02. El Nacimiento

En 1807, una niña de tan sólo 8 años, que después se convertirá en la Hermana Amante María Sofía, y que murió en pos de santidad, después de haber aprendido de su madre que no había ningún instituto dedicado a la Preciosísima Sangre, exclamó: “Señor, haz que un día surge algún Instituto cuyo nombre sea el de tu Preciosa Sangre”.Este episodio te hace comprender cómo había llegado el momento de ver emerger a plena luz, en la Iglesia, una devoción que había siempre cruzado a través de la historia de la espiritualidad como un río subterráneo ,que se alimenta de innumerables fuentes (de hecho, todas) sin que muchos se dieran cuenta. Se da cuenta un santo sacerdote romano, Don Francesco Albertini, que se volverá un gran admirador del joven Gaspar del Búfalo, de quién voy a contarte el nacimiento. Fue el Albertini quién, sin conocer el deseo de la muchacha, en aquel año estaba realizando el proyecto de una institución dedicada a aquella devoción., con lo cual se cumpliría la misteriosa profesìa.

 

En verdad, la sangre humana fluía como arroyos por todas partes: en las peleas privadas, en las luchas sociales, la horca, en el campo de batalla… ¿Cómo no recurrir, con la mente y el corazón, a la única Sangre que durante la historia no ha gritado y ni grita venganza, sino que enseña el camino de la reconciliación y la paz social? Si reflexionas, encontrarás que hoy también la devoción a la Sangre es muy actual y es fuente de increíble energía.

El 06 de enero de 1786, en una casita muy modesta, en la colina del Esquilino, en Roma, cerca de a la basílica más famosa en el mundo dedicada a la Virgen - Santa María la Mayor – nace de Antonio del Búfalo y Annunziata Quartieroni un niño muy frágil, pero precioso, que el día después será bautizado en la iglesia de San Martino ai Monti, siempre en el Esquilino, con los nombres de los santos Reyes Magos, Gaspar, Melchor y Baltasar.

El padre, probable descendiente de los Marqueses del Búfalo, es empleado como cocinero del príncipe Paluzzo Altieri. Gaspar encuentra ya un hermano, Luis, y se va con sus padres a vivir en dos humildes cuartos del grandioso Palacio del empleador del padre. La nueva residencia tiene vistas en la plaza dedicada a la famosa Iglesia del Jesús. Es en esta iglesia que milagrosamente se manifiesta el gran amor del Señor por él.

Hemos dicho que había nacido de constitución física frágil y ya después de un año y medio tuvo que recibir el sacramento de la Confirmación, porque estaba desahuciado. Habiendo superado el peligro de morir, poco después es golpeado por la viruela en forma tan violenta que la abundante erupción cutánea, propia del mal, les asecha los ojos con el riesgo de ceguera total.

Annunziata, su santa madre, desconfiando de la eficacia de la obra de los médicos, llena de angustia, se dirige, al igual que todos los creyentes en casos desesperados, a implorar la ayudar divina. En la iglesia del Jesús es venerado San Francisco Javier, el maravilloso y gran apóstol de las Indias, del que es muy devota. Postrada bajo del altar, levanta hacia arriba el niño. Como impetuoso y terco es el mal, así - y aún más - sentida, y atenta es la oración.

 

 

¡La sanación del niño es inmediata! Gaspar, que a menudo oye de la mamá el acontecimiento milagroso, nunca olvidará al Javier. Se puede decir que el signo de la predilección del más grande misionero de la época moderna, encendió en el corazón del sanado, una llama que fue poco a poco expandiéndose, para finalmente volverse fuego de amor. Aquella chispa fue el comienzo de una carrera entre benefactor y beneficiado, en que los dos gigantes del apostolado trataron de ganar en generosidad. Una gratitud perenne, más sentida que cualquier voto, se renovará día tras día en el corazón de Gaspar, que no sólo tratará de emular la santidad y celo apostólico de la evangelización de Oriente, mas lo elegirá como protector de su congregación, levantará altares e iglesias en su nombre, predicará sobre él por todas partes suscitando legiones de devotos, llevará en todas las misiones populares una imagen del Santo que llegará a ser famosa. Por otro lado su Javier multiplicará gracias y protección y obrará grandes prodigios cuando Gaspar lo invoque.

Así los santos pueden influenciar a las generaciones futuras y entrelazar pasado y presente en la luz que Dios se revelado en Jesucristo.