Sierra del Cuera

Paisaje Protegido de la Sierra del Cuera

    • Estado legal Sin declarar

    • Instrumento de Gestión Decreto 38/94 En las zonas en las que solape con otras figuras de protección será además aplicable lo recogido en sus Instrumentos de Gestión

    • Superficie 149,94 km 2

    • Localización Concejos de Cabrales, Llanes, Peñamellera Alta, Peñamellera Baja, Ribadedeva

    • Accesos Por la Carretera Nacional N-634 de Ribadesella a Llanes o por la Regional AS-114 de Cangas de Onís a Panes

    • Vegetación representativa Encinares y hayedos

    • Fauna representativa Buitre, corzo, jabalí

    • Otras figuras de protección Incluido parcialmente en la Zona Especial de Conservación Río Purón (ES1200034)

El Paisaje Protegido de la Sierra del Cuera se sitúa en el extremo oriental de la región, formando un cordal litoral de casi 40 km de longitud que se inicia en el Sella y prosigue a escasa distancia del mar hasta el final de la región en el Deva. Del Paisaje Protegido ha quedado excluido el sector occidental de la sierra, entre el río Bedón y el Sella.

El Cuera hace de límite entre los concejos situados al norte, Llanes y Ribadedeva, y los situados al sur, Cabrales, Peñamellera Alta y Peñamellera Baja. Todo su perímetro es recorrido por carreteras de cierta importancia: al norte la N 634, que recorre la rasa llanisca, y al sur la Regional AS -114, que recorre el valle del Cares por el surco prelitoral.

La sierra del Cuera constituye sin duda el elemento que en mayor medida contribuye a definir el paisaje y organizar el espacio del extremo oriental de Asturias. Se trata de una barrera montañosa situada a apenas seis kilómetros de la costa, lo que reduce sustancialmente las rasas costeras y limita el poblamiento del litoral. Su carácter infranqueable delimita dos espacios geográficos que han tenido diferente evolución histórica y social: la marina llanisca y lo que se ha denominado el trascuera, cuya única relación posible ha sido durante siglos a través de los pastores que compartían el uso de los altos pastos calcícolas.

El núcleo central de la Sierra del Cuera está formado por calizas paleozoicas sometidas a un modelado kárstico muy intenso. La plataforma superior del Cuera es un mosaico de lapiaces, dolinas, uvalas, poljés, valles ciegos, simas y un sinfín de formas kársticas que a veces hace imposible una andadura de ademanes naturales. Sólo en las partes bajas de ambas vertientes aparecen algunas áreas cuarcíticas, más importantes en la vertiente septentrional, donde se prolongan en las anchas sierras planas de la rasa.

El único poblamiento reseñable se sitúa sobre la vertiente meridional, menos abrupta. Al norte, la pendiente del cordal no permite localizar caserío alguno y la población se concentra casi por completo sobre las rasas costeras. Sólo la aldea de El Mazucu se atreve a asomarse a las primeras estribaciones siguiendo la hendidura de La Tornería.

Más información sobre el Paisaje Protegido de la Sierra del Cuera

Geología

La Sierra del Cuera es una barrera montañosa situada apenas a cuatro kilómetros de la costa, lo que reduce sustancialmente las rasas costeras y limita el poblamiento del litoral. Su carácter infranqueable delimita dos espacios geográficos: la marina llanisca y lo que se ha denominado el trascuera, cuya única relación posible ha sido durante siglos a través de los pastores que compartían el uso de los altos pastos calcícolas.

Dentro de la Zona Cantábrica, se define una unidad denominada Unidad del Cuera. Se encuentran en esta unidad un amplio espectro cronoestratigráfico que va desde Paleozoico hasta el Cuaternario. Así, diversos tipos de calizas conforman el núcleo central de la Sierra del Cuera, de edades desde el Cámbrico al Carbonífero (Formaciones Láncara, Griotte, Caliza de Montaña, etc.), sometidas a un modelado cárstico muy intenso. La plataforma superior del Cuera es un mosaico de lapiaces, dolinas, uvalas, poljés, valles ciegos, simas y un sinfín de formas cársticas. Sólo en las partes bajas de ambas vertientes aparecen algunas áreas cuarcíticas de edad Ordovícias (Formación Barrios) más importantes en la vertiente septentrional, donde se prolongan en las anchas sierras planas de la rasa. Es destacable los materiales cuaternarios; turberas, rellenos arcillosos de dolinas, coluviones, etc. que dan terminación superficial al modelado del relieve calcáreo y que junto con la morfología de las rasas de antiguas plataformas marinas de abrasión, consecuencia del levantamiento general de la costa, han quedado elevadas a unos 260 m.s.n.m., caracterizan al conjunto.

El único poblamiento reseñable se sitúa sobre la vertiente meridional, menos abrupta. Al norte, la pendiente del cordal no permite localizar caserío alguno y la población se concentra casi por completo sobre las rasas costeras. Sólo la aldea de El Mazuco se atreve a asomarse a las primeras estribaciones siguiendo la hendidura de La Tornería.

La vida vegetal

A primera vista, desde la rasa costera llanisca el Cuera aparenta ser una muralla de blancas calizas desprovistas de vegetación. La fuerte pendiente de la vertiente septentrional, la intensidad del pastoreo y los reiterados incendios han terminado por desvestir el roquedo de cualquier tipo de cubierta vegetal. Sólo a retazos pueden observarse densos matorrales de aulaga (Genista hispanica subsp. occidentalis)y algunas avellanedas. El arranque de la ladera está ocupado en muchos puntos por un castañedo secular que debió ser en tiempos muy productivo, pero que actualmente se encuentra envejecido y en progresiva decadencia, probablemente debido a las enfermedades fúngicas propias de un microclima extremadamente húmedo. Sin embargo, rebasada la primera línea de cumbres el Cuera se abre a estrechos valles, ciegos en muchas ocasiones, que albergan un sinfín de praderas y brañas orladas de fresnos, arces y espineras. El valle más ancho y productivo desde el punto de vista ganadero es sin duda la Llosa de Viango que constituye probablemente uno de los mayores poljés de la región, una enorme cubeta en la que se han acumulado los residuos arcillosos insolubles procedentes de la caliza previamente disuelta, dando lugar a una llanura de difícil drenaje y fácilmente inundable.

En las laderas por encima de la Llosa de Viango y casi hasta la cumbre más alta de la Sierra, el Pico Turbina, se sitúa la masa boscosa más extensa de la sierra: un hayedo eútrofo orientado al norte, que recoge las frecuentes nieblas que impelidas desde el océano no logran rebasar el cordal. Hacia la vertiente meridional el relieve se suaviza y brañas y prados alternan con áreas de matorral, bosques de encina (Quercus ilex) y en las áreas más bajas, de litologías silíceas algunos retazos de carbayedas oligótrofas y rebollares.

Entre la flora protegida debe destacarse, además de la ya mencionada encina (Quercus ilex), el helecho macho asturiano (Dryopteris corleyi), que crece en algunas áreas de brezal sobre sierras silíceas al pie de la vertiente septentrional del Cuera, y el helecho de los colchoneros (Culcita macrocarpa) también presente en este espacio.

La vida animal

La fauna de mayor interés observable en el Cuera es sin duda la correspondiente a los diferentes grupos de rapaces diurnas como el azor (Accipiter gentilis), el halcón peregrino (Falco peregrinus) o el buitre común (Gyps fulvus) que son moradores habituales del área.

Tampoco es rara la presencia de alimoche (Neophron percnopterus) o águila real (Aquila chrysaetos), nidificantes en la zona o procedentes de las vecinas estribaciones de los Picos de Europa.

Entre los mamíferos destaca la presencia de ungulados de interés cinegético como el jabalí (Sus scrofa)y el corzo (Capreolus capreolus), y del polémico lobo (Canis lupus) que se ha asentado en el Cuera en los últimos años.

Por último destaca la presencia entre los invertebrados de interés de la babosa moteada (Geomalacus maculosus).