Los sonidos que conforman los inventarios de las lenguas funcionan en ellas de maneras diferentes. Cohn afirma que debe tomarse en cuenta una distinción fundamental para entender cómo se organizan los sonidos constituyendo diferentes patrones sonoros o sistemas fonológicos en las lenguas:
“Cuando caracterizamos el inventario de sonidos de una lengua, debemos establecer una distinción importante entre aquellos sonidos que se pueden usar para realizar contrastes de significado en la lengua versus aquellos que ocurren, pero son predecibles en su distribución” (p. 185).
En esta sección, ejemplificaremos el primero de estos usos: el uso contrastivo o distintivo de los sonidos del habla. En la siguiente sección, ejemplificaremos el uso no contrastivo de los sonidos.
El uso contrastivo o distintivo de los sonidos del habla resulta fundamental para el funcionamiento de una lengua. Un sistema lingüístico está constituido (entre otros componentes) por un léxico, es decir, por un conjunto de signos simples cuya expresión es una secuencia de sonidos. Cuando aprendemos una lengua, aprendemos a asociar determinadas expresiones con determinados significados, tal como lo hacen, por convención, las personas de nuestra comunidad. Por ejemplo, los hablantes de castellano aprendemos que la expresión [ˈlima] es el nombre de la capital del Perú y que la expresión [ˈpero] se utiliza para referirnos a individuos de una especie animal. ¿Qué es lo que permite que los castellanohablantes distingamos las palabras Lima y perro? Pues que una está formada por la secuencia de sonidos [ˈlima] y la otra, por la secuencia de sonidos [ˈpero]: las palabras suenan distinto y, por ende, podemos distinguirlas. Estos ejemplos muestran con claridad la función contrastiva o distintiva de los sonidos del habla.
Una palabra también puede distinguirse de otra porque los sonidos que las conforman se encuentran en un orden diferente. Este es el caso de palabras como penal [peˈnal] y Nepal [neˈpal] o escuela [esˈku̯ela] y secuela [seˈku̯ela]. Asimismo, dos signos pueden diferenciarse por estar conformados por más o menos sonidos: por ejemplo, mal [ˈmal] y tamal [taˈmal] o cama [ˈkama] y cámara [ˈkamaɾa]. Estos ejemplos también muestran de manera simple la función contrastiva o distintiva de los sonidos del habla.
Hay otros signos que se distinguen solo por un sonido del habla, como muestran los pares de palabras Lima [ˈlima] y rima [ˈrima], perro [ˈpero] y cerro [ˈsero], penal [peˈnal] y panal [paˈnal], tamal [taˈmal] y camal [kaˈmal], cama [ˈkama] y caña [ˈkaɲa]. Ejemplos como estos, conocidos como "pares mínimos", nos permiten identificar los sonidos del habla que contrastan entre sí. El método de comparación de pares mínimos o de conmutación de sonidos permite identificar los sonidos individuales que, en una lengua determinada, presentan un uso o función contrastiva o distintiva. Así pues, aplicando el método de comparación de pares mínimos, podemos ver que en castellano los siguientes pares de sonidos contrastan entre sí: [l] - [r], [p] - [s], [e] - [a], [t] - [k], [m] - [ɲ].
Los ejemplos de quechua cuzqueño que aparecen a continuación muestran tres tríos mínimos de palabras que comprueban que las consonantes [p, pʼ, pʰ], [t, tʼ, tʰ] y [k, kʼ, kʰ] son sonidos contrastivos en esta lengua.
Es importante tener en cuenta que la función contrastiva de un sonido del habla se establece siempre en relación con otro sonido. Esta idea quedará más clara en la siguiente sección cuando veamos el uso no contrastivo de los sonidos del habla. Sin embargo, es conveniente ilustrarla con un ejemplo: en el léxico del castellano, encontramos los pares mínimos bata [ˈbata] - data [ˈdata] y haba [ˈaβ̞a] - hada [ˈað̞a]. La comparación del primer par mínimo nos muestra que [b] y [d] son sonidos contrastivos entre sí o que cumplen una función distintiva en castellano. Asimismo, el segundo par mínimo nos muestra que [β̞] y [ð̞] son sonidos contrastivos uno respecto del otro. Sin embargo, en castellano, los sonidos [b] y [β̞] no son contrastivos entre sí, puesto que la sustitución o conmutación de uno por el otro no permite formar signos distintos. Dicho de otra manera, es imposible encontrar un par mínimo que solo se diferencie por los sonidos [b] y [β̞]. Es más, la palabra bata, por ejemplo, se pronuncia con [b] si la precede una consonante nasal, como en la frase en bata [emˈbata], y se pronuncia con [β̞] luego de una vocal, como en la frase la bata [laˈβ̞ata]. Esto mismo se aplica a los sonidos [d] y [ð̞].
Veamos algunos ejemplos de sonidos contrastivos en otras lenguas.
El cuadro de consonantes que aparece más arriba muestra sonidos del italiano que cumplen una función contrastiva o distintiva en esta lengua. Por ejemplo, el par mínimo tale 'tal' y male 'mal' da cuenta de que los sonidos [t] y [m] son contrastivos en esta lengua; asimismo, el par mínimo dare 'dar' y rare 'raras' muestra que los sonidos [d] y [r] funcionan distintivamente en italiano. En algunos casos, en lugar de pares mínimos, encontramos pares cuasi mínimos, como nome 'nombre' y gnomo 'gnomo'. Estas palabras presentan a los sonidos [n] y [ɲ] en el mismo contexto, a saber, a inicio de palabra y antes de una vocal, lo que también indica su carácter contrastivo. Esta consideración de los pares cuasi mínimos presupone que el italiano podría incluir en su léxico una palabra como gnome, que formara un par mínimo con nome y una palabra como nomo, que formara un par mínimo con gnomo (de hecho, esas palabras sí existen en italiano).
El cuadro de vocales del italiano muestra que esta lengua utiliza siete vocales contrastivas, las cuales aparecen ejemplificadas por palabras que las muestran en un contexto interconsonántico. Son conocidos los pares mínimos del italiano e [e] 'y' - è [ɛ] 'es' y o [o] 'o' - ho [ɔ] 'he; tengo'.
A continuación aparecen sonidos contrastivos del francés acompañados de ejemplos de pares mínimos y cuasi mínimos.
El inventario de vocales del francés, que aparece a continuación, es más rico que el del italiano, pues incluye también las vocales anteriores redondeadas [y, ø œ], además de la central [ə]. A estas hay que añadir las vocales nasalizadas [ɛ̃, œ̃, ɑ̃, ɔ̃] , que aparecen en las palabras saint 'santo', brun 'marrón', sans 'sin' y son 'su (masc., sing.)', respectivamente.
Finalmente, los siguientes cuadros presentan las consonantes y vocales contrastivas de la lengua shipibo (también conocida como "shipibo-konibo") perteneciente a la familia lingüística pano.
En esta sección, hemos visto que los sonidos del habla que conforman los inventarios sonoros de las distintas lenguas son las unidades que conforman las expresiones de los signos que utilizan los hablantes de tales lenguas. Los sonidos pueden cumplir en las lenguas una función contrastiva o distintiva, así como una función no distintiva. En esta sección, hemos ilustrado la primera de estas funciones. En la siguiente sección, veremos cómo algunos sonidos no pueden contrastar entre sí en una lengua particular por encontrarse siempre en contextos distintos.