Cada lengua de modalidad oral-auditiva utiliza un conjunto finito de sonidos del habla para la expresión de sus signos, que constituye su inventario de sonidos. Al respecto, Cohn señala lo siguiente:
“El inventario de sonidos es la selección de sonidos que ocurren en una lengua particular. Examinando diversos inventarios de las lenguas del mundo, encontramos que el número de consonantes y vocales, así como la selección específica de sonidos, varía enormemente de una lengua a otra. En su estudio de los inventarios de sonidos de 317 lenguas, Maddieson (1984) encontró que el número de consonantes en una lengua oscila entre 6 y 95, con una media de 22.8; mientras que el número de vocales oscila entre 3 y 46 con una media de 8.7; y 62.1 % de las lenguas en su muestra presenta entre 5 y 9 vocales” (pp. 182-3).
Cabe precisar que Maddieson (2013) da cuenta de que en el World Atlas of Language Structures (WALS) se encuentran cuatro lenguas que solo distinguen dos vocales por su calidad o timbre. Por su parte, Ladefoged (2005) afirma que, en general, las lenguas del mundo presentan aproximadamente 200 vocales y 600 consonantes. Sin embargo, ninguna lengua presenta tantos sonidos en su inventario. Ladefoged sostiene que la base de datos UCLA Phonological Segment Inventory Database (UPSID) registra 451 lenguas con inventarios muy variados. Mientras que las lenguas pirahã y rotokas presentan apenas 11 unidades, la lengua !xu presenta 141.
A continuación podemos observar algunos ejemplos de inventarios de sonidos ofrecidos por Cohn:
Como se puede observar, el inglés presenta 24 consonantes, cantidad muy cercana al promedio de 22.8 que indica Maddieson. En lo que respecta a las vocales, el inglés presenta un inventario muy rico de 15 vocales, bastante por encima del promedio de 8.7. El árabe, por su parte presenta 58 consonantes (contando breves y largas), lo que constituye un inventario consonántico muy rico, pero solo seis vocales (de tan solo tres timbres o calidades). Por último, el rotokas se caracteriza por un pequeño inventario de seis consonantes y por el inventario más común conformado por las vocales /i, e, a, o, u/.
Con respecto a los sonidos que conforman los inventarios de las lenguas, la autora señala lo siguiente:
“Si bien hay una gran variación en los segmentos que ocurren en las lenguas particulares —Maddieson identifica más de 800 en su estudio—, sin embargo, se pueden realizar predicciones fuertes sobre qué sonidos ocurren. Algunos sonidos y categorías de sonidos son, simplemente, más comunes que otros. Por ejemplo, todas las lenguas presentan oclusivas, pero no todas tienen fricativas. Más allá de estas observaciones básicas, también hay muchos casos en los que la presencia de una propiedad implica la presencia de algo más en el mismo sistema; este tipo de generalizaciones se conocen como universales lingüísticos implicacionales. Por ejemplo, si una lengua presenta las vocales medias [e, o] (como en inglés, bait [bet] ‘carnada’ y boat [bot] ‘bote’), se puede predecir que también tendrá las vocales altas [i, u] (inglés, beat [bit] ‘ganar’ y boot [but] ‘bota’) y la vocal baja [a] (inglés pot [pat] ‘olla’); pero lo contrario no ocurre, como hemos visto en árabe, que presenta [i, u, a], pero no [e, o]” (p. 185).
Los universales lingüísticos implicacionales nos muestran que algunos tipos de sonidos son más fundamentales o básicos que otros en las lenguas del mundo. Por ejemplo, las vocales nasalizadas ([ɛ̃, ɔ̃]) presuponen la existencia de vocales orales ([ɛ, ɔ]): todas las lenguas presentan vocales orales, pero no vocales nasales. De manera similar, las consonantes eyectivas ([pʼ, tʼ, kʼ]) presuponen la existencia de consonantes simples ([p, t, k]): todas las lenguas presentan consonantes simples, pero no consonantes eyectivas.
En las siguientes secciones, empezaremos a estudiar la manera en que se usan los sonidos que conforman los inventarios de las lenguas o, lo que es lo mismo, la función que cumplen los sonidos en las lenguas. En la siguiente sección, examinaremos la función más importante que desempeñan los sonidos en las lenguas: la de diferenciar signos lingüísticos.