26. ¡Es San Jorge,  Monseñor!

"Necesitamos muchas cosas... aquí, sin embargo, encuentro mi alegría, porque hay soledad y espacio para hacer el bien a las almas". Así escribía desde San Felice don Gaetano Bonanni, romano, nacido el 16 de junio de 1776. Se cuenta que la madre antes de darlo a luz, habría visto desde la terraza un rayo luminoso, como una estrella, cayendo sobre su casa, y que interpretó el fenómeno como feliz augurio para la futura santidad de su hijo. No estaba equivocada.

Para Gaspar el Bonanni, incluso antes de que la prisión, era como un hermano para él, unidos en todas las buenas obras de la ciudad de Roma, y luego compañero en poner la primera piedra en la base espiritual de la nueva Congregación, nacida en San Felice. De hecho, como él también, sin saber nada de Gaspar, tuvo la idea de reunir a sacerdotes de buena voluntad, que se dedicasen a predicar Misiones, tanto que por algunos años, hubo dudas sobre quién fuera el verdadero fundador.

E1 Bonanni, de familia pobre, fue adoptado por un rico carnicero. Fue curado milagrosamente de un tumor en el cuello y vio en el milagro el llamado de Dios, por lo que renunció a las riquezas de la familia adoptiva y se encaminó al sacerdocio. Solícito hacia las necesidades de los pobres, a aquellos en especial se dedicó. Hospitales, niños abandonados, prisiones, visita a familias desfavorecidas, predicaciones en los pueblos más remotos… Estas eran las ocupaciones del santo sacerdote.

Al Bonanni no se impuso el injusto juramento napoleónico y pudo permanecer en Roma. Poco después del encarcelamiento don Gaetano y don Gaspar se encontraron unidos,primero en los Operarios Evangélicos, que Bonanni había fundado y luego en San Felice, el 15 de agosto de 1815, cuando se asentaron las bases para la Congregación soñada por donFrancesco Albertini.

¡No es muy fácil hablar de la obra de este hombre de Dios! En la crónica de San Felice está la lista el gran número de sus sermones en Umbría y otras partes de Italia. A estos esfuerzos, como si no fuera suficiente, agregaba las más difíciles mortificaciones, ayunos y disciplinas. Así él también fue uno de los primeros santos misioneros, que hicieron de San Felice una casa de santos y atrajeron hacia esa colina un gran número de almas ansiosas para volver a Dios. "¡Vamos al paraíso de San Felice!" decían los fieles, y subían de todas partes.

El celo apostólico y la santidad atrajeron sobre él la mirada del Papa Pío VII, que lo quiso obispo de Nurcia, a pesar del reiterado humilde rechazo. Sin embargo, para él fuesólo una cuestión de "cambian de lugar", porque incluso en el obispado continuó con su vida misionera. En la diócesis y alrededores era llamado Obispo Santo, tanto era su modestia, el rechazo de todo honor y lujo, la extrema pobreza, la dedicación absoluta al bien de la Diócesis. Incluso los revolucionarios y los sectarios depusieron cualquier idea de rebelión y rechazaron sus ideas ateas en obsequio a la santidad de su Obispo. De él quedaron también numerosos testimonios de eventos extraordinarios.   

Naturalmente, dedicaba atenciones especiales a los jóvenes seminaristas y a menudo iba a orar, a estudiar y comer con ellos. Un día llegó, inesperadamente, en el lugar de estudio de los más grandes, quienes, en vez de estudiar, ¡jugaban a naipes españoles! Se apresuraron a esconderlas entre los libros, pero no tanto, ya que dejaron en la mesa una con la figura de caballo y jinete. El buen obispo, que nunca en su vida había jugado a las cartas, le preguntó: - ¿Qué santo es?

El seminarista dándose cuenta de la ingenuidad del obispo, se apresuró a responder: - ¡Es San Jorge, Monseñor!

Monseñor Bonanni besó la carta y devolviéndola al seminarista dijo: - ¡Ténganle mucha devoción, fue un gran santo. Luchó contra el demonio, y lo derrotó!

Algunos se sonreirán con este episodio y se preguntará: "¿Puede un Obispo de mucha doctrina y mucha experiencia sobre la malicia humana y, además, “avispado romano”, ser tan volado? San Gregorio Magno así escribía: "Las personas del mundo no saben nada de la verdadera simplicidad de los santos y llaman tonta la inocencia de los justos". El cándidocorazón del santo obispo, ¿cómo iba a pensar mal de sus jóvenes, que habían elegido dedicarse a Dios en el sacerdocio? ¿Y luego, qué fue tan grave que aquellos jóvenes, rompiendo las reglas, sólo querían un poco de diversión?

El Santo Obispo, murió santamente el 17 de agosto de 1848.