La mayoría de procesos o fenómenos fonológicos que hemos revisado —salvo el de metátesis de dos consonantes en hanunoo que vimos en la sección 5.7 Metátesis— involucran una sola regla que deriva una representación superficial a partir de una representación subyacente. Sin embargo, existen algunos fenómenos fonológicos que involucran la aplicación sucesiva de más de una regla en la derivación de la representación subyacente a la representación superficial, de modo que el output de una regla constituye el input de otra.
En muchos casos, el orden de aplicación de las reglas es determinante del resultado de la derivación, como indican Bromberger y Halle (1989) en los siguientes textos.
Texto 5
“Las reglas fonológicas se encuentran ordenadas entre sí. Una regla fonológica R no se aplica necesariamente a la representación subyacente; más bien, R se puede aplicar a la representación derivada resultante de la aplicación de cada regla aplicable antes de R según el orden de las reglas”.
S. BROMBERGER y M. HALLE, “Why phonology is different”, pp. 58-59.
Texto 6
“El ordenamiento de reglas es una de las herramientas más poderosas para la descripción fonológica y existen numerosas instancias en la literatura en las que el ordenamiento de reglas se utiliza para dar cuenta de efectos fonéticos de gran complejidad”.
S. BROMBERGER y M. HALLE, “Why phonology is different”, p. 59.
El siguiente ejemplo, tomado de Hayes (2009), ilustra el rol que desempeña el ordenamiento de reglas en dos dialectos del inglés. Empecemos por examinar el siguiente corpus, que ilustra el fenómeno de ascenso vocálico /aɪ/ → [ʌɪ] ante una consonante sorda, que encontramos en algunas variedades del inglés
La columna de la izquierda muestra ejemplos en los que la representación subyacente se ve afectada por la regla de ascenso, que le otorga el rasgo [-bajo] al primer elemento del diptongo. Por su parte, la columna de la derecha muestra ejemplos en los que esto no ocurre porque los diptongos no se encuentran en el contexto condicionante, a saber, precediendo una consonante sorda.
Ahora bien, entre las variedades del inglés que exhiben este proceso, existe una diferencia interesante debida a la interacción entre la regla de ascenso de /aɪ/ y la regla de rotacismo por la cual los fonemas /t/ y /d/ se realizan como [ɾ], que vimos en la sección 5.3 Debilitamiento. Por la regla de rotacismo, los morfemas /ˈɹaɪt/ y /ˈɹaɪd/, que, en las palabras write y ride, se realizan respectivamente como [ˈɹaɪt] y [ˈɹaɪd], se realizan con la percusiva [ɾ] en las palabras writing y riding: [ˈɹaɪɾɪŋ]. Esto se debe a que, en estas palabras, los fonemas /t/ y /d/ se encuentran luego de un vocoide y antes de una vocal acentuada.
El dato interesante que se puede explicar por el orden diferente en que se aplican las reglas de ascenso y rotacismo, consiste en que, en una variedad de inglés, la palabras write y writing se pronuncian [ˈɹʌɪt] y [ˈɹʌɪɾɪŋ], respectivamente, pero en la otra variedad de inglés esas mismas palabras se pronuncian [ˈɹʌɪt] y [ˈɹaɪɾɪŋ] (en este último caso, sin ascenso vocálico). La explicación que propone Hayes (2009) se esquematiza de la siguiente manera (el esquema también presenta la derivación de la palabra riding en ambas variedades):
En la variedad A del inglés, la regla de ascenso vocálico se aplica primero que la regla de rotacismo. Por la aplicación de la regla de ascenso vocálico, la representación subyacente /ɹaɪtɪŋ/ deriva a la representación intermedia /ɹʌɪtɪŋ/ y esta, a su vez, por la aplicación de la regla de rotacismo, deriva a la representación superficial [ˈɹʌɪɾɪŋ].
En cambio, en la variedad B del inglés, la regla de rotacismo se aplica primero que la regla de ascenso vocálico y esto tiene un efecto distinto. La aplicación de la regla de rotacismo deriva la representación subyacente /ɹaɪtɪŋ/ a la representación intermedia /ˈɹaɪɾɪŋ/. Esta representación, sin embargo, impide la aplicación de la regla de ascenso vocálico porque el segmento /ɾ/, al presentar el rasgo [+sonoro], no conforma el contexto condicionante para su aplicación. Así pues, el sistema fonológico de la variedad B da como resultado la representación superficial [ˈɹaɪɾɪŋ], mientras que el de la variedad B da como resultado la representación superficial [ˈɹʌɪɾɪŋ], a pesar de que ambas variedades presentan las reglas de ascenso vocálico y de rotacismo.
Hayes (2009) explica el rol del ordenamiento de reglas mediante la comparación de un sistema fonológico con una línea de ensamblaje:
Texto 7
“Un método ampliamente empleado para analizar las diferencias recién mostradas es suponer que las reglas fonológicas deben estar ordenadas. Podemos imaginar la fonología como una “línea de ensamblaje” que recibe formas fonémicas, aplica reglas fonológicas en un orden particular y entrega formas fonéticas. En una teoría como esta, la diferencia entre los dos dialectos antes descritos es una diferencia en el ordenamiento de las reglas. En el dialecto en el que writing ‘escribiendo’ y riding ‘conduciendo’ se pronuncian de manera distinta [ˈɹʌɪɾɪŋ] vs. [ˈɹaɪɾɪŋ], [la regla de] Ascenso de /aɪ/ está ordenada antes de [la regla de] Rotacismo; y el dialecto en el que writing ‘escribiendo’ y riding ‘conduciendo’ se pronuncian igual [la regla de] Rotacismo está ordenada antes de [la regla de] Ascenso de /aɪ/”.
B. HAYES (2009), Introductory Phonology, p. 145.
Otro ejemplo interesante de ordenamiento de reglas lo encontramos en el corpus de indonesio (tomado de Halle y Clements 1983) que examinamos en la sección 5.5 Elisión y que aquí repetimos.
En este caso, observamos un prefijo /məŋ-/ que pierde su segmento nasal cuando se adosa a una raíz que empieza con un segmento sonorante que no sea una vocal. Por ello, /məŋ+lempar/ ‘arrojar’ se realiza [məlempar]; /məŋ+rasa/ ‘sentir’ se realiza [mərasa]; /məŋ+wakil/ ‘representar’ se realiza [məwakili]; /məŋ+masak/ 'cocinar’ se realiza [məmasak]. En cambio, si la raíz empieza con una vocal, el prefijo aparece íntegro: [məŋambil] ‘tomar’, [məŋisi] ‘llenar’, [məŋundaŋ] ‘invitar’.
Al prefijarse a raíces que empiezan con una consonante oclusiva sonora, el segmento nasal del sufijo se asimila en punto de articulación a la consonante de la raíz: [məŋɡambar] ‘dibujar’, [məndəŋar] 'oír’, [məmbantu] ‘ayudar’. Curiosamente, al prefijarse a raíces que empiezan con una oclusiva (no africada) sorda, el segmento nasal también se asimila en punto de articulación a la consonante de la raíz, pero esta se elide: /məŋ+kirim/ 'enviar' se realiza como [məŋirim]; /məŋ+tulis/ ‘escribir’ se realiza como [mənulis]; /məŋ+pukul/ ‘golpear’ se realiza como [məmukul].
Para explicar este último fenómeno, se puede proponer que la regla de asimilación en punto de articulación que afecta a la nasal del morfema /məŋ-/ se aplica primero que la regla de elisión que suprime la oclusiva sorda de la raíz cuando se le prefija este morfema. Esto se puede esquematizar de la siguiente manera:
Si el orden de aplicación de las reglas fuera el contrario, es decir, si primero se aplicara la regla de elisión y luego la de asimilación, la derivación culminaría con representaciones superficiales que no corresponden con la realidad del indonesio, como muestra el siguiente esquema:
En esta parte del curso, hemos revisado el modelo que propone la fonología generativa para un sistema fonológico. En pocas palabras, se trata de un sistema de reglas, algunas de las cuales se aplican en un orden secuencial, que deriva representaciones superficiales a partir de representaciones subyacentes. Tanto las representaciones como las reglas están basadas en rasgos, que son los elementos fundamentales de los sistemas fonológicos.
En la siguiente sección, continuaremos desarrollando este modelo, pero ya no desde la propuesta de que la representación subyacente de una unidad fonológica coincide con su representación superficial básica (o su fono básico), sino desde la propuesta de que la representación subyacente es una unidad subespecificada.