Clette empezó a ver a Tita con una luz diferente. Ella había pensado que él era un llorón por el incidente de la poción y la rana, pero tal vez porque es el protagonista masculino tiene un lado inesperado en él. Clette jamás hubiera pensado que estaría discutiendo un cuento de hadas con Tita. Este debate era la conversación más larga que había tenido con Tita desde su llegada al Castillo de Invierno.
─ ¿Te gusta leer libros de hadas?
─ …
─ Tenemos muchos libros de cuentos de hadas en la biblioteca. Puedes leerlos cuando sea que estés aburrido.
Tita respondió de forma dudosa a su oferta.
─ Aún no puedo leer.
─ ¿Aún no puedes qué?
─ No puedo leer. No sé cómo.
Clette estaba, en este punto, preguntándose qué pasaba con el emperador. La norma decía que los niños de la nobleza deberían empezar su educación a los 5 años de edad. No importa que tan indiferente fuera el palacio con Tita, seguía teniendo sangre real. Un niño llevando la sangre de la familia real sin que se le haya enseñado a leer era un asunto que aturdía la mente de Clette. El hecho de que el rey tuviera más que suficiente tiempo para educar al príncipe, y aún así decidió descuidarlo casi hace a Clette maldecir en voz alta.
─ Entonces yo te enseñaré.
« ¿Qué estoy diciendo? »
Clette estaba en shock, incapaz de creer lo que acababa de salir de su boca. Tita también estaba sorprendido. Él la miró con los ojos bien abiertos.
─ ¿En serio, su excelencia?
Clette trató de ser objetiva pero no importó cuánto lo intentara, no podía evitar pensar que los ojos de Tita eran un enorme problema. Cuando ella se encontraba con su mirada, las tonterías fluían de su boca. Sintiendo como si su orgullo fuese herido, Clette desesperadamente buscó una excusa que explicara su debilidad por los ojos de Tita; y pronto encontró una posible respuesta. Ella estaba haciendo esto para saber qué tan inteligente sería su futuro enemigo. Nunca dejaría que se diga que esto era por el bienestar del niño.
« Bueno, no hay forma de que me ablande por la simple mirada de un niño. »
─ ¿Me veo como la clase de persona que mentiría sobre tales cosas? Ven a mi taller tan pronto como despiertes.
─ ¡Lo haré!
Respondió Tita ansioso.
─ Torpe, ¿Por qué estás tan emocionado? No nos reuniremos para jugar, si no para estudiar. No es algo que te vaya a agradar tanto.
Tita, a pesar del hecho de que mañana empezaría a estudiar, estaba lleno de sonrisas. Clette no sabía que lo hacía tan feliz y dejó su habitación pensando que los niños son criaturas incomprensibles.
***
A la mañana siguiente, tan pronto como salió el sol, Clette tenía a Tita llegando al taller.
─ Siéntate aquí.
Tita escaló cuidadosamente y se sentó en la silla que Clette había señalado con su barbilla. La silla estaba hecha a la medida para Clette, que era mucho más alta que Tita, así que sus cortas piernas colgaban en el aire. El escritorio también era grande para él.
« Esto no es bueno para su postura y no lo ayudará a concentrarse en absoluto. »
Con un movimiento de su dedo, la silla y el escritorio inmediatamente se redujeron hasta adaptarse al tamaño de Tita.
─ ¡Woah!
La mandíbula de Tita cayó. Para Clette, la magia que acababa de realizar era solo un hechizo básico, pero para un niño que no sabía nada, era maravilloso.
« Ohoh, ¿Fue eso tan sorprendente, niño? Debería mostrarte algo incluso mejor? »
Ella orgullosamente escribió el alfabeto en el aire. La luz se ondulaba siguiendo su dedo. Aunque la escritura era algo mala, las letras brillaban hermosamente. Tita estaba completamente asombrado mientras miraba las letras grabadas con luz en el aire.
─ ¿Es eso magia…?
Casi estallo en carcajadas porque su expresión asombrada se veía extremadamente adorable. Rápidamente recobró la compostura y habló con voz estricta.
─ Haré una poción, así que mientras tanto, puedes memorizar esto. Serás puesto a prueba sobre esto más tarde. Oh y puedes oír su pronunciación al hacer clic en ellas.
Tita asintió como hechizado.
« Qué guardiana tan benevolente soy. »
─ Serás regañado si haces otra cosa que no sea estudiar.
Después de confirmar que Tita estaba memorizando las letras, puse los ingredientes en una gran olla de hierro con agua y empecé a hervirla. Estaba haciendo pociones. Desde hace una hora sentí una mirada quemando mi cabeza, así que volteé. Descubrí que Tita estaba parado detrás de mí con un brillo de curiosidad en sus ojos. Estaba sobresaltada por su repentina aparición y casi suelto el cucharón.
─ ¿Qué estás haciendo? Estoy haciendo pociones, así que es peligroso estar aquí. ¡Regresa!
Tita se estremeció, sorprendido por el repentino regaño.
─ Memoricé todo lo que me pidió que memorizara…
─ ¿Qué? ¿Ya?
Miré a Tita con incredulidad. Aunque se veía asustado no parecía estar mintiendo.
─ ¿Puedes hacer la prueba ahora? Si estás mintiendo sobre haber memorizado todo, te castigaré.
─ Sí.
Borré las letras del aire y empujé un papel y una pluma frente a Tita. Tita escribió el alfabeto con su pequeña mano. Su escritura era muy torcida, como rasguños de gallina, porque no está acostumbrado a sostener una pluma. Aún así, todas sus respuestas eran correctas.
Estaba sorprendida por su nivel de comprensión considerando el hecho de que tiene 7 años y no tenía educación antes de esto. Bueno, no estaba muy sorprendida dado que es el personaje principal.
─ Nada mal.
Su trabajo no era solo “pasable” era sobresaliente. Su logro me tomó desprevenida dado que de hecho planeaba darle tres días para memorizar el alfabeto.
« ¿Qué deberías hacer ahora? »
─ Ey, su excelencia.
─ ¿Qué pasa?
Tita me llamó suavemente. Parecía de alguna manera dudoso y preocupado.
─ Habla, no me dejes esperando.
Tan pronto como lo apresure a hablar Tita cuidadosamente abrió los labios.
─ ¿Puede decirme cómo escribir su nombre?
─ ¿Por qué mi nombre así de pronto?
─ Ya he memorizado el alfabeto, y ahora quiero aprender el nombre de su excelencia.
Incliné mi cabeza. No sé por qué quiere aprender mi nombre primero de entre las numerosas palabras en el mundo, pero no era algo que no pudiera enseñarle. Así que escribí mi nombre en el aire como antes.
─ C – l – e – t – t – e. Se pronuncia Clette.
Tita tartamudeó mientras pronunciaba mi nombre e incluso usó su dedo para escribir mi nombre.
Era un niño bastante divertido, después de todo, la mayoría de los niños querrían aprender cómo escribir su propio nombre primero.
─ Solo para que sepas, tu nombre se deletrea así. T- i- t- a.
─ Clette. Tita.
Tita practicó la pronunciación de mi nombre y el suyo por un rato. Dejé a Tita memorizando los nombres y regresé mi atención al caldero otra vez.
─ Su excelencia.
─ ¿Ahora qué?
─ Gracias.
─ Bueno, no creo haber hecho algo por lo que debas estar agradecido.
Respondí profundamente con mi mirada fija en el caldero.
─ Si lo hay. Por ejemplo, estoy muy agradecido por las palabras que su excelencia dijo el primer día que llegué aquí.
─ ¿Qué palabras?
─ Me dijo que yo podría atrapar un resfriado.
─ ¿Qué con eso?
─ Su excelencia fue la primera persona en demostrar preocupación por mí.
Traducción: Leslie
Corrección: Smiley