Pasando el dia en Leon

Pasando el dia en Leon

Fecha : 04-02-2008

Autor : Tiri

LUNES DE SOL:

Dedicado a Nadya y Tino

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LUNES 28:

El punto de reunión era como siempre la gasolinera de las afueras de la capital, cuando llegué, mis amigos estaban tomando unos cafés en el bar de la estación de servicio, estaba a tope, lleno de gente, unos escaqueados del trabajo, otros en su hora del pincho, pero todos nos miraban con ojos de sana envidia. Nos sentimos orgullosos y afortunados de poder disfrutar un lunes de trabajo, haciendo lo que más nos gusta, rodar con nuestras monturas y estar en la mejor compañía.

Arrancamos motores, primero la bandit con ese sonido de 4 en línea tan característico, acentuado si cabe por la cola de nueva adquisición, luego el motor en V de la shadow. Nuestro destino, fijado ya anteriormente era coronar el puerto de San Isidro, para ello decidimos rodar primero por la autopista hasta la salida de Ujo y Moreda.

Despacio, con calma y disfrutando de cada curva, de cada rayo de sol que nos alumbraba la carretera, fuimos poco a poco acercándonos a la base del puerto.

Este puerto es precioso, no sólo en su trazado, sino también en su paisaje, un firme excelente, curvas entrelazadas con visibilidad perfecta acompañado de alguna curva cerrada. Ni un alma en la ascensión, simplemente el rugido de los motores y soledad, absoluta soledad. Las motos poco a poco van subiendo como si de un baile se tratara, derecha izquierda derecha izquierda y así hasta arriba.

En la cima del puerto paramos a reanimar los músculos, entumecidos del frío, pero éramos felices, nuestro universo estaba ahí, en esas máquinas de dos ruedas que tantas satisfacciones nos hacen pasar.

El bar como el puerto en la más absoluta soledad.

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El día seguía siendo perfecto, el tiempo en la provincia vecina, al igual que en la nuestra, genial para el disfrute de la moto. De nuevo estamos en ruta, nuestro siguiente objetivo es Boñar.

La bajada hacia tierras castellanas, inmejorable. Este puerto sigue siendo de lo mejor, curva tras curva nos acercamos a la base. Pasada una recta de chopos y una curva a derechas nos encontramos con Puebla de Lillo, como dijo Gnomo en uno de sus relatos, hay un olor característico de la leña quemada. A mi personalmente me encanta ese olor, siempre me acuerdo de las rutas de invierno por zonas montañosas que tanto me gustan, siempre me acuerdo de los mismos pueblos, esos que están cerca de Riaño en la ascensión hacia Piedrafita, que buenos recuerdos.

Dejamos atrás Lillo y nos topamos con el embalse del Porma, no se cuantas veces he pasado por esta carretera, pero es igual, tiene algo especial, no se si es el recuerdo de tiempos pasados o que, pero para mi tiene algo especial. Paramos, como no, en el mirador de siempre, ese en el que un día descubrí las inscripciones que había puesto un viejo amigo de la zona, ese en el que siempre paro a echar un cigarro e incluso algunas veces, cuando estoy sólo mirando la moto, tiene parado algún desconocido motorista ávido de conversación.

10 kilómetros nos separan de Boñar, punto de nueva parada. Visitamos la plaza con su negrillón ya muerto. Hace años ese Negrillo era tan grande que tapaba el tejado de la iglesia. Buenos recuerdos de nuevo, cuantas veces charlé con mis amigos del pueblo, cobijado bajo su sombra. Antes había un quiosco de venta de golosinas y un poco más atrás ponían las barracas de la fiesta. Este lunes, que aparecimos por allí los moteros, no había nada de esto, pero aún así ese sitio tiene un encanto especial.

Café en el viejo, a la orilla de la general. Al igual que cuando salimos se notaba la cara de sorpresa de los lugareños, ¿y estos?, ¿dónde irán?. Allí nos obsequiaron con la típica tapa de tierras leonesas, un gusto meter algo en el estómago, pues ya eran cerca de las dos.

Siguiente destino, León, donde habíamos quedado para comer con Kadio, que se encontraba de trabajo por estas tierras. Muy buena carretera la que va de Boñar a León, nacional rápida y con curvas, esta si que la tenía olvidada, ya que no suelo transitar por ella, pero me sorprendió gratamente. Bandit primero, Shadow después, arribamos a la capital leonesa.

Comimos muy bien, en un sitio que no tenía inicialmente aspecto de que se comiera bien, pero las apariencias muchas veces engañan y esta no fue la excepción. Estábamos en zona de papalaguinda y de nuevo recuerdos, estos más cercanos de la concentración leonés, ¡qué bien estuvo! y ¡qué bien que nos lo pasamos!.

Salimos de León, esta vez con dirección al alto de Pajares. Esta carretera ya no es como lo anterior, más tráfico, las obras del ave incomodan bastante, hay que tener más cuidado con los numerosos radares y también se estaba haciendo tarde y la helada nocturna estaba empezando. La leve ascensión leonesa muy sombría, a esta hora de la tarde aquí los rayos de sol ya no se dejan ver.

Paramos en casa maragato, pero estaba de obras, por lo que tiramos hasta el del alto y también estaba cerrado, por lo que bajamos el puerto y abajo en campomanes si había vida, aquí nos tomamos el último café del día. La bajada lenta, no había prisa, los dos motores haciendo el estruendo habitual, pero aquí no estábamos solos, aquí nos acompañaban demasiadas personas que volvían a sus casas después del trabajo, esto ya no era paz y bienestar. Aún así los últimos instantes del día motero nos llenaron por dentro y nos dimos cuenta que había sido un día para repetir.