ALGO SOBRE LA PALABRA

 "CRISTO"



ALGO SOBRE LA PALABRA “CRISTO”



 

Tomado de las Selecciones Metafísicas. Cuaderno nº10, pág. 28

 

Hay un Cristo Cósmico y hay el Cristo individual, o sea el Ser Divino, Glorioso, dentro de nuestros corazones, hecho de Luz Universal y creado por Dios Padre y Madre. Este (El Cristo Individual) se desarrolla tal como la semilla a través de 14.000 años de evolución (en nuestra conciencia).

 

Este Ser Crístico es un Ser inteligente, viviente en cada uno de nosotros, y que está interesado en ti más de lo que estás tú mismo.

 

Durante millones de años te ha estado dando el aliento y te ha sostenido con la esperanza de lograr una oportunidad de exteriorizar el proyecto Divino que hay para ti en el Plano de la Creación. Acepta esto ahora y deja que este Dios, a través de ti, cumpla Su propio patrón de Perfección, Su Maestría y Dignidad, Su Equilibrio y Libertad. Hagamos juntos la siguiente afirmación:

 

“YO ACEPTO AHORA LA VERDAD DE QUE POSEO UN SER DIVINO, GLORIOSO, QUE ESE ESTE MOMENTO ESTÁ DESARROLLANDO Y TRAYENDO A MI VISTA Y A MIS SENTIDOS LA REALIZACIÓN DE MI PROPIA DIVINIDAD. AFIRMO QUE POSEO EN EL CENTRO DE MI CABEZA UN GANGLIO (O CHAKRA) LLAMADO FE, QUE GENERA Y PRODUCE TODA LA FE QUE ME ES NECESARIA, DE MANERA QUE NO PUEDA JAMÁS VOLVER A DECIR QUE MI FE ES INSUFICIENTE. SI TENGO A DIOS EN MÍ, SI TODO MI SER ES HECHO DE ESENCIA DE DIOS MISMO, DEL CUERPO DE DIOS MISMO, MI PADRE-MADRE, TENGO EN MI SER TODAS LAS CUALIDADES Y TODOS LOS ATRIBUTOS DE DIOS MISMO. GRACIAS PADRE QUE ESTO ES LA VERDAD”.

 

No hay sino un solo poder en el Universo. Acepta ahora que la Presencia de Dios en tu Corazón, que está más cerca que tus pies y que tus manos, más cerca que el aliento que entra por tu propia nariz, porque es tu propia vida que te hace latir el corazón, esa presencia de Dios que se llama “Yo Soy”, es una e indivisible con el latido de tu corazón; cuando medites evoca Tu exquisita Presencia, para que guíe tu meditación.

 

Cada dos mil años el Maestro del Mundo, manda al Mundo de la Forma un “Cristo”, o sea un ser perfeccionado que desea encarnar y traer a la masa de humanos de esa era, la religión que conviene a ese aspecto de la evolución. Esa religión en el curso de dos mil años se convierte en estímulo espiritual de las masas encarnadas en ese momento.

 

A medida que se iban sucediendo las eras de evolución, el Maestro del Mundo ha mandado nuevos “Cristos”, unos tras otros. Es lamentable que el mismo Cristo no pudiera continuar a través de todos los cambios ya que todas las religiones se han visto enfrentadas por resistencias, antagonismos y rebeliones que han sido provocadas siempre por la ola religiosa precedente, cuando sería maravilloso que ola tras ola añadiera ímpetu y fuerza a la próxima, haciéndose un gran crescendo en toda la Humanidad que le permitiera encontrarse cara a cara con su propia divinidad.

 

¡Hoy estamos al cierre de los ciclos del tiempo! Frente a la apertura de otro ciclo de dos mil años, cuando la entrada del Rayo Ceremonial que así se le llama al séptimo Rayo, comienza a hacerse sentir por las vidas. Este rayo será la religión de las masas, gradualmente.

 

Para recordar:

 

Expreso el Cristo a través de mí al permitir que la alegría se manifieste en todas mis acciones,

 

Soy feliz porque me doy cuenta que el Cristo que tanto busco, me busca a mí.



 

“YO SOY”

 


Tomado de las Selecciones Metafísicas. Cuaderno nº20, pág. 16

 

Todo ser humano tiene al “Yo Soy” en su ser. Lo tiene el bueno, el no bueno, el rico, el blanco, el pardo, el inteligente, el ignorante, en fin, no hay un ser que no lo tenga; la diferencia que existe, es, que unos lo saben y otros no. Es como dos potecitos donde hemos plantado sendas semillitas, a una la regamos, la cuidamos. Esa crece; en cambio a la otra no le prestamos atención alguna; ésta tiene su semillita, pero no puede crecer, no puede desarrollarse, porque no la cultivamos. Eso es exactamente lo que sucede con nuestro “Yo Soy”.

 

En las entrañas de la mujer se forma el hijo, y al instante de esta formación, las entidades elegidas para este menester colocan un átomo en la chacra cardíaca del feto o el futuro hombre, que permanece por todo el ciclo que tenga que vivir ese ser en esta encarnación. Ahora se sabe que la entidad elegida para colocar este átomo en el corazón del feto es nada menos que la Virgen María, la que fue Madre de Jesús. Si ese ser tiene la fortuna  y la preparación, de que su “Yo Soy” sea despertado, el milagro se hace como nos ha sucedido a todos nosotros. Y digo “la preparación”, pues si no estamos preparados de vidas anteriores, tristemente no nos dirán nada las palabras alusivas al don de reconocer el maravilloso “Yo Soy”. Nos podemos, nos debemos sentir felices, de que al tocarnos ese tema, hayamos respondido al instante, pues es doloroso para las que ya conocemos “La Verdad”, que cuando le hablamos a una persona de lo espiritual nos evada la conversación. Esto nos obliga a ayudar a despertarle el Cristo en ellas, pues el día que el mundo en pleno conozca al “Yo Soy”, ese día será el “Vénganos tu reino” que pide Jesús en el Padre Nuestro.

 

Para conectarnos con Dios (“Yo Soy”), sólo tenemos que colocarnos debajo de su Poderosa Presencia; siempre estamos cada uno de los seres humanos en posición directa debajo de ella, sólo tenemos que visualizar mentalmente e invocarla, con las preciosas palabras:

 

AMADÍSIMA PRESENCIA DE DIOS “YO SOY” EN MÍ, AMADÍSIMA PRESENCIA CRÍSTICA EN MÍ; YO TE AMO, YO TE BENDIGO, YO TE ADORO, YO TE LLAMO Y TE DESPIERTO ¡GUÍAME! ¡NO ME DEJES DESVIAR DE LA VERDAD!

 

¡PADRE! ¡HAZME ENCONTRARTE EN MI YO INTERNO!

 

Con estas frases automáticamente nos ponemos en contacto con nuestro “Yo Soy” (Dios), ya que en ese momento el “Yo Soy” superior se inflama y baja una luz blanca-azulosa que nos entra por la chacra coronal, pasa por la garganta y nos llega al plexo cardíaco; así se ha hecho el milagro. Pero esto no se consigue tan fácilmente como están escritas estas líneas. Para que se haga el milagro tenemos que practicar, invocar, perseverar, porque en la constancia está el éxito de ponernos en contacto, de tener conciencia de que en nuestro Yo interior está el “Yo Soy” y por sobre todas las cosas tenemos que estar en un estado de pureza interior, libres de todo pensamiento o sentimiento que no esté de acuerdo con la Ley del Amor Divino, basada en este lema:

 

“AMAOS LOS UNOS A LOS OTROS COMO YO OS AMO”.

 

Para recordar:

 

Mira dentro de ti, dentro de ti está la Fuente del Bien que saldrá al exterior en cuanto caves.

 

Antiguo Proverbio.

 

 

 

Lo que importa no es la cantidad de conocimientos que tenéis en vuestra cabeza, sino la cantidad de Sentimientos que existen en vuestro corazón.


C. Sinarajadasa