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─ ¿Una quemadura?
Antes de que Vera pudiera decir algo más, entró un médico que buscaba una audiencia con Rezef.
Fue el mismo médico que trató las heridas de Cayena.
Se estremeció cuando entró, sintiendo el extraño estado de ánimo en el aire.
─ Vine a informar sobre las heridas de Su Alteza.
Los fríos ojos azules de Rezef se enfocaron en el doctor.
El médico sintió que un sudor frío le recorría la espalda.
La mirada en los ojos de Rezef fue una que lanzó cuando no estaba de buen humor.
─ Un pastel caliente le tocó el brazo izquierdo y la quemadura real es del tamaño de un puño. Siempre que aplique ungüento durante los próximos días, no tendrá cicatriz.
─ ¿Por qué el pastel tocó el brazo de mi hermana?
─ Eso es…
Como el médico no pudo responder, Vera abrió la boca.
─ Una dama de la corte, Lydia Benzeman, dejó caer el plato del pastel. le rozó el brazo y ella cayó al suelo.
Teniendo en cuenta que había causado daño a la familia imperial, Cayena estaría en su derecho de matar a Lydia.
Sin embargo, sería un desperdicio hacerlo, ya que la familia Benzeman fue de gran ayuda.
Además, la familia Benzeman estaba cerca de la familia Evans, ya que eran la familia que dirigía los almacenes Empire.
─ Pero... Su Alteza la ha perdonado, dijo que estaba bien.
Zeno tuvo una expresión de incredulidad cuando Vera dijo que la gruñona Cayena había perdonado a su dama de honor.
Realmente, la reciente Princesa Cayena era demasiado extraña.
De todos modos, tuvo suerte. Zenon estaba detrás de Rezef, por lo que no podía ver el rostro del príncipe.
─ La familia Benzeman sigue siendo muy útil. Es una suerte que se pasara por alto el incidente.
Sin embargo, Rezef pensó de manera diferente.
Odiaba a los que no conocían su lugar. Le recordó al archiduque Enrique.
Rezef se puso de pie y dijo con frialdad.
─ Voy al palacio Cayena.
***
Para llegar al palacio de la princesa desde el palacio del príncipe, uno tenía que caminar un largo camino a través de un pasillo entre ellos.
Rezef caminó esa larga distancia con sus largas piernas y una capa ondeando detrás de él.
No estaba corriendo, pero fue una caminata muy rápida.
Sus ayudantes y Vera se apresuraron a seguirlo lejos.
Rezef encontró la habitación donde descansaban las damas de honor de Cayena y abrió la puerta con su propia mano.
─ ¡Su Alteza! ¡Lo haré!
Uno de sus ayudantes que logró ponerse al día con sus pasos se sobresaltó y trató de disuadirlo.
Rezef no respondió, solo abrió la habitación que era la segunda mejor del palacio después de la de Cayena.
Las señoras que descansaban allí se levantaron sorprendidas.
─ ¿Su Alteza?
Sus ojos vieron el interior demasiado colorido y los refrescos y el té en la mesa que parecía fuera de su alcance.
El quemador de incienso desprendía un olor caro, uno utilizado originalmente por Cayena.
Era una fragancia de alta gama importada solo en pequeñas cantidades al Imperio. El olor era único, así que Rezef lo conocía bien.
Una simple dama de la corte nunca podría usar tal fragancia.
Disfrutaban de lujos que no podían disfrutar como damas de compañía.
Eso no era algo que Rezef había permitido.
Las damas de honor se apresuraron a arreglar sus atuendos e inclinaron la cabeza.
─ Saludamos a Su Alteza Imperial.
Rezef no les dijo que levantaran la cabeza.
En cambio, se sentó en una vitrina cerca de él. Sus ojos miraron a las doncellas.
Vera y sus ayudantes intentaron entrar a la habitación, pero sus pies se detuvieron ante el extraño silencio.
─ Creo que una persona puede hacer juicios tontos.
Comenzó a decir.
─ Creo que una persona también puede cometer errores.
Las damas de la corte intercambiaron miradas, sin saber de qué estaba hablando.
─ Lo que más odio es la gente que no conoce su lugar.
Solo entonces las damas de la corte se arrojaron al suelo.
─ ¡Hemos hecho algo digno de muerte, Alteza!
Ante eso, Rezef se rió.
─ Si están en lo correcto.
Sus ojos azules brillaban asesinos.
─ Deberías morir por tus pecados.
Rezef cruzó la habitación y agarró bruscamente a una dama de la corte.
Fue Lydia.
─ Nunca escuché que un miembro de la familia Imperial fuera quemado por una criada. ¿Qué piensas?
Lydia palideció.
─ ¡Su Alteza, por favor perdóneme!
En su miedo, incluso había comenzado a llorar.
─ ¡Fue un error, alteza! La princesa también dijo que estaba bien y...!
Pero ella no debería haber dicho eso.
─ ¡Ahhhh!
Rezef apretó su agarre en el brazo de Lydia, como para romperlo.
─ ¿Tengo que cortarte el brazo para que puedas ver la seriedad de tu error? ¿Cuánto debería cortar por ti?
Shiiiing–.
Sacó una espada de su costado.
Las damas de la corte dejaron escapar un breve grito. ¿No debería alguien detener esto? Pero nadie se adelantó.
─ Su Alteza.
Zeno se interpuso entre los ayudantes para disuadirlo.
Pero al presenciar la expresión de Rezef, chasqueó la lengua y dio un paso atrás.
En ese estado, nadie pudo disuadir a Rezef. A este ritmo, no sería sorprendente que esto se convirtiera en un gran incidente.
─ Rezef.
Entonces, una voz clara rompió el aire siniestro.
Cayena había venido en persona después de escuchar la conmoción.
Rezef detuvo su mano, que estaba a punto de bajar la espada.
─ Para.
Con sus palabras, Rezef aflojó su agarre sobre Lydia, como si nunca hubiera tenido la intención de lastimarla en primer lugar.
Bajó la espada.
Cuando Lydia, liberada de su mano, se hundió en el suelo, todos dejaron de respirar. Hubo un silencio silencioso.
─ … ¿Que acaba de suceder?
Cayena calmó a Rezef, que se había enfurecido, ¡con solo una palabra!
Cayena pasó junto a los ayudantes indefensos y entró en la habitación.
La espada apuntaba al suelo, pero Rezef todavía tenía una mirada de locura.
Lydia parecía haber apretado completamente el gatillo de Rezef.
─ Conozca su lugar.
Así fue como el emperador Esteban crió a Rezef.
Parecía que Rezef, que estaba desequilibrado, no entendía exactamente por qué estaba tan enojado.
Cayena se acercó a Rezef, que todavía sostenía su espada como si quisiera cortar algo.
La gente pensaba que esa figura era asesina. Pero eso no fue lo que vio Cayena.
Él estaba nervioso.
Cayena se enteró de la situación que había vivido Rezef a través de la novela.
Entonces, aunque se decía que Rezef era un villano imperdonable, ella podía entender por qué se había vuelto de esa manera.
Si no se le reconoce constantemente como príncipe, se le puede despedir inmediatamente.
El propio Emperador se lo había dicho.
En lugar de disfrutar de su posición de príncipe, se vio privado de muchas cosas.
Para empezar, fue privado de una familia.
─ No tienes familia. Solo tienes identidad y autonomía cuando eres un príncipe.
Rezef fue completamente arrojado al lugar más espléndido y hermoso del Imperio.
─ Recuerda que siempre puedo tirar el equipaje. Si no demuestras tu valía, tu existencia será borrada del mundo.
Para él, conquistar el trono era una simple cuestión de supervivencia.
No tenía familia y todas las personas que lo rodeaban pertenecían al Emperador. Ignoraron a Rezef, un hijo ilegítimo.
Así que lo primero que hizo fue purgarlos.
Cayena estaba de pie ante él, sintiendo cierto sentido de responsabilidad.
Tomó la espada de la mano de Rezef y se la tendió a Zenon, que estaba cerca.
Zenon la miró con ojos perplejos y recibió la espada de ella.
Las damas de compañía estaban temblando y podía oír los sollozos sin aliento de Lydia.
Fue un acto lamentable.
Cayena miró a Rezef con ojos que parecían normales, como si nada fuera diferente de lo habitual.
Necesitaba a alguien que lo guiara.
Ella lo regañó con voz severa.
─ ¿Qué pasa si te lastimas al enojarte tanto? Estarás cazando a menudo cuando comience la temporada social.
─ ...
Rezef poco a poco comenzó a volver a sus sentidos.
Las damas de la corte y los ayudantes, sin darse cuenta de este cambio, simplemente miraron a Cayena con gravedad.
¿Estaba loca su alteza imperial?
Tragaron saliva, sintiendo que se les secaba la boca.
Tenían miedo de lo que haría Rezef, que estaba completamente enojado.
Traducción: Juli
Corrección: Ross
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