El proceso de disimilación es opuesto al de asimilación: consiste en realizar una unidad subyacente diferenciándola de un segmento del contexto. La condición, evidentemente, es que los segmentos involucrados sean idénticos o similares en algunos rasgos, de modo que el proceso consiste en alterar alguno de estos rasgos para conseguir que los segmentos se diferencien uno del otro.
Hualde (2014) ofrece el ejemplo del inglés february 'febrero', que algunas personas pronuncian [ˈfɛbjuˌɛɹi], en lugar de [ˈfɛbɹuˌɛɹi], disimilando la primera aproximante alveolar /ɹ/ de la segunda. En castellano, también podemos identificar un caso de disimilación por el que algunas personas pronuncian la palabra ómnibus como [ˈobniβ̞us], en lugar de [ˈomniβ̞us], disimilando /m/ de /n/.
A continuación, presentamos un corpus del castellano que ofrece Hualde (2014). No se trata de un proceso totalmente regular, como advierte el autor, pero sí podemos encontrar bastantes ejemplos de este proceso en nuestra lengua.
Como muestra este corpus, el sufijo /-al/, que permite formar adjetivos, se realiza como [-aɾ] cuando la raíz a la que se adosa termina en /l/. Notemos que postular como representación subyacente del sufijo la forma /-áɾ/, cuya distribución es predecible, nos obligaría a construir una regla muy compleja para dar cuenta de la distribución de [-al].
El siguiente ejemplo de la lengua kikuyu muestra que el prefijo de infinitivo /ko-/ se realiza [ɣo-] cuando la primera consonante de la raíz a la que se adosa es una oclusiva, es decir, la oclusiva subyacente del prefijo se realiza fricativa disimilándose de la oclusiva de la raíz.
En la siguiente sección examinaremos el proceso fonológico conocido como "debilitamiento".
5.3 Debilitamiento