─ ¿Es consciente de que Rezef es el verdadero culpable?
Para ganar tiempo, Cayena tomó un pañuelo de seda de un sirviente y limpió suavemente los labios del Emperador.
La pregunta del Emperador era abierta y ambigua, como se espera de un político experimentado.
La Cayena original ciertamente habría caído en la trampa. Pero en vez de eso, habló con astucia.
─ Por favor, míreme con amabilidad.
Su voz era inesperadamente suave.
Además, su sonrisa compuesta no era la de una joven inmadura, y el Emperador estaba interiormente impresionado.
─ ¿Era esta niña siempre tan hábil para ocultar su verdadero ser?
El Emperador se preguntó qué cambio había superado su hija mientras estaba enferma.
¿Al fin ha recobrado el sentido común?
Su hija había cambiado.
Los ojos del Emperador brillaban.
─ ¿No te importa si el verdadero criminal no es capturado?
Si Cayena lo quería, el Emperador estaba dispuesto a prestar su ayuda para sacar al verdadero criminal.
La situación aún no estaba clara, pero era muy probable que Rezef fuera el culpable. El Emperador pensó que también sería un buen momento para poner a Rezef en su lugar de nuevo.
¿Sospecha de Rezef? Si el poder de Rezef disminuye en este momento, no podré usarlo.
Cayena sacudió la cabeza.
─ Rezef castigará al verdadero culpable. Pensé que sería mejor tratar este incidente de esta manera en vez de incitar a la nobleza.
El Emperador sintió una chispa de admiración por su hija.
─ Eso es bastante impresionante.
─ Temía que mis tontos pensamientos perturbaran su estado, Padre.
Incluso cuando Cayena reveló sus tácticas, acreditó sus resultados al Emperador.
─ Has confiado y esperado a tu hija primogénita todo este tiempo, así que ahora yo haré mi parte.
Con las palabras de Cayena, el Emperador se echó a reír.
Parecía que el hijo de un rey había nacido con la habilidad de un rey. Con un corazón feliz, pensó que debía darle a Cayena algún tipo de recompensa.
─ Ahora que lo pienso, tu ceremonia de madurez se acerca.
Cayena no respondió. Sólo le entregó la taza de té a un sirviente.
Entonces, el Emperador dijo,
─ Debo empezar a buscar un buen compañero de matrimonio para ti.
Un compañero de matrimonio.
Con esa frase, Cayena pensó inmediatamente en Raphael Kedrey. Era algo así como un hábito.
Sin embargo, ella se esforzó en bajar su agitación.
─ Tiene razón, padre. Pronto alcanzaré la mayoría de edad.
En su primera vida, Cayena fue cortejada por muchos, pero no tenía pareja. Finalmente, fue vendida al Vizconde Gillian.
El Emperador falleció sin ningún interés en su matrimonio. Rezef, por otro lado, alentó activamente la competencia por la posición del yerno del Emperador.
Puede que fueran la familia imperial, pero ¿cómo podría alguien llamar a esto una familia?
─ ¿Soy realmente tu hija?
Contrariamente a sus fríos sentimientos hacia su padre, Cayena preguntó con una sonrisa.
─ ¿Tenías a alguien en mente?
El Emperador no lo demostró, pero se sorprendió.
Pensó con seguridad que Cayena mencionaría a Raphael Kedrey si mencionaba el matrimonio.
Si ella respondía como él esperaba, él se habría decepcionado de ella otra vez.
Pero Cayena ni siquiera mencionó a Lord Kedrey.
Parecía que finalmente había aprendido que su matrimonio no era una carta que debía desperdiciar en amor o deseo.
Para estar seguros, el Emperador preguntó.
─ ¿Quiere decir que se casaría con otro después de invertir tanto tiempo y esfuerzo en Raphael Kedrey?
La pregunta hizo que Cayena pensara en su primer amor, como un recuerdo lejano.
─ No estaba destinada a él, de todos modos.
Sería una mentira decir que no se arrepintió.
Incluso si ella ignoraba sus sentimientos personales, Raphael era un excelente compañero de matrimonio.
Pero Raphael la despreciaba.
Ella no quería aferrarse a alguien que la odiaba.
Además, ella tenía que hacerse amiga de Raphael. Su papel era necesario para que ella se casara con éxito.
─ Para ser más exactos, es el poder del Duque Kedrey lo que necesito.
Cayena fijó su sonrisa y dijo con calma.
─ Como no tengo hermanas, ¿cómo puedo dejarme llevar por una emoción momentánea y cometer tal error? Seguiré tu voluntad, Padre.
─ Hoy me has sorprendido muchas veces.
Dijo el Emperador. Generosamente, añadió.
─ Escoge tu pareja con cuidado. Tómate tu tiempo para examinar tus opciones.
Ante esas extraordinarias palabras, los sirvientes que estaban cerca se olvidaron de sí mismos, dejando caer sus mandíbulas y jadeando.
─ Ahora, si puedo librarme del interés de Rezef, no importará con quién me case.
Cayena había logrado lo que había venido a buscar.
Cortésmente, dijo.
─ Gracias por prestarle atención a este asunto. Me aseguraré de que mi pareja sea realmente apta para unirse a la familia imperial.
El Emperador asintió y llamó al gran chambelán. Esto significaba que iba a acostarse y descansar.
Cayena lo saludó una vez más y dejó la habitación, llevándose a sus damas de honor con ella.
─ Parece que ha entrado en razón después de haber crecido.
El gran chambelán inclinó su cabeza ante el comentario del Emperador y sonrió suavemente.
─ La princesa ya ha crecido y madurado de forma tan admirable, que el tiempo vuela.
El Emperador sonrió.
─ Estás tergiversando mis palabras.
Dijo.
***
Cuando Cayena dejó la habitación del Emperador, se encontró con alguien inesperado.
Naturalmente, sus pasos se detuvieron.
Podía sentir la cautela de las damas de la corte que se acercaban, los caballeros cercanos y los sirvientes.
Pero, por supuesto, eran cautelosos. El que había encontrado era bien conocido como el amor no correspondido de Cayena.
─ Raphael Kedrey.
El cabello negro cuervo y los ojos carmesí eran los símbolos de la familia ducal Kedrey. Rafael nació con esos rasgos distintivos. Cayena, que era pálida y rubia, estaba fascinada por su vívida presencia.
De hecho, aunque Cayena tenía experiencia y vivía su tercera vida, pensaba que era una persona maravillosa y hermosa.
Raphael se destacaba de otros nobles de su edad, empezando por su presencia.
Tenía el aura pesada, vívida y abrumadora de aquellos que habían experimentado el campo de batalla. Combinado con su belleza natural y su figura, no tenía rival entre sus pares.
Cayena era sólo otra chica que estaba indefensa ante su raro encanto.
─ En mi primera vida, pensé que era simplemente una buena persona.
Sin embargo, Raphael de la novela no era sólo un caballero.
Era obsesivamente meticuloso en la forma en que interactuaba con la gente, y le cansaba tener que conocer gente y mantener relaciones sociales.
Originalmente, Olivia le ayudó con su compulsión, y Raphael se había enamorado de ella.
─ Raphael Kedrey saluda a su Alteza Imperial.
Raphael, que había estado en la sala de espera, saludó a Cayena de forma seca.
De repente, Cayena se sintió aliviada. No la odiaba tanto como ella esperaba.
Raphael sólo pensó en ella como una molestia ahora mismo, en lugar de odiarla abiertamente.
Ella tenía tiempo para arreglar sus errores.
Ahora sólo tenía que no hacer todas las cosas que había hecho anteriormente.
Si dejaba de fingir que estaba cerca de él y de tocarlo, pero teniendo cuidado de no ser grosera, podría tener una relación mucho mejor con él que antes.
De todos modos, no era como si quisiera ser recordada como una mujer horrible por su primer amor.
─ Puedes levantarte.
Cayena tomó su decisión.
─ Ha pasado un tiempo, Lord Kedrey.
─ ...¿Lord Kedrey?
Raphael miró desconcertado a su amable dirección, como ella solía llamarlo 'Raphy'.
Ahora que lo pienso, aunque Cayena lo había encontrado, no corrió hacia él y lo abrazó.
Él no era el único que reflexionaba sobre su comportamiento.
Todos los presentes miraban a Cayena con los ojos abiertos.
─ ¿Qué, por qué Su Alteza está actuando así?
Cayena era normalmente muy grosera y desinhibida.
Mientras todos estaban confundidos, Cayena miraba a su alrededor y se perdía en otros pensamientos.
─ A pesar de que Raphael había llegado, nadie anunció su presencia.
Viendo que estaba claro que el Emperador mantenía a Raphael bajo control.
─ ¿Está aquí para ver a Su Majestad?
─ Sí.
Si ella fuera la Cayena original, ya habría hablado sin parar para llamar la atención de Rafael. Pero Cayena conocía bien su papel.
Ella era la villana, no una heroína.
─ Ahora conozco mi lugar.
Cayena llamó a un sirviente.
─ Dígale a Su Majestad que Lord Kedrey está pidiendo una audiencia.
Traducción: Juli
Corrección: Ross