la sensación que ellos buscan. En el caso de las frases la evolución de la tensión que percibimos se basa justamente en cómo se combina el acompañamiento de la melodía. La mayoría de canciones que bailamos siguen secuencias de acordes repetitivos con patrones que se basan en unas normas raramente transgredidas (un acorde es un conjunto de notas que se tocan a la vez). Aún más importante para lo que ahora nos ocupa, los cambios armónicos (los cambios en los acordes) se hacen al inicio de cada compás. Esto no quiere decir que, invariablemente, en cada ocho hay un solo cambio. Al contrario, dentro de un mismo ocho pueden haber varios cambios de acordes. Pero en muchas canciones los cambios más marcados, los más identificables, se producen en cada 1.
Así, si somos capaces de percibir la progresión armónica (la evolución, los cambios, la dirección que sigue el conjunto de notas que acompañan la melodía) tendremos una manera más de percibir el 1.
Escucha la pieza siguiente. En ella hay debes identificar el banjo. Este toca los acuerdos que acompañan a la melodía y se puede seguir bien la progresión armónica que hace.
La base armónica de las piezas puede ser tocada por distintos instrumentos tales como la guitarra, el piano o la sección de viento. A veces no es un instrumento que la determina. Si somos capaces de reconocer la progresión armónica, puede ser una buena ayuda para identificar el 1. Todas aquellas personas que son capaces de percibir la estructura armónica de una canción, ya sea porque tienen estudios musicales o porque tienen una capacidad innata para hacerlo, juegan con mucha ventaja.
A menudo no hay una estrategia única que permita identificar claramente el 1. De hecho, esto suele ser lo más habitual. En estos casos es la suma de pequeños indicios lo que hace que nuestro cerebro acabe reconociendo el 1.
En una misma pieza dos personas pueden utilizar diferentes estrategias para reconocer el 1. Cada uno tendrá más facilidad para utilizar unas u otras. Cuantas más seas capaz de utilizar espontáneamente (sin necesidad de estar pendiente de ello) más facilidad tendrás para seguir cualquier canción. Por lo tanto, nuestro consejo es que practiques en casa cada una de las estrategias. Una vez lo hagas con cierta facilidad, coge alguna pieza que te guste bailar y escúchala con detenimiento, intentando decidir, en cada ocho, qué elemento o elementos te permiten identificar dónde está el 1. Recuerda que hace falta sentir el 1 y, por lo tanto, no debes contar.
Nos gustaría mucho que nos contaras qué estrategias utilizas habitualmente, seguro que será útil para otros bailarines.
Si lo deseas puedes ir a la sección de percepción del acompañamiento o practicar con las siguientes piezas. En ellas hemos indicado los unos para fecilitarte el reconocimiento y la práctica.