Presentación del libro por Michele Colagiovanni cpps.

Premisa

 

En 2003 se agotó la segunda edición de “Las Florecillas de Gaspar”, texto escrito por el honorable fundador de “Primavera Misionera” P. Raffaele Bernardo, a quién corresponde nuestro agradecido recuerdo. El vertió en su libro muchas páginas que había publicado en capítulos ,en un boletín y las fusionó con intervenciones de redacción, sin una cuidadosa preocupación unitaria. 

En el momento en que se tenía que proceder a la tercera edición, surgió el problema si el trabajo debía reproducirse como tal, o si se debía intervenir sobre el texto y hasta que punto. Resulta siempre desagradable intervenir en el trabajo de otros: parece

violar los derechos de la persona, especialmente cuando el otro no puede dar consentimiento, o incluso negarlo y luego expresar su opinión sobre el trabajo

acabado. Por estas razones hemos decidido reducir al mínimo la revisión del texto, con la intención de hacerlo más fluido. En algunos raros casos trasladamos los episodios, para respetar tanto como fuera posible la cronología de los relatos.

El trabajo, por lo tanto, se ha transformado en comparación del  texto original, lo màs posible, excepto en los casos de repetición y de imprecisiones, que han sido removidas.

Esto no quiere decir que “Las Florecillas” se han convertido en un libro científico. Don Bernardo mismo señala con gran franqueza, la naturaleza predominantemente popular de sus fuentes y declara su intención de tener una mirada acrítica, convencido de que no emerge de sus páginas la historia, sino el personaje y su alma. Todo esto es muy honesto y ha permitido proceder sin que el revisor debiera tomar distancia, o disociarse, porque todo lo que aquí se dice es la verdad que el Espíritu Santo despertó en las almas.

Si Gaspar apareció como un ángel volando en los cielos de las primeras décadas del siglo XIX, mientras luchaba en los caminos ásperos, mientras se servía de medios ruinosos; si se destacó por su magna estatura espiritual, a pesar de la baja estatura física; si resultó una fuerza de la naturaleza, a pesar de la salud inestable: No hay evidencia indudable que tuvo una gran alma y verdad que anunciar mayor de la que estamos acostumbrados. Por primera vez era evocada – y entonces vertida – una Sangre que gritaba paz, justicia, perdón, fraternidad.

 

 

Michele Colagiovanni cpps.