Sierras Carondio y Valledor

Paisaje Protegido de las Sierras de Carondio y Valledor.

    • Estado legal Sin declarar

    • Instrumento de Gestión Decreto 38/94 En las zonas en las que solape con otras figuras de protección será además aplicable lo recogido en sus Instrumentos de Gestión

    • Superficie 254,17 km 2

    • Localización Concejos de Allande, Grandas de Salime y Villayón

    • Accesos Por la Carretera Regional AS-14, que une Pola de Allande y Grandas de Salime

    • Vegetación representativa Alcornocales

    • Fauna representativa Lobo. Aves rapaces

    • Otras figuras de protección Incluye la Zona Especial de Conservación Río del Oro (ES1200053) y parcialmente la Zona Especial de Conservación Alcornocales del Navia (ES1200036) Incluye al Monumento Natural del Alcornocal de Boxo

El Paisaje Protegido de Las Sierras de Carondio y Valledor se localiza en el occidente de la región, lindando en una parte de su perímetro con la vecina provincia gallega de Lugo. Incluye gran parte del concejo de Allande, un pequeño enclave meridional del de Villayón y la parte de Grandas al este del embalse de Salime.

El territorio delimitado se localiza sobre el gran cordal silíceo que desde el interior de Asturias avanza en dirección norte, casi hasta la costa a la altura de Luarca, constituyendo el interfluvio de las grandes cuencas del río Navia, a su izquierda y el río Esva, a su derecha.

En dicho cordal pueden diferenciarse varias sierras menores que definen y organizan el espacio. El núcleo del Paisaje Protegido alberga la pequeña sierra de La Peña de La Palanca, que separa las áreas de abastecimiento de El Navia y su afluente El Oro, cuya cuenca se incluye por completo. Además, recoge gran parte de la vertiente occidental de la Sierra de Valledor, o de Los Lagos. Más al norte, el Paisaje Protegido incluye la cuenca completa del Arroyo de Lloredo, también afluente del Navia, y las estribaciones meridionales de la Sierra de Carondio. En definitiva, conforman el Paisaje Protegido dos cuencas menores drenantes al Navia por su margen derecha y las sierras que las delimitan.

Ese amplio espacio aparece segregado en dos sectores por la Carretera Regional AS-14, que desde el Puerto del Palo avanza por las estribaciones de La Palanca hacia Grandas de Salime, siguiendo casi la divisoria de aguas de las dos cuencas menores referidas.

El paisaje se caracteriza por una monótona repetición de sustratos silíceos: pizarras grises y negras con algunos niveles cuarcíticos. En general, los relieves destacados de los cordales coinciden con roquedos cuarcíticos, mientras que en las áreas pizarrosas, fácilmente erosionables, se abren profundos y encajados valles que contrastan con los llanos y formas redondeadas de las zonas altas de la sierra. Los suelos son en general de muy escasa profundidad y desarrollo, lo que limita la instalación de tierras agrarias a los llanos cimeros y algunos rellanos. Las laderas más pronunciadas aparecen en cambio cubiertas de una multitud de canchales desnudos, lleirones de acuerdo a la terminología local, que se convierten en uno de los elementos más perceptibles del paisaje.

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La vida vegetal

A lo largo de los años cincuenta y sesenta, gran parte del área incluida en el Paisaje Protegido fue sometida a intensas repoblaciones de pino, promovidas por lo que entonces se denominaba Patrimonio Forestal Español. Sin embargo, la mayor parte del repoblado fue pasto de reiterados incendios, en muchas ocasiones aún antes de llegado el momento de la primera corta. Fruto de ello, gran parte del área aparece cubierto de densos matorrales de brezo rojo (Erica australis subsp. aragonensis), comunidad características de los suelos silíceos más degradados del occidentes astur. En cambio, en las laderas más pronunciadas y cubiertas de lleirones llega a hacerse dominante la carquexa (Genistella tridentata).

En el resto del territorio la cubierta vegetal se limita a prados y tierras de cultivo situadas a media ladera, en torno a los rellanos sobre los que se localiza el caserío aldeano. En las zonas altas es frecuente la presencia de amplios pastizales de diente de uso comunal, apreciándose en los últimos años una marcada tendencia a la roturación para la instalación de grandes praderas en régimen comunal o de cooperativa.

Los escasos bosques se ciñen a los valles más profundos y las vallejas que vierten a éstos, tratándose frecuentemente de rebollares de Quercus pyrenaica, masas mixtas de carbayo (Quercus robur) y rebollo y densas masa arbustivas de madroño (Arbutus unedo). El área presenta, no obstante, importantes singularidades botánicas y biogeográficas.

El poblamiento aparece muy concentrado, siguiendo el valle del Oro y el del Arroyo de Lloredo, pero siempre a media ladera o incluso en la culminación de las sierras, pues lo encajado de los cauces no permite la presencia de vegas amplias habitables. En general, se trata de aldeas de muy pequeño tamaño y que sufren una importante regresión demográfica.

La notable altura de las sierras, y el hecho de que poblamiento e infraestructuras viarias se localicen en las zonas de cumbre, propician un paisaje de amplias perspectivas, que en la mayor parte del resto de Asturias sólo es posible tras largas caminatas montañeras.

En los rellanos de suelos profundos y bien soleados es frecuente la presencia de alcornocales de Quercus suber, especie de ámbito mediterráneo que podría haber penetrado desde las cuencas altas del Sil en periodos interglaciares especialmente cálidos, persistiendo luego en las exposiciones más favorables.

La vida animal

El hecho de que el paisaje vegetal haya sufrido una profunda transformación lleva implícitos drásticos cambios en las comunidades faunísticas que pueblan el territorio.

Idéntico comportamiento biogeográfico manifiestan dos especies características de los bosques ribereños de aliso de la zona: el fresno de hoja estrecha (Fraxinus angustifolia) y la bardaguera blanca (Salix salvifolia). La distribución en Asturias de todas ellas se limita a la cuenca media del Navia y su sola presencia constituye razón suficiente para la consideración de dicho ámbito como espacio legalmente protegido.

La masa de alcornoque de mayor interés es la conocida como Alcornocal de Boxo, en las proximidades de la aldea del mismo nombre. Aunque las dimensiones del mismo son pequeñas, se trata del mayor bosque de este tipo en Asturias, por lo que se la ha incluido en la red de espacios con la figura de Monumento Natural.

Las especies ligadas a hábitats forestales han desaparecido y entre ellas el oso pardo (Ursus arctos), que no hace muchos años debió campear por estos lugares, tal y como atestiguan el sinfín de cortinos, construcciones de piedra para la protección de las colmenas, que jalonan las laderas orientadas a meridión. El representante más singular de los mamíferos es, sin lugar a dudas, el lobo (Canis lupus), que aún mantiene en la zona varios grupos reproductores y una razonable densidad poblacional.

Aparte de éste, zorros, corzos, jabalíes, comadrejas, garduñas y martas pueblan todavía estas sierras.

En la mayoría de los ríos y arroyos está presente la nutria, especie incluida en el catálogo de fauna protegida como de interés especial, con densidades relativamente abundantes.

Entre las aves deben citarse algunas de las rapaces diurnas más comunes como el aguilucho cenizo, el cernícalo y especialmente el abundantísimo busardo, observable en ocasiones a escasa distancia de las carreteras, posado sobre los postes de cerramientos de prados y fincas.

Especial mención debe hacerse del lagarto ocelado (Lacerta lepida), especie de ámbitos mediterráneos, muy escasa en Asturias y cuya distribución se ciñe a la cuenca del Navia, mostrando una vez más la singularidad biogeográfica de un espacio que de algún modo constituye una isla de mediterraneidad en el seno del mundo atlántico.

Otros valores

Las Sierras de Valledor y de Los Lagos conservan innumerables vestigios de las culturas primitivas de antiguos pobladores. La práctica totalidad de los cordales aparece jalonada de numerosos túmulos funerarios, contándose hasta once castros de época romana, que debieron estar vinculados a la intensa actividad de extracción de oro que soportó la zona. El principal de ellos, el de San Chuis, se sitúa muy cerca de la aldea de Prada, en la ladera este del Puerto del Palo. También debe destacarse el interés del dolmen situado al pie del Pico Carondio y popularmente conocido como A Llastra d´Afiladoira.