Ciberconvivencia-Netiquetas

Si alguien dice gente, otro escucha aglomeración. Si él dice guitarra, alguien escucha música. Esto suele suceder porque nuestras experiencias difieren de las de otros y eso permite llenar palabras con interpretaciones. Como decía Montaigne, “la palabra es mitad de quien la pronuncia y mitad de quien la escucha”. Aunque fueron hechas para entendernos, muchas veces generan malentendidos. Por eso se requiere no sólo saber hablar sino también escuchar y comprender el contexto para garantizar la comunicación. Esto cobra aún mayor importancia cuando la comunicación está mediada por pantallas.


Cecilia hace una foto de su hermano Julián apretándose un granito facial y la envía por WhatsApp a sus amigas. Lo que para ella es una broma, para él probablemente sea humillación. La misma imagen puede cobrar un significado muy distinto de acuerdo al contexto en el que se la vea: en el álbum de fotos familiar solo dará cuenta del crecimiento de Julián.


Así como en la escuela, en la calle, en el transporte público hay normas para una convivencia en armonía, las hay también en el ciberespacio. A estas pautas de comportamiento útiles en la Red se las llama netiquetas.

Existen distintos tipos de netiquetas: generales de Internet, para los chats, para los blogs, para los audios, etc. No son reglas ni son leyes. Nadie las impone. Son acuerdos que se adoptan y se sostienen por las buenas implicancias en su uso. No hay un ente de vigilancia para hacerlas cumplir. Los usuarios de la Red las respetan porque ayudan a entenderse, a colaborar y a disfrutar. El primer beneficiado es uno mismo.

Algunas normas de comportamiento en las redes sociales son:

  • Ayudar a crear un ambiente agradable. Ser amable, respetuoso y considerado en las intervenciones.

  • Escribir usando mayúsculas y minúsculas. En la red cuando alguien escribe en mayúsculas se interpreta como si hablase a gritos y eso puede llevar a malos entendidos.

  • Usar emoticones y stickers. Es un modo visual para hacernos comprender mejor, si el código es compartido. ;-)

  • Evaluar cuándo utilizar mensajes privados o públicos. Ser prudente al enviar mensajes, sobre todo cuando terceras personas pueden leerlos. Si es necesario aclarar o acordar algo con una persona determinada puede resultar más apropiado utilizar los mensajes privados.

  • Reflexionar antes de publicar algo. No subir aquello que pueda perjudicar a alguien o a uno mismo. Puede eliminarse posteriormente, pero las copias que ya circulen por la red resultarán imposibles de borrar.

  • Moderar críticas y comentarios. No vulnerar derechos que puedan atentar contra la intimidad ni esgrimirse como un delito.

  • Solicitar autorización antes de publicar y/o etiquetar materiales subidos por otras personas. Preguntar a las personas aludidas si podemos publicar sobre ellas. Puede ocurrir que alguien no quiera estar etiquetado en una foto.

  • Usar etiquetas positivas. No utilizar etiquetas que resulten ofensivas para otras personas.

  • Respetar la privacidad de otras personas. No difundir en público o en otros grupos aquella información que un usuario comparte en privado o con un grupo en concreto.

  • Utilizar los sistemas de denuncia si fuera necesario. Las redes sociales disponen de formularios para denunciar el comportamiento inadecuado de un usuario. No utilizar estos sistemas a la ligera o de manera injustificada.

  • Prestar atención a la identidad digital. Revisar cómo nos presentamos a los demás en las redes sociales y cómo somos percibidos.

  • Consultar tus dudas o problemas. Siempre recurrir a usuarios más hábiles y de confianza.