Era un completo cambio de personalidad de aquél que estaba enganchado en una guerra verbal con la delegación del emperador hace poco. Sostuvo al niño afectuosamente, como si tranquilizara a su propio nieto. A diferencia de su obstinada impresión, Edmund era una persona con un lado delicado.
« Ahora que lo pienso, Arpen pudo sobrevivir al intenso frío y al abrumador mana de este territorio todo gracias a Edmund en la historia original. »
Ese cuidado se detuvo después de su muerte.
« ¿Acaso Edmund sabe que el niño que está abrazando será quien termine con la vida de su maestra en el futuro? »
Clette miró al pequeño niño en los brazos de su mayordomo con una expresión perpleja. El pequeño niño levantó sus ojos llorosos para ver a Clette. Pero, tan pronto como sus ojos se encontraron, ella evitó su mirada.
─ ¿Por qué diablos el emperador enviaría al valioso príncipe a estas tierras, su excelencia? Es un lugar muy peligroso para enviar a un niño.
─ Él quiere que me convierta en su guardián.
─ ¿Disculpe?
El asombro de Edmund casi hace que el niño caiga al piso.
─ ¡Imposible! ¿Cómo se puede criar un niño en Velos? El castillo podría protegerlo del frío y el peligro, pero no podemos mantener cautivo al príncipe en el castillo, ¿cierto? Más importante, ¿Por qué le confió a USTED de entre todas las personas esta tarea?
« ¿Por qué, debería enseñarle a este pequeño…? »
No importa qué tan molesta se sintió Clette con sus palabras, no podía refutarlas. A pesar de que entendía conceptos y temas de su vida pasada, una cosa que no podía entender en ninguna de sus vidas, era criar cosas con vida. Clette había sido, y aún era, una mujer que se las arregló para matar a un Cactus, que son una de las cosas vivas más fáciles de criar y cuidar.
─ El niño será un príncipe, pero es uno ilegítimo. No puede ser enlistado formalmente como un miembro de la familia imperial.
« No importa que tan joven sea él, hacer comentarios sobre su nacimiento frente a él debe ser ya experiencia desagradable. »
─ ¿Cómo pudieron...?
Edmund pareció captar su indisposición a discutir las cosas frente a el niño y dejó salir un profundo suspiro. Debe haberse dado cuenta de las intenciones del emperador también. Su mirada hacia el niño estaba llena de compasión.
─ Pobre niño, me temo que no crecerás seguro aquí.
─ El alcanzará la adultez de forma segura, siempre y cuando lo cuidemos apropiadamente.
« Lo que debería preocuparnos es en quién se convertirá cuando alcance la adultez. »
─ Qué tal si lo instalamos en una habitación, ahora que terminó de llorar.
─ Entendido, su excelencia.
─ Alto.
Edmund, que estaba saliendo del salón, y el pequeño niño que lo seguía, voltearon a ver a Clette.
─ Dale una habitación cálida. Escuché que los niños son débiles y se resfrían fácilmente.
***
Una segunda carta llegó del emperador. Clette la arrojó directo a la chimenea sin dudarlo. 10 largos días habían pasado desde que ella envió la carta informando sobre la llegada del niño a Velos. Así que, ¿Por qué estaba recibiendo una carta después de 10 días? No importa que tan inferiores fueran las habilidades de los magos actuales, una semana era suficiente para la llegada de una carta.
La carta, que fue enviada tarde a propósito, sólo expresaba la gratitud del emperador hacia ella. No había ni una pizca de preocupación por el niño ni un ¿cómo le estaba yendo en Velos? Clette fue capaz de captar el aura de indiferencia de las pocas palabras escritas en la carta, era casi como si estuviera diciendo: Ahora que el asunto de su seguridad está resuelto, él ya no me concierne.
Después de leer el cruel desapego que el emperador demostró, un escalofrío bajó por la espina dorsal de Clette.
« Hijo de puta. Se merece completamente el final que tuvo en la novela. »
Después de confirmar que la carta se había quemado sin dejar rastro, Clette se teletransportó a un pequeño taller del castillo. Tenía una importante tarea por terminar; era hacer pociones de recuperación y pergaminos. De muchas formas, las pociones y pergaminos mágicos eran esenciales en la tierra estéril de Velos. Hacerlos y luego distribuirlos a las pocas personas locales que residían ahí, era una de las tareas de Clette cómo gobernadora del feudo. Si ella descuidaba sus deberes, Velos sería una tierra de muerte infestada con nada más que demonios.
Traducción: Leslie
Corrección: Smiley