Rezef consideró sus palabras, y su expresión se torció ligeramente.
─ Pero Cayena, te das cuenta de que casi mueres.
Cayena asintió ligeramente con la cabeza, reconociendo la declaración.
─ Así es.
─ Por tu culpa.
Conociendo la verdad, Cayena pudo ver claramente cómo Rezef tejía cuidadosamente sus palabras.
─ ¿Tal vez tienes miedo de las represalias? Si es así, por favor no se preocupe. Me aseguraré de que nada como esto vuelva a suceder.
Cayena sacudió cansadamente la cabeza.
Como aún no se había curado del todo, le resultaba bastante pesado tener una conversación tan difícil.
Ya había gastado mucha energía hablando con las damas de honor.
Aunque a Cayena le hubiera gustado descansar, era una conversación que tenía que terminar, aunque se desmayara al final. Esta era su intención.
─ No. No tengo miedo.
Exhaló, un aliento febril que salía de su boca.
Rezef y las damas de la sala contenían la respiración. Esta tristeza era algo que no esperaban de la ridícula Cayena.
─ No hay necesidad de jugar un juego que perderás, Rezef.
Rezef no podía entender sus palabras.
Él era el que había arreglado que se usará el veneno, y también se había establecido una coartada adecuada. Ya había seleccionado los objetivos que eliminaría con esta oportunidad, y todo lo que tenía que hacer era enviarlos a la guillotina. Este juego estaba completamente a su favor; no había forma de que no pudiera ganar.
Al menos, eso es lo que él pensaba.
─ Todos, por favor, dejen esta área por un rato.
A petición suya, todos se fueron. Los únicos que quedaron en la habitación fueron Cayena y Rezef.
─ Rezef.
Llamó Cayena. Ella habló tan calmada y serena que Rezef se sintió extraño.
─ No puedes olvidar que están pasando más cosas de las que puedes ver con tus ojos.
─ ¿Qué estás...?
─ ¿Sabes con cuánta gente he bailado en el salón de banquetes? ¿Y cuánta gente me trajo comida y bebida? En estas circunstancias, es muy difícil determinar quién me envenenó. Por otro lado... Estas circunstancias son perfectas para elegir al culpable.
Cayena se esforzó por recordar rápidamente lo que había sucedido con respecto a este incidente.
Rezef nunca podría haber predicho que esto le pasaría a su plan.
─ Había un joven noble que estaba obsesionado conmigo, ¿no es así?
Recordó a la persona que Rezef había llevado a la guillotina.
Era su anterior marido.
Recordó que el vizconde Gillian aún no había recibido su herencia, así que se refirió a él como un "joven noble".
─ Eso es...
─ ¿Piensas ejecutarlo y destruir a toda su familia? Bien. Es uno de los vasallos de Kedrey. No es una mala elección.
Esa era la razón por la que Rezef había ideado este plan.
La familia Gillian era famosa por tener caballos espléndidos. El precio de uno de sus caballos superaba al de una mansión. Y el Duque de Kedrey tenía una familia como su vasallo.
La familia Kedrey era militante, y tenía el ejército más grande y fuerte del Imperio, ya que protegían la frontera oeste. Se interponían en el camino de Rezef hacia el trono, y él estaba ansioso por reducir su influencia de cualquier manera posible.
Aunque el duque Kedrey no estuviera implicado en el crimen, la palabra de que uno de sus vasallos intentara traicionarlo le causaría una gran vergüenza.
Suavemente, persuasivamente, Rezef respondió a Cayena.
─ Debe haber algún malentendido, Cayena. Eso no es...
Cayena no iba a dejar que la interrumpiera. A pesar de su palpitante cabeza, ella siguió adelante.
─ Sin embargo, Rezef, los venenos obtenidos en el mercado negro pueden cambiar de manos muchas veces. Está claro que habrá dos o tres registros del mercado negro en sus libros de contabilidad, pero ¿puedes realmente condenarlos con tan poca evidencia?
Rezef pensó que Cayena iba a decir algo asombroso, pero ahora, apenas se detuvo de reírse de ella.
─ No estoy seguro de lo que intentas decir, Cayena. Ya es obvio cómo llegó el veneno al Palacio Imperial. Sólo tengo que dar a conocer este asunto para ocuparme del tema, y entonces todo habrá terminado.
─ Aunque no sé cómo supo que yo estaba tratando de implicar al Duque Kedrey, su forma de pensar sigue siendo simple.
Hablando con amonestación, como si fuera tonta, Rezef dijo.
─ ¿Estás actuando así por Raphael Kedrey, tal vez? Si es así, no tienes nada de qué preocuparte.
Cayena casi se muerde la lengua. Raphael había sido su primer amor. También fue el protagonista masculino de la novela.
Rezef pensó que Cayena lo disuadía de sus acciones por culpa de Rafael, que intentaba proteger al hombre que amaba.
Así fue como él racionalizó sus acciones. Ella no estaba actuando tan diferente, después de todo.
Pero aunque era cierto que Raphael fue el primer amor de Cayena, y que ella lo había amado por mucho tiempo sin ser correspondida, eso fue hace mucho tiempo.
Cayena había vivido demasiado tiempo como para seguir sintiendo esa dulce emoción.
─ Mis abuelos maternos están involucrados en el mercado negro. Si intentas atacar al ducado de Kedrey con sus conexiones en el mercado negro, es probable que contraataquen.
─ …!
Era una razón que Rezef no podía haber predicho de Cayena.
El ducado de Kedrey no se callaría si viera la destrucción de uno de sus vasallos.
Mientras investigaba, descubriría que la condesa Hamel, pariente de la madre de Cayena, la difunta emperatriz, estaba malversando los bienes del emperador. Eso llevaría a la caída del Conde Hamel, y se sospechó durante un tiempo que Rezef había manipulado las pruebas y dirigido una investigación sesgada.
─ No puedes dejar que eso suceda. El Conde Hamel será una importante pieza de negociación para mí.
Después de perder la conexión con la familia de su madre, Cayena perdió todo su poder, incapaz de hacer nada sin Rezef a su lado. Así, su obsesión con Rezef continuó creciendo, y Rezef pudo controlarla más fácilmente.
Alterar las pruebas y la investigación no es un gran problema. El caso de envenenamiento, también, terminará por desaparecer por sí solo.
Cayena no quería que los Hamels perdieran su poder, no pudiendo así ayudarla, pero no quería que el incidente del envenenamiento fuera en vano.
Exhaló, se cansó y miró a Rezef.
─ ¿Realmente necesitas ponerte en riesgo sólo por esta pequeña oportunidad?
La expresión de Rezef se volvió completamente rígida.
Aflojando la tensión, Cayena dijo.
─ ¿Has oído la fábula del viento y el sol? El viento no podía quitarle el abrigo a un hombre por la fuerza, pero el sol era tan cálido que el hombre no tenía más remedio que deshacerse de su abrigo.
─ Sí.
Respondió Rezef, preguntándose por qué Cayena hablaba de repente de libros de cuentos.
Cayena sonrió gentilmente cuando se encontró con sus ojos.
Era un rostro que creía que la dinámica de la habitación había cambiado.
─ ...Esto no tiene sentido.
Realmente no lo tenía. Rezef se sintió presionado por ella, como si necesitara evitar su mirada.
Se sentía como un niño que había sido atrapado con las manos en la masa por un adulto mientras hacía una broma pesada.
Rezef se mordió el interior de la boca.
Fue la primera vez que se dio cuenta de que Cayena era su hermana mayor, una princesa del linaje imperial.
─ No intentes derribar al ducado de Kedrey. En vez de eso, hazlo uno de los tuyos.
Rezef suspiró en su interior.
─ Quiero eso más que nadie.
Rezef había intentado durante mucho tiempo usar la belleza de Cayena para traer a Rafael, el próximo duque de la familia Kedrey. Sin embargo, aunque Cayena se había enamorado de él, Rafael permanecía impasible.
Rezef ya había renunciado a manipular a Raphael a través de Cayena.
─ Cayena, no estoy seguro de lo que estás hablando. ¿Qué tiene que ver ese ducado conmigo?
Cayena no prestó atención a sus palabras y continuó estableciendo pautas para hacer uso del incidente del envenenamiento.
─ ¿No nos da este incidente un pretexto para hacer muchas cosas?
─ ¿Qué quiere decir con eso?
─ Quiero una dama de honor de una familia de confianza. Alguien cuya identidad conozca y que no me haga daño.
Rezef se sorprendió por el repentino comentario de Cayena.
─ ¿Qué es exactamente lo que estás pensando, Cayena?
─ ¿Qué pasa con Lady Olivia Grace?
─ ¿Te refieres a la dama que es patrocinada por la familia Kedrey?
¿Estaba hablando en serio? Rezef sabía lo mucho que Cayena odiaba a Olivia, después de haberla observado desde la barrera. El hecho de que la Duquesa Kedrey eligiera patrocinar a Olivia ofendió a Cayena y la puso celosa.
No había nadie en la alta sociedad que no supiera que Cayena odiaba a Olivia.
─ Sí. Lady Grace es de una nobleza de rango medio.
No era lo suficientemente alta para ser la dama de la corte de una princesa, pero Olivia tenía más que suficiente talento.
─ Su familia también está profundamente entrelazada con el ducado de Kedrey, que bien podría ser un castillo de hierro.
No estaba claro cuánto valoraba el ducado Kedrey a la familia Grace, pero el mundo social reconocía que la relación entre las dos familias era inusual.
Cayena usó ese punto para persuadir a Rezef. Pero en realidad, había una razón aparte por la que Cayena quería a Olivia como su dama de honor.
─ Si este mundo sigue lo que sé de su futuro, esta es la mujer de la que Rezef se enamorará.
Era lo mismo que en la novela y en la primera vida de Cayena.
Rezef también querría a Olivia esta vez. Y si ella eligiera a Raphael en vez de a él, él intentaría matarla.
Cayena siguió hablando, fingiendo que sólo quería ganarse a Olivia por el bien de Rezef.
─ La sociedad interpretará las acciones de la familia Grace como una extensión de las intenciones del ducado de Kedrey.
─ ...¿Está esto realmente bien?
Preguntó Rezef, sospechoso.
Cayena sonrió.
─ No puedo seguir haciendo lo que me plazca.
Esto era lo que había previsto, y era más eficiente mantener a Olivia cerca para que pudiera lidiar con la situación.
Traducción: Juli
Corrección: Ross