LA ORACIÓN DE UN MINUTO


Y QUÉ

SIETE PASOS PARA UN NUEVO COMIENZO

PERO...PERO






LA ORACIÓN DE UN MINUTO



 

Tomado de Selecciones Metafísicas

Cuaderno nº29, pág. 26



 

Oraciones de un minuto son de posible práctica para cualquier persona. No importa dónde te encuentres, tú puedes invocar la Presencia del Señor. Di: “TOMO ESTE MINUTO PARA COMUNIÓN CONTIGO, PADRE”. “A PESAR DE TODO, EN MEDIO DE CUALQUIER CIRCUNSTANCIA O LUGAR, EMPLEO ESTE MINUTO CONTIGO, ANTES DE LEVANTARME, POR LA MAÑANA, ASÍ ME LEVANTARÉ DE LA CAMA, PREPARADO PARA EL DIA ENTERO”. Durante las actividades de este precioso día me detendré con frecuencia, para estar Un minuto contigo, y ser fiel a la Oración de un minuto”.

 

Esto aquietará tus pensamientos, tus ansiedades, tus sentimientos de prisa, sintiéndote envuelto en la confortable seguridad de que Dios está contigo, envolviéndote en su protectora Presencia. Todo lo que parecía presionarte se volverá secundario. La conciencia de estar en contacto con el Padre te llenará de seguridad y seguirás adelante con orden y confianza. Al mediodía y por la tarde sigue fiel a la Oración de un minuto. Dentro de tus actividades cotidianas puedes hacer una pequeña pausa, cada vez que te sea posible; cierra los ojos y trata de mirar dentro de ti a la Divina Presencia. Su Luz, Su Paz, Su Seguridad. Mientras más presionado te veas y más urgentes parezcan las cosas, más importante resulta el detenerte un tranquilo minuto, en el que te vuelves hacia tu Luz Interna que es la Presencia de Dios dentro de ti. Un minuto durante cada hora de tu trabajo, viene a sumar sólo ocho o diez minutos. Y esto es realmente muy poco tiempo para dedicárselo a Dios; Él merece mucho más. Pero estos ocho o diez minutos reciben una retribución inmensa. ¡Qué diferentes, en sentido constructivo, se volverán tus sentimientos internos, la expresión de tu rostro, la efectividad de tu trabajo, tus servicios a la vida! La Oración de un minuto te mantendrá en el buen camino, te sacará fuera de la precipitación del mundo, te transportará al Reino de los Cielos por un breve instante; corto sí, pero lo bastante largo para probarte y hacerte sentir la Presencia de Dios en un nuevo grado. Disciplina tu mente, alimenta tu alma, sana tu cuerpo y hace prosperar tus asuntos. Practicar la presencia de dios en estas Oraciones de un minuto agranda la capacidad para recibir el Poder de la Presencia en todo detalle de la vida. La encontrarás en tu empleo, en tu hogar, en el templo que es tu cuerpo, en tu familia, en tu mundo. Despertarás esa Presencia en todas partes, la harás sentir.

 

Cuando empieces la Oración de un minuto, visualiza la Luz de Dios envolviéndote, mírate a ti mismo sentado, quieto en la Luz; mírate descansando, receptivo. Por un solo minuto descansa en la luz. Te asombrará el poder que tiene Un minuto empleado en esta forma, para darte la correcta perspectiva, las nuevas y ricas ideas que necesitas para limpiar tu mundo de telarañas, relajar los músculos, dar salud a tu cuerpo y seguridad a tu campo emocional. Todo lo que hagas a continuación lo harás con más energías, poder, amor, paz y éxito.

 

Si te sientes solitario o desanimado, descansa en Esa Luz. Si te sientes confuso e inseguro, trata de sentir la Presencia del Señor como Amor y Compañía y serás dirigido a correctas relaciones en el tiempo adecuado.

 

Toma Un minuto, da Un minuto, experimenta la Oración del minuto, deja caer tu vida bajo el control de la Oración de un minuto, ella cambiará todo para tu bien, de milagrosa manera. Cuando continúes la Oración de un minuto por una semana, un mes o más tiempo aún, La Luz se manifestará para ti, las puertas internas de la percepción del Reino de los Cielos, se abrirán automáticamente para ti y la armonía perfecta se establecerá dentro de ti.


Experimenta con la Oración de un minuto, Su luz, su fuerza y su poder están ahí, a tu alcance. ¡Hazlo ahora! ¡Comienza ya!

 

Para recordar:

 

Reflexión de un minuto:

 

Señor, examinando sinceramente el total de mis creencias, encuentro que real y conscientemente yo creo en Ti, Señor de lo maravilloso y de lo imposible, y partiendo de mi fe en este Tu soberano poder, creo en la posibilidad de todas las imposibilidades.

 

Somar La Roca

 

 

 

¿Y QUÉ?


 

Tomado de Selecciones Metafísicas

Cuaderno nº12, pág. 27

 


Nada merece la pena de angustiarse o preocuparse. No merece la pena ponerse bravo o sentido o amargado. Absolutamente nada merece la pena de perder la paz mental.

 

Estas verdades importantes se desprenden de los siguientes hechos:

 

1) Tú vas a vivir eternamente... en alguna parte. Esto significa que hay tiempo más que suficiente para componer las cosas. No importa lo que haya sucedido, la oración lo puede todo. No importa cuál sea la dificultad que tengas por delante, no tienes más que orar lo suficiente para que la dificultad se disuelva. No importa cuál sea el error que hayas cometido. La oración puede cancelarlo... de manera que ¿por qué angustiarse?

 

Si tus seres queridos se están conduciendo en una forma incorrecta tú puedes ayudarlos con tus oraciones, ayudarlos a ser más sabios; y si mientras tanto sufren, quiere decir que la naturaleza bondadosa les está dando una lección que necesitaban aprender, y cuando hayan aprendido esta lección dejarán de cometer errores y se portarán como deben. Y eso es todo.

 

“Pero supongamos que sucede algo horroroso”, dirás tú: ¿Y qué? Si llega a suceder, Dios es más potente que todo lo más horroroso y puede componerlo todo como resultado de la oración. Vamos a suponer que tú enfermes. ¿Y qué? Dios te puede curar. Supongamos que pierdes todo tu dinero ¿Y qué? ¡Qué maravillosa demostración podrías hacer y cuántas lecciones valiosas aprenderás y cómo sería interesante! Supongamos que pierdes el encanto de tu alma ¿Y qué? Tú no puedes perder jamás lo que te pertenece por derecho de conciencia, de manera que Dios te lo vuelve a dar, más maravilloso que nunca. Supongamos que el mundo entero hace explosión ¿Y qué? Pues que explote, y cuando el polvo se esfume y todo se tranquilice, Dios siempre estará en dónde está ahora, y tú estarás vivo en alguna parte, siempre dispuesto a orar y a comprender, así es que no te mortifiques.

 

 

2) Nunca mires hacia atrás. Siempre sigue hacia delante, aunque estés temblando, sigue siempre hacia delante, temblando. Jesús dijo que el hombre que pone la mano al arado y se devuelve no merece el Reino de los Cielos. También dijo: “Recuerda a la mujer de Lot”.

 

El relato de la mujer de Lot es una de las parábolas más claras de la Biblia. Lot y su familia escapaban de una ciudad que iba a ser destruida. Un Ángel les había dicho que no miraran hacia atrás y saldrían sanos y salvos. Todos obedecieron y escaparon, menos la mujer de Lot que volteó la cabeza para mirar lo que había dejado, inmediatamente quedó convertida en estatua de sal. La sal en el Antiguo Testamento es el símbolo de la muerte. En el mar salado (el Mar Muerto) no había ni hay peces ni vegetación, nada podía vivir allí. Esto significa que los que viven en el pasado, recordando y mirando hacia atrás están espiritualmente muertos y por supuesto sus asuntos materiales también están estancados.

 

No importa cuán poco atractivo sea el camino hacia adelante, no importa cuán peligroso parezca, es mejor que el camino que quedó atrás. Puede que el camino que tenemos ante nosotros parezca dificultoso. El camino que quedó atrás significa el fracaso. Puede que el camino que tenemos enfrente esté velado. Debemos enseñarnos a nosotros mismos que lo desconocido es bondadoso, amistoso. Acuérdate de que la final de todo camino siempre está Dios. Al final del camino que acabas de andar sólo te encuentras ¡a ti mismo!

 


3) Hay una verdadera diferencia entre nuestro lugar o sitio verdadero y el sitio que nos corresponde.

 

Nuestro sitio verdadero es aquel que Dios nos tiene destinado. Es lo que llaman los Maestros de la nueva era, “El patrón o diseño divino, individual”. En este sitio propio de cada uno, tendremos felicidad, perfecta salud y prosperidad, estaremos viviendo una vida activa e interesante. Este sitio te está esperando en alguna parte; y lo maravilloso es que nadie más puede llenarlo. Absolutamente nadie puede ocupar Tu sitio verdadero.

 

El lugar que te corresponde en la vida es el sitio en que estás en este momento, aunque a ti no te agrade. Siempre se está en el sitio que le corresponde a la mentalidad que se tiene. Al estado de conciencia del momento. Pero esto no quiere decir que es tu sitio verdadero. El lugar que te corresponde en la vida es el sitio en que estás en este momento.

 

Si el estado y condición tuya no te gusta quiere decir que hay algo en tu mentalidad que necesita ser cambiado. Cámbialo y cambiarán las condiciones exteriores. Pide Luz a la sabiduría divina.

 

La persona enferma, en cama, está ocupando el sitio que le corresponde. La cama es el sitio que corresponde a un enfermo. Cuando se cure, la cama no será el sitio que le corresponde. El pordiosero tiene conciencia de pobreza y sufre las consecuencias naturales de este estado de conciencia. Pero ese no es su sitio verdadero. El hombre que está prisionero en la cárcel está en idéntica situación. La oración científica, que llamamos los metafísicos, la Práctica de la Presencia de Dios, los libera. La Práctica de la Presencia de Dios, es pensar que Dios, Sabiduría omnipotente, Amor Infinito, está vivo, actuando en la mente y el corazón de todos estos que vemos sufriendo, inválidos, pobres, prisioneros, errados, criminales, etc. Al ver nosotros esa Presencia en cada uno, despertamos en ese Ser Su Verdad y comienza a cambiar hacia el bien.

 

Así glorificamos a Dios. Trabajando en nosotros y en nuestros hermanos para lograr que nuestro sitio verdadero y el sitio que nos corresponde se conviertan en uno solo.

 

Para recordar:

 

Vive y construye, sé un obrero fiel al Padre Señor de tu corazón, ensaya tu Rapsodia y cumple tu Sueño de Amor y de Paz.

 

Eugenio Zanhamir

 

Dónde está Dios no hay derrota y Él está dentro de ti

 

Somar La Roca

 

 

 

 

 

SIETE PASOS PARA UN NUEVO COMIENZO


 

Tomado de la Selección Metafísica - Cuaderno nº5, pág. 15

 


1. Deja de despreciarte, hay muchas cosas buenas en ti. Todavía disfrutas de la misma capacidad de antes. Borra de tu mente los fracasos y equivocaciones y comienza a respetarte a ti mismo.

 

2. Elimina la autocompasión, empieza a meditar en lo que has dejado, en vez de pensar en lo que has perdido. Haz una lista de tus auténticos valores.

 

3. Deja de pensar en ti mismo. Piensa en ayudar a los demás. Ve realmente a buscar una persona que necesite la clase de ayuda que puedas darle y haz algo por ella. Jamás disfrutarás de verdadera abundancia, si tus pensamientos se centran sólo en ti mismo.

 

4. Acuérdate de “Goethe” (El que tiene una voluntad firme, moldea el mundo según él mismo). Dios Todopoderoso, puso en los seres humanos una auténtica fuerza que llamamos voluntad: ¡Utilízala!

 

5. Fíjate una meta, y márcate el tiempo para conseguirla.

 

6. Deja de malgastar la energía mental, preocupándote y examinando concienzudamente lo ya hecho, y empieza a pensar en lo que haces ahora. Piensa, piensa, piensa, según dice el amigo “W. Clement Stone”, de modo tan impresionante: Piensa, piensa, piensa. Te sucederán las cosas más asombrosas, cuando empieces a pensar de modo constructivo.

 

7. Finalmente, pero no por eso menos importante: Cada mañana y cada noche y durante toda tu vida pronuncia esta plegaria “PUEDO HACERLO TODO, MEDIANTE CRISTO QUE VIVE EN MÍ”.

 

 

Para recordar:

 

Sumérgete en las profundidades de tu Ser. Allí encontrarás todo. No sigas a ningún hombre, sigue la Voz Interna.

 



PERO... PERO


 

Tomado de Selecciones Metafísicas

Cuaderno nº26, pág. 22

 


El Diablo siempre está muy a la moda. Siempre se está disfrazando bajo una nueva forma.

 

Por supuesto que lo que llamamos “El diablo” no es sino nuestro propio Ser Inferior, dramatizado con un nombre. San Pablo lo llamó “El Viejo Adam”. Ese ser inferior detesta cambiar. Ese ser es perezoso, egoísta y miedoso.

 

Cuando al Diablo se le quita la careta varias veces, su último refugio es una palabrita que parece benigna y hasta prudente. Esa palabrita es: Pero...

 

Los estudiantes de la Verdad Metafísica que no se dejan engañar por ninguno de los métodos familiares ya conocidos, viven tropezando con esa palabrita: “Pero...” y por consiguiente faltando a sus principios y fallando en sus demostraciones.

 

Dicen: “Sí, yo sé que Dios es el Único Poder y la Única Presencia, pero... por supuesto, que Dios es Omnipotente y, naturalmente está en medio de este problema pero...

 

Yo sé que Dios es Amor y que no hay nada que temer, pero...

 

A pesar de que estamos en la Eternidad y no hay apuros... pero...

 

Yo comprendo que Julián y María son expresiones vivientes del Padre como lo soy yo también, pero...

 

Esta palabrita desbarató todo el tratamiento e impide que la acción de Dios se manifieste.

 

Para recordar:

 

En este Día, mis pensamientos reciben un baño de Luz Divina, por eso debo guardar silencio, aunque sean privados mis quehaceres de unos minutos en honor a Dios.

 

Eugenio Zonhamir