LOS SIETE PRINCIPALES

 ASPECTOS DE DIOS



LOS SIETE PRINCIPALES ASPECTOS DE DIOS



 

Amado hermano: Mi Cristo saluda a tu Cristo.

 

En las 8 lecciones anteriores te di a conocer lo que es la Metafísica, cómo Dios, Nuestro Padre no castiga porque Él es todo amor, todo bien, y cómo somos nosotros mismo quienes nos castigamos al mal usar las 7 Leyes Universales que gobiernan el Cosmos, las cuales ya te enseñé una a una, explicándote su funcionamiento y la manera de usarlas para hacer de ellas tus más fieles aliadas en lugar de hacerlas tus antagonistas u oponentes.

 

Hoy vamos a entrar en el segundo ciclo de estas enseñanzas, hoy voy a hablarte de los 7 Principales Aspectos de Dios. Y digo Principales porque estos Siete no son los únicos, Dios es polifacético, es decir, se presenta bajo multitud de fases, ya que Él está presente en Todo, pero estos 7 aspectos son sus siete principales características que tú debes conocer.

 


DIOS ES VIDA, ES VERDAD, ES AMOR, ES INTELIGENCIA, ES ALMA, ES ESPÍRITU Y ES PRINCIPIO

 

Alguna vez te has preguntado ¿Cómo es Dios? ¿Cuál es su naturaleza? ¿Cuál su carácter? ¿Dónde está Él? ¿Podemos ponernos realmente en contacto con Él y en tal caso, cómo?

 

Generalmente al pensar en Dios tú piensas en Él como alguien con forma humana. Sí, tú ves en tu mente un señor de luengas barbas blancas, como suelen presentarlo en algunas estampas que dicen ser la imagen de la Santísima Trinidad, donde aparece Dios Padre como un señor mayor, de cara bondadosa, el Hijo, un hombre más joven que se supone sea la imagen de Jesús y luego una paloma en el centro que simboliza al Espíritu Santo. Esta es la imagen que tú tienes fija en tu cerebro. En otras religiones se le presenta siempre con forma humana, bajo diferentes nombres y así se ha creado la idea de un Dios antropomórfico, es decir con forma de hombre. Natural es que el hombre al pensar en Dios lo imagine a su imagen y semejanza. Si un insecto, por ejemplo una mariposa, tuviera conocimiento de Dios, es seguro que también en su mente le daría forma de mariposa, una mariposa extraordinaria desde luego, con poderes y facultades que la mariposa no tiene, pero desde luego un Dios con forma de mariposa, con el que esa mariposa podrá hablar en su lenguaje de insecto y un Dios al que atribuirá sus propios sentimientos tal como el ser humano lo hace. Pero Dios no tiene forma definida, Él se manifiesta en todas las formas, porque Él está en todo, Él es un Dios-presencia o sea un Dios Omnipresente. Dios es infinito, debes recordarlo siempre, y no bastan una ni muchas vidas para alcanzar a conocer su completo significado. Por eso decimos que Dios es incognoscible.

 

La Biblia dice que Dios es espíritu y que quienes lo adoran deben hacerlo en Espíritu y en Verdad. Adorarlo en Espíritu significa adquirir la comprensión espiritual de Su naturaleza y eso es lo que trataré de explicarte, sin intentar definir a Dios porque eso sería limitarlo, pero para efectos prácticos trataré de hacer los diferentes aspectos principales de su naturaleza, uno por uno.

 

El único modo de acercarnos a Dios es pensando en Él. No existen pasos materiales que nos lleven a Dios. Sólo pensando en Él podemos acercarnos a Él. No existe modo de encontrar a Dios excepto por medio de la oración y rezar es pensar en Dios, hablar con Él.

 

En la oración hay 3 grados de intensidad. El primer y más fácil modo consiste en rezar en voz alta, lo que suele llamarse un “tratamiento hablado”. El segundo grado, el cual es algo más difícil para la mayoría, pero también mucho más poderoso, es pensar sistemáticamente acerca de Dios, reconociendo Su Presencia en donde aparenta estar un problema. Esa es “la meditación”, y un buen modo de meditar consiste en leer algún versículo de la Biblia o un párrafo de algún libro espiritual, permitiendo luego que la mente vuelva de nuevo al asunto. El tercer grado se alcanza cuando el pensamiento y el pensador se convierte en uno y hay una realización vivida de la Verdad. Esto se llama “contemplación”. La mayoría de las personas no logran alcanzar este grado en la oración y no deben empeñarse en ello, pues se llega a esto espontáneamente, antes de su tiempo no debe ser forzada. La mayoría de los problemas humanos pueden resolverse por medio de la oración hablada o meditada.

 

Como ya te dije Dios es infinito, nosotros, como seres humanos que vivimos en tres dimensiones, no podemos captar el Infinito, pero podemos familiarizarnos con muchos diferentes aspectos de Su naturaleza. De estos, como ya también te lo dije, hay Siete aspectos principales que son más importantes que los otros. Hay Siete verdades fundamentales acerca de Dios y todas las otras consisten en combinaciones de algunas de estas siete. Estas Verdades jamás cambian. Fueron las mismas hace mil millones de años y lo seguirán siendo dentro de mil millones de años más y por toda la eternidad. En consecuencia nos conviene tener la comprensión más clara y la más fuerte realización posible de estos Siete aspectos principales. Esto puede hacerse pensando mucho acerca de ellos, comparándolos unos con otros e identificándolos con las experiencias de la vida diaria. Esto es orar y es una oración muy potente. El modo más rápido de resolver un problema es meditar acerca del Aspecto Divino que encaje dentro del caso. Pensar acerca de cualquier aspecto de Dios soluciona un problema, pero si se selecciona el aspecto correspondiente el resultado se obtendrá más rápidamente y con mayor facilidad. Vamos pues a estudiar los Siete principales aspectos de Dios.

 

Para recordar:

 

DEBEMOS ACEPTAR LA VERDAD POR CUALQUIER CANAL QUE DIOS NOS LA ENVÍE.

 



 


DIOS COMO VIDA


 

Dios es Vida. Dios no sólo vive y da Vida sino que Él es la Vida. Donde está Dios allí está la Vida. Dios es tu Vida. La Vida es la existencia o el ser.

 

Cuando estás enfermo sólo estás parcialmente vivo. Cuando estás cansado, deprimido o descorazonado, estás parcialmente vivo, porque Dios es Vida plena, pujante, irradiante, resplandeciente. Estar realmente vivo es sentirse bien, lleno de interés por todo, sentirse eternamente joven. Pocas personas manifiestan a Dios de un modo adecuado porque carecen de la comprensión de lo que es Vida. Generalmente ocurre que la gente nace, crece hasta una dimensión máxima llegando a lo que se llama “la flor de la vida”. Luego, gradualmente comienza el deterioro, proceso que llamamos la edad madura y finalmente vienen la vejez y lo que llamamos muerte. Este proceso no es culpa del individuo, sino que es común a toda raza, pero algún día tenemos que superarlo reconociendo que es una falsa creencia y “sabiendo” –no sólo creyéndolo- que Dios es nuestra vida y que Él jamás cambia.

 

La alegría es una de las más altas manifestaciones de Dios como Vida. En realidad es una mezcla de Vida y Amor. La Biblia dice que “los hijos de Dios gritan de alegría". Esto significa que al comprender nuestra Divina ascendencia, tenemos que experimentar alegría y que la tristeza nos hace perder el sentido o la conciencia de la paternidad de Dios. La alegría y la felicidad tienen un efecto de contracción y paralización. Cuando un niño se encuentra con alguien a quien quiere y en quien confía, se expande como una flor al abrirse y sale a recibirlo, pero cuando tiene miedo se encierra en sí mismo. Lo mismo sucede con el alma. Cuando alguien dice “yo puedo” se nota un movimiento expansivo hacia delante, pero cuando dice “yo no puedo” hay una contracción. El cuerpo siempre manifiesta lo que se piensa y el pensamiento de Vida, de Dios en ti como vida cura e inspira, mientras que los pensamientos de temor y de muerte contraen y destruyen. El reconocimiento de la Vida Divina cura a los enfermos y, por supuesto, también a los animales y a las plantas. Los animales responden a este tratamiento con rapidez y las plantas con mayor rapidez aún; pero nunca debe intentarse mantener vivo a un animal después que hay alcanzado la duración normal para su especie. Los animales y las plantas responden con mayor rapidez porque carecen de los prejuicios que aquejan a la mayoría de los humanos. Ellos no están convencidos de que “no pueden curarse” o de que la enfermedad les ha sido enviada para “algún buen propósito”. Tampoco se desaniman porque no mejoran rápidamente. Ellos están abiertos al tratamiento y nada más.

 

Dios es vida, Él está en todas partes como Vida, animando, haciendo existir junto con Él a toda Su Creación, por eso su nombre es “Yo Soy” y Junto con Él somos todos. Al tratar de contactarte a ti mismo lo primero con que tropiezas es con tu Yo, ahí estás tú, pero ahí quién está presente como Vida es Él, así en el animal, como en la planta como en el mineral, por eso decimos que es un  Dios polifacético porque Él se presenta como Vida a través de innumerables aspectos o formas. Dios es Vida manifestada e inmanifestada. Él es el centro de vida de donde toda vida dimana, vida manifiesta en su Creación e Inmanifiesta o por manifestarse ya que Su Creación no ha terminado, Él vive en continuo proceso creativo, así la Ciencia hoy afirma haber descubierto que “vivimos en un Universo que crece y se expande continuamente”. La Vida está en todas partes y es Indestructible, porque lo que llamamos Muerte no existe en el sentido que le damos, lo que existe es la transformación de la materia, de una forma o de otra forma. La Vida es Multiforme, es decir se manifiesta en infinidad de formas adecuadas al medio ambiente en que se produce. Es infantil pensar que en otros planetas no existe la Vida por no poseer las mismas cualidades climáticas, atmosféricas y ambientales que posee la Tierra. Así como en el agua se producen multitud de formas de vida diferentes a las que viven en el seco, en el aire y aún en el fuego, puesto que en el Fuego existen los elementales llamados Salamandras, de igual modo, en otros planetas que manifiestan condiciones ambientales diferentes debe haber Manifestaciones de Vida más avanzadas y más retrasadas que lo que conocemos como vida en nuestro muy amado Planeta Tierra. Así como en el elemento Agua no se requieren pulmones para inhalar aire, sino branquias adaptadas para extraer del Agua el Oxígeno en ella contenido, así mismo en otros planetas carentes de Aire tal como aquí lo conocemos vivirán seres que estarán conformados para extraer su elemento vital por otros medios. Sin ir más lejos aquí en la Tierra existen formas de vida que no necesitan el aire para subsistir, son los microbios llamados “anaerobios” nombre que les viene por ser seres que no necesitan Aire como elemento vital.

 

La Vida está presente en todo el Universo, el vacío absoluto no existe. El átomo, en cuyo centro reconocemos presente la Presencia de Dios como Luz y Energía, hace acto de presencia en todo el Universo. Él es una manifestación de vida constante, ya que ni por un momento su centro deja de irradiar energía y ni por un solo instante sus electrones dejan de girar en su derredor ordenadamente. Sabemos que el centro del átomo es Luz inapagable, incontaminable, incambiable, allí reconocemos activa y radiante la Divina Presencia. Ya sabemos que cuando un átomo es fisionado no es destruido sino subdividido, cuando esto ocurre no se ha destruido un átomo, simplemente se le ha subdividido en otros atomitos infinitesimales donde la Vida continúa bajo el mismo patrón de un centro radiante rodeado de satélites o electrones que giran constantemente en su derredor. La Vida es pues indestructible, porque Dios es indestructible. Cuando un cuerpo humano, animal o vegetal muere y no nos referimos a los minerales que también “mueren aparentemente”, porque no vamos ahora a estudiar Física sino Metafísica, cuando esto ocurre, la materia sigue su proceso vital, empieza la descomposición de unos átomos en otros, o mejor dicho la transformación, dando lugar a la creación de otra clase de materia con vida, que sigue su proceso evolutivo a través de todo el Cosmos. Esa materia que hoy forma tu cuerpo, en el futuro podrá ser transformada en materia que forme otro cuerpo aún humano o en formas más altas de vida, según sea la transformación de los átomos que la componen. La evolución es continua, no se detiene jamás. De aquí a miles de años todos estaremos vivos en alguna parte, bajo nuevas formas más evolucionadas ya que la evolución no es regresiva sino ascendente. Seguiremos nuestra evolución que jamás puede detenerse (puede demorarse y hasta estancarse, pero repito, no se regresa) seguiremos en sentido ascendente, adquiriendo conocimientos y poderes infinitamente superiores a los que hoy poseemos. Eso le ha ocurrido a todo ser humano que haya pasado por este planeta en la trayectoria de su evolución. La Vida es invisible, sólo vemos sus efectos, sus manifestaciones. La Vida posee tres condiciones inequívocas: Salud – Alegría – Vigor. Estos tres sumandos dan un total que se llama Felicidad. Debemos dar gracias a Dios todos los días porque amanecemos vivos, porque tenemos Vida, porque Él se está manifestando a través de nosotros en su Aspecto Vida. Tu corazón late acompasadamente, dentro de la Ley del orden divino, como una manifestación de la Presencia de Dios-Vida en ti. El latido de tu corazón es la primera prueba de que hay Vida en ti. Esto se presta para una meditación. Medita sobre la Vida como energía Divina manifestada en ti, mientras más pienses en este aspecto de Dios, más lo analices y más lo sientas en ti, más sano, vigoroso y feliz te sentirás. Respirarás a pleno pulmón constatando al Dios-Vida en ti, estarás abierto al júbilo, a la deliciosa sensación de sentirte “vivo” como manifestación perfecta del Dios vivo que vive en ti. La tristeza, el pesimismo, el miedo, etc., son negaciones, puertas cerradas al Dios-Vida para que se manifieste en todo su esplendor. Los niños están llenos de Vida y la manifiestan en su inquietud, en su eterno dinamismo. No es Vida solamente estar fuerte y sano como fuerza bruta, sino además ágil, dinámico, alegre, constructivo, respirando a fondo con alegría, sintiendo que al aspirar se aspira Vida, se Inhala Vida, dando gracias a Dios porque estamos ejerciendo a plenitud nuestra función respiratoria. Lo mismo cuando tenemos calor y sed, y se nos ofrece un vaso de agua transparente y fresca, paladearla, gustarla, disfrutarla con la fruición de que se está disfrutando de un momento de Vida delicioso. Estar vivo es amar, sentir con todos los nervios, las venas, los músculos, con los 5 sentidos, la inexpresable sensación de estar Vivos, de Ser una perfecta manifestación de Dios vida expresada como seres humanos. Siéntete vivo, actúa como un ser vivo que eres. Goza tu vida sanamente, siéntela, poséela, disfrútala, cántala, acéptala con gratitud, bendícela, admírala en donde quiera que esté expresada, en la piedra preciosa, en la planta, en la flor, en la nube, en la montaña, en el lago, en la furia de la tempestad, en la quietud de la sabana, siente la Vida naciendo y renaciendo sin detenerse... Vívela, vive tu Vida por ahí: “Gracias a la Vida, que me ha dado tanto...” Vive, Sí Vive...”.

 

Trata de comprender el aspecto de Dios como vida y úsalo para curar enfermedades, para detener el proceso y la creencia del “envejecimiento” y para cualquier tipo de depresión y descorazonamiento.

 

Por hoy hemos terminado, hermano querido.

 

En mi próxima estudiaremos el aspecto de Dios como verdad. Por hoy me despido con nuestro saludo metafísico.

 

“Que la Luz te envuelva”.

 

Para recordar:

 

“Yo Soy” – nueva cada mañana y renovadora cada atardecer porque vivo, me muevo y tengo mi ser en “Yo Soy” la fuente de toda la Vida.

 

“Yo Soy” constantemente renovada, constantemente llena de frescura.



DIOS COMO VERDAD


 

 

Amado hermano: Mi Cristo saluda a tu Cristo. Vengo a darte la Décima Lección Metafísica Cristiana. Vengo en nombre de mi Maestro Jesús a ponerte en posesión de la Verdad.

 

En mi lección pasada te hablé de Dios como Vida. Hoy te voy a dar dos aspectos más: Dios como verdad y Dios como amor.

 

Dios como verdad: Esto no quiere decir que Dios sea sincero, sino que Dios es la verdad en sí, y Dónde este resplandeciendo la verdad, allí está resplandeciendo la presencia de Dios. Dios es verdad absoluta e incambiable. Las Verdades relativas son hoy, mañana pueden ser modificadas: la Verdad-Dios es inmutable, es y será siempre Él mismo, en todos los sitios, en todos los tiempos, en todas las circunstancias, en todos los seres. Tan pronto invocamos a Dios, quien, ya lo he dicho, es Absoluto, las verdades relativas o acomodaticias, desaparecen y se establece la Verdad-Verdad.

 

Conocer la verdad acerca de cualquier condición con apariencia adversa o negativa, la modifica en positivo, la cura. Jesús nos dijo: “Conoced la verdad y ella os hará libres”, o sea, reconoced la Presencia de Dios en todas las cosas y no las temáis. En materia de salud, la Verdad es la gran sanadora, la Verdad es el Gran Médico.

 

Cuando trates de mejorar a una persona enferma, trata de serenarla, de darle confianza y hazle conocer la Verdad de la Presencia de Dios en el centro de cada átomo de su cuerpo, centro que es Luz intocada, permanentemente limpia, maravillosamente pura; esa es la Verdad, lo que permanece intocado, lo que no se transforma, ni se corrompe, ni se enferma, ni se modifica. No veas a la enfermedad como una Verdad pues ella es una Verdad Relativa, ya que puede ser transformada en salud, destruida en sí misma. No le concedas poder, sólo la Verdad tiene poder, decláralo así y empieza a bendecir y que el enfermo también lo haga, la Luz Purísima en el centro de cada uno de los átomos que forman su cuerpo físico, bendice esa Luz, pídele que se expanda y limpie los electrones que giran a su alrededor, que esos sí se ensucian, esos sí se contaminan, esos sí se alteran, y al ensuciarse, contaminarse o alterarse fabrican células defectuosas que dan como resultado esa apariencia que llamamos Enfermedad. Empieza a limpiar cada uno de sus átomos reconociendo la Presencia de Dios vida, Dios verdad, en su centro luminoso, en donde se encuentra Dios presente con todos sus atributos de Vida y Verdad, más los otros Cinco atributos principales que me faltan por explicarte, y todo lo que Dios es. Pues así como en la gota de agua de mar, si la analizas químicamente, encuentras presentes todos los componentes químicos que existen en el océano, así mismo en esa infinitesimal partícula de Luz que es el centro de cada átomo está Dios con todos sus poderes y cualidades. Niega la enfermedad, quítale, poder, declara que sólo aceptas la Presencia del Dios Vida y Verdad que vale en ti y vive en Él; ve limpiando átomo por átomo, sobre todo centraliza tu atención hacia el lugar que está aparentando desajuste o aspecto de enfermedad, bendice allí la Presencia Todopoderosa de Dios y déjala expandirse, expandirse, como una Corriente Universal de Vida, declara: “NO HAY SINO UNA SOLA VIDA, DIOS PRESENTE COMO VIDA EN TODAS PARTES”, haz que la persona que estás tratando reconozca esto, pide, “SI ESTÉ EN LEY”, que se haga la curación. Los resultados son sorprendentes.

 

Debes reconocer a Dios como verdad cuando desees información acerca de cualquier asunto, o cuando sospechas alguna mentira o engaño del cual estás siendo víctima. Si tienes motivo para creer que alguien quiere engañarte, si alguien niega lo que ha hecho en detrimento tuyo o desea hacerte quedar como mentiroso, cuando tú sabes que estás diciendo la Verdad, piensa en Dios como verdad, afirma que la Divina Verdad vive en la persona del caso y pide que esa Verdad se manifieste a través de esa persona. Si esto lo reconoces y afirmas con suficiente fe, esa persona, quiéralo o no lo quiera, terminará por “decir la Verdad”, no le queda otro remedio. Cuando tengas que efectuar cualquier transacción, como firmar un documento o contrato, dedica unos minutos a reconocer la Divina Verdad y si hay algo que debas saber antes de firmar, eso saldrá a la Luz, lo verás, lo comprenderás y actuarás con conocimiento de causa, jamás engañado. Por supuesto, puede ser que las personas con las cuales estás negociando no tengan la menor intención de engañarte o perjudicarte y sin embargo hayan omitido decirte algo interesante, o quizás haya algo que ni ellos mismos sabían y que en aquel momento se pone de relieve, por obra y gracia de la Presencia de la Verdad que tú has invocado. Ha habido casos en los que se evitaron serias consecuencias porque alguien reconoció a Dios como Verdad en aquel momento oportuno y salieron a relucir hechos en los cuales estaba manifiesta la deshonestidad del otro contratante.

 

Reconocer a Dios como Verdad te evitará horas de trabajo en investigaciones de cualquier tipo. Irás directamente al libro que necesitas, al lugar que deseas, a la persona debida, sin pérdida de tiempo, o la información necesaria llegará a ti de cualquier modo.

 

No le temas nunca a la Verdad, la Verdad es lo que es bueno, lo que es santo, lo que te hace feliz, honestamente feliz a ti y a los demás. No creas que decir la Verdad es ir contando por ahí lo malo que has visto hacer a algún individuo. Estas no es su verdad, sino su apariencia, su Verdad verdadera es el Dios que vive en Él y esa sola Presencia es la que debes verle y bendecirle. Esto es reconocer la Verdad, ver el bien en donde aparenta estar el Mal. Comienza por saber que el Mal no existe como entidad, no le des ese poder, no lo invistas de Vida, quítales todo poder diciendo: ERES SÓLO UNA APARIENCIA LA VERDAD ES... afirma algo bueno en lugar del mal que aparenta esa persona y la verás cambiar. Afirmándole su Verdad la has ayudado, pide que cuando tú actúes inadecuadamente, alguien proceda así contigo, bendiciendo la Presencia de Dios en ti y pidiéndole que te guíe. Si todos hiciéramos esto con las verdades malas que creemos apreciar en otros, tendríamos el camino de la Ascensión ya empezado. El verdadero Metafísico jamás reconoce al Mal como Verdad, el Verdadero Metafísico niega la existencia del Mal y aunque lo palpe y lo sufra, dirá, “AQUÍ NO HAY MAL ALGUNO, AQUÍ LO QUE HAY ES AUSENCIA DE BIEN”, y procederá a traer ese Bien a donde está haciendo falta, Invocando y Bendiciendo la divina presencia allí, para que se manifieste. Eso de cantar verdades, como suele decir el vulgo, sacando los trapitos sucios de los demás a la calle, eso no es cantar Verdades sino proclamar mentiras. La única verdad es la existencia de Dios, el bien, en todo y en todos. Recuérdalo hermanito, no lo olvides y tampoco olvides aquella sabia máxima:

 

“HOY POR TI Y MAÑANA POR MÍ”. Recuérdalo.

 

 

 

Para recordar:

 

Yo soy Fuerza, Salud, Paz, Prosperidad y Felicidad. El Espíritu de Dios que está activo en  mí fluye por todo mi cuerpo físico como una corriente purificadora, limpiadora y curativa, que renueva toda obstrucción y trae paz, salud y armonía a todo mi cuerpo.

 

Soy feliz, lleno de paz y me encuentro en completo reposo.





DIOS COMO AMOR




El tercer aspecto principal de Dios es Amor: Dios es amor. No es que Dios sea amoroso, es que Él es amor en sí y podemos decir que de los Siete aspectos éste es el más importante para nosotros en la práctica. No existe condición alguna que suficiente Amor no pueda curar, ni problema que Amor no pueda resolver. Donde hay buena voluntad no es difícil desarrollar suficiente sentido del Amor para lograr todo el Bien que uno se proponga. Toda la Biblia trata sobre la naturaleza y aspectos de Dios para llegar al final afirmando rotundamente “DIOS ES AMOR Y EL QUE VIVE EN EL AMOR VIVE EN DIOS Y DIOS EN ÉL”; más alto que a esto no podemos llegar. El mismo Jesús dijo: “POR ESTO SABRÁN TODOS QUE USTEDES SON MIS DISCÍPULOS: SI SE AMAN LOS UNOS A LOS OTROS”.

 

Donde existe el temor no puede haber Amor, nadie ama lo que teme, nadie ama a un perro rabioso, ni a una enfermedad, ni a un terremoto: nadie ama la ruina, el escándalo ni los accidentes. Así cuando nos enseñan la existencia de un Dios cruel, castigador, inflexible, iracundo, etc., nos dan una imagen terrible, imposible de amar, llegamos a sentirnos temblorosos, llenos de terror ante la idea de ese Dios implacable que nos aguarda del otro lado de la Vida como un Juez severo. Así, cuántos seres han pasado hacia ese cambio llamado muerte, llenos de angustia pensando acerca de lo que les espera después de sus sufrimientos en este plano. Cuando tú llegas a comprender ese Dios amor, que es el verdadero, lanzas de ti todo temor y te decides a amarlo con un amor sin fronteras. Ya que el saber que ese Dios lejos de castigarte, te está ayudando en el camino de tu Ascensión hacia Él, hacia tu felicidad, que Él te está iluminando para que te perfecciones en todo sentido, que te está dando la oportunidad para que te pulas y llegues a ser el Hijo perfecto que Él concibió cuando hizo tu diseño inmaculado, cuando sepas que te está preparando para una Vida tan feliz como jamás pudiste idearla, te entregarás a Él sin reservas y conociendo como ya conoces  las Siete leyes que te rigen, te guiarás por ellas para contribuir a la construcción de tu mundo feliz, ya, desde ahora, en este instante y en este plano.

 

La mejor forma de quitarse el miedo es comprendiendo el Amor Divino. Cuando quieras más a Dios que a tu problema, serás remediado. ¿Te parece esto raro? Pues mira, no lo es. Dónde está tu mente, estás tú. Cuando dejes de mortificarte pensando y repensando en el problema que te atormenta y pongas tu mente en Dios y empieces a analizar y desmenuzar todos sus atributos y a pensar que Eso está ahí, a tu mano, para que lo uses, para que lo emplees, y empieces a sentirte fuerte, será que estás queriendo más a Dios que a tu problema. Si tienes más fe en el microbio, en la enfermedad, en el dolor, que en la Presencia de Dios en ti, claro está, que el microbio crecerá, la enfermedad se afianzará y se hará la dueña y tú serás una pobre cosa dolorida, quejosa, atemorizada, empobrecida; si reconoces a la miseria como reinando en tu vida, en vez de reconocer a Dios como Provisión abundante a toda hora y para toda necesidad, tú tendrás pobreza, tú tendrás escasez, es en lo que crees, esa es tu fe, eso estás sembrando, eso cosecharás. Tienes que impersonalizarte y hacer la diligencia entregando a Dios los resultados, entregando a Dios la dirección de tus pasos, entregándote a Dios de una manera ciega y actuando sintiéndote dirigido por Él. Si puedes llegar a sentir Amor divino impersonal hacia todos, nadie podrá hacerte daño. Si a alguien se le ocurriera robarte o matarte, no podría hacerlo, sencillamente porque no podría. Sabemos muy bien que hay Lamas que atraviesan la jungla llena de fieras y alimañas venenosas, van descalzos, metidos dentro de sí mismos, en oración, en diálogo con Dios, y donde otros encuentran la muerte y el ataque alevoso a poco andar, ellos pasan incólumes, intocados; su radiación de Amor es tan potente que aleja y contiene todo intento de agresión por parte de seres humanos encarnados o desencarnados, animales y cosas.

 

El Amor Divino jamás falla, pero lo importante es comprender que el Amor Divino tiene que desarrollarse en tu propio corazón, no puede actuar desde afuera de ti, sino desde dentro de tu propio ser. Si tuvieses en tu corazón suficiente Amor Divino para todos, podrías curarlo tan solo con decir la Palabra una vez, esto hacía Jesús. Y así muchas veces tu sola presencia produciría la curación sin el menor esfuerzo de tu parte. Por supuesto, para alcanzar esa etapa, ya tendrías que haber aprendido a mirar con los ojos del Cristo que vive en ti, con Ojos llenos de amor. Jamás, ni por un instante, desearías ver a alguien castigado ni pensarías de nadie: “Se lo tiene bien merecido”. Esto no quiere decir que aprobarías un acto errado, pero condenarías el hecho en sí, no a la persona que cayó bajo la tentación. Aprende este axioma que es sabiamente metafísico: “ODIA AL CRIMEN Y COMPADECE AL DELINCUENTE”. Es lo que tienes que hacer en todos los casos. Si al tratar con delincuentes tomáramos los pasos más sabios en relación con ellos, los llevaríamos a prisiones reformatorias, tratando de rescatarlos para el Bien, pero sin odio, sin saña, viendo en cada uno a un ser caído al que hay que tratar de levantar. La prisión ha de ser para rehabilitar más que para castigar.

 

Tú no debes abusar de nadie, tú no debes engañar a nadie, pero tampoco puedes permitir que otros te engañen o abusen de ti, de tu bondad. Ser bueno, no significa ser tonto, Dios no quiere tener hijos tontos, pero sí buenos y equitativos. Si tú conscientemente te dejas engañar o permites que alguien abuse de ti, estás pecando como cómplice, estás ayudando a ese otro a delinquir, contribuirías a hacerlo deshonesto o egoísta. Y lo triste es que esto solemos hacerlo con aquellos a quienes más amamos: nuestros hijos. Las madres y padres consentidores tienen un tanto mayor de responsabilidad en los hechos de sus hijos, cuanto más los han consentido, no enderezando a tiempo la rama que tiende a torcerse. Hay que educarlos, hay que corregirlos, pero sin ira, sino con espíritu de Amor Divino. Con familiares y extraños debemos ser justos, equilibrados en nuestro sentir y en nuestro actuar, debemos proteger nuestros derechos ante propios y extraños, no debemos consentir ser abusados por nadie.

 

Es muy importante saber que según tú ves las cosas así se te dan. Cuando tú piensas mal de la gente las obligas a que te demuestren ese mal. Si tú piensas que alguien es egoísta o insincero contigo, mentalmente le envías esas odas que van contra el Amor Divino que existe en ella; entonces el Amor Divino se recoge y sale en su lugar lo contrario y te da exactamente eso que estás pensando de ella. Trata de ver la Verdad, o sea el bien, el amor divino, en todas partes y éste te devolverá su Luz exactamente como lo hace un espejo, si le pones delante una luz te devolverá claridad, si lo pones en lo oscuro te dará oscuridad. Si te pones ante él y le das una sonrisa te devolverá una sonrisa, si haces una mueca fea y le sacas la lengua él te repetirá la mueca y te sacará la lengua también. Esta es una imagen del corazón humano, de la mente humana, de cómo actúan los cuerpos invisibles del hombre en sus relaciones entre sí. Hay veces que tú crees dar amor y no te devuelven amor. Examínate bien a ver si lo que estás dando es Amor Divino, Puro amor divino, o si lo que estás dando es pasión humana, teñida de egoísmo y de sólo Dios sabe cuántas cosas negativas más.

 

Llegar a comprende que Dios es Amor es la cura para el miedo, la única que existe. Se ha gastado mucha tinta escribiendo sobre el temor sin dar una verdadera panacea para curarlo. Se le examina, se le analiza, se dice que es perjudicial y muy importante librarse de él. Pero no indican un modo eficaz para lograrlo. La verdad es que la única forma de quitarse el temor es llegando a cierto grado de comprensión del Amor Divino, pensándolo, analizándolo, manifestándolo, tratando de sentirlo y aplicarlo en todo, hacia todos los seres, sin excepción.

 

Si tus oraciones no son respondidas eres tú el que está fallando, no es la oración, no es Dios. El Universo está gobernado por Leyes, ninguna Ley puede ser quebrantada; cuando pides algo que debe quebrantar una Ley ese algo no se te da, no se te puede dar. Ni el mismo Jesús quebrantó Ley alguna cuando hizo sus milagros. No podía hacerlo, ni lo hubiera deseado. Él se atenía a la Ley cuando oraba. Si tu oración no es contestada debe ser porque no has cumplido todas las condiciones de la Ley y en la mayor parte de los casos esto se debe a que estás orando sin Amor Divino, o estás quebrantando el Amor Divino en alguna forma, o estás vulnerando el Amor Divino hacia todos. Es una Ley Cósmica que el Amor cura y el temor y la condenación dañan y destruyen. Hagan diariamente el tratamiento para el Amor y cuiden sus pensamientos, cuiden su lengua, cuiden sus obras, que nada que sea contrario al Amor encuentre expresión allí y recuerden el nombre más comprensible para saber lo que es Amor es llamarlo Caridad. Caridad no es solamente dar limosna al pobre, es también no hablar mal del prójimo, es tolerarle y disimularle sus fallas, es compadecerlo, es verlo bello, bueno, amable, como hijo de Dios que es, es considerarlo tu hermano, pertenezca a la raza a que pertenezca, cualquiera que sea su posición social o económica, tanto si es feo como si es bonito, si es educado como si no lo es. Cierra los ojos ante toda imperfección manifiesta, y piensa que está manifestada en el plano de las apariencias, puesto que todo eso es susceptible de ser corregido. Piensa sólo que él lleva dentro la Presencia Cristiana, que tiene a Dios dentro de Él, respecta esa Presencia, respeta ese Dios, ámalo, bendícelo y no te será difícil tolerarlo, perdonarlo, amarlo.

 

La Oración Científica consiste en ver la Presencia de Dios en donde aparenta existir un problema. Como ya te dije, cuando una persona aparente portarse mal, ve la Presencia de Dios en ella y bendícela, pídele que la guíe y la enseñe. Cuando una parte del cuerpo está enfermo o dañado, no veas la apariencia de enfermedad, ve la Divina Presencia, reconócela e invócala como Perfección. Cuando hay una apariencia de pobreza o escasez, ve dentro de esa manifestación, ve dentro de esa manifestación la Presencia de Dios, reclama el Amor Divino para ti y lo que necesites te vendrá. No necesitas experimentar fenómenos, esto puede ser sólo psíquico. Una fuerte convicción de la Verdad que en este caso es la abundancia, una fe absoluta en ella unida al sentimiento de Amor Divino será en todos los casos lo que produzca la manifestación. Así como tú tienes la seguridad de que tres y tres son seis, así mismo debes tener la convicción de que tienes el Amor Divino dentro de ti y a tu disposición, de que siempre lo tendrás, que sólo tienes que invocarlo con el corazón limpio y tu fe puesta en él, para que se te manifieste, remediándote aquello en que estás necesitado. Afirma esta Verdad con todo convencimiento y obtendrás tu demostración. A veces sentirás una gran paz interior en relación con el problema; esto te dice que ya está solucionado. Otras veces te llegará la iluminación y de pronto sabrás cómo resolverlo, qué cosa hacer. Cuando te llegue esa iluminación cesa el trabajo mental inmediatamente, limítate a dar gracias. Otras veces no sentirás nada, pero los sucesos empezarán a ordenarse en tal forma, que el problema se solucionará por sí mismo.

 

Pruébalo y verás.

 

“NO HABLES CON NADIE ACERCA DE TUS ORACIONES, ESE ES EL SECRETO ENTRE EL ALMA Y DIOS; NO LE DIGAS A NADIE LO QUE ESTÁS PIDIENDO NI LO QU ESTÁS LOGRANDO, CÁLLATE, MANTÉN TUS ASUNTOS ESPIRITUALES EN RESERVA”. Mantén tus proyectos callados hasta que tengan tiempo de cristalizar y manifestarse. La injerencia de otras mentes en tus asuntos puede desbaratar la manifestación. Cuando Jesús sanaba a alguien le pedía que o dijese nada.

 

Como Dios es Amor jamás amenaza ni castiga a nadie. La acción de Dios sólo se manifiesta sanando, confortando, guiando, inspirando, ayudando. Mientras más cerca estemos de Dios más felices nos sentiremos, tendremos más paz, más salud, mayor provisión. Los problemas y la enfermedad son los avisos que nos hacen comprender que nos hemos salido del radio de Su Presencia. Cuando nos equivocamos o actuamos mal el castigo que nos atraemos es la consecuencia natural de haber faltado a la Ley y es la Ley quien nos golpea, así nuestro sufrimiento continuará hasta que caigamos en cuenta y enmendemos la errada actitud que tenemos. Es un arreglo sabio y misericordioso ya que de otro modo no aprenderíamos. Cuando metes la mano el fuego y te quemas aprendes una lección, sabes que el fuego quema y no te expones más a él.

 

Debes reconocer que “Dios es el amor mismo y que Dios es el único poder”. Revístete de Amor Divino para enfrentar todas las situaciones difíciles que se te presenten. Será muy bueno que aprendas la siguiente frase y la repitas a menudo, sobre todo cuando sientas que vas a soltar las bridas al caballo de la ira, di simplemente: “YO SOY EL AMOR DIVINO EN ACCIÓN”. Pero dilo con decisión, sintiéndolo, tratando de ser muy de veras ese Amor Divino que estás proclamando. Verás entonces qué fácil te resulta dominarte, reprimirte, y de paso dominas la situación y a todos los que se hallan involucrados en ella. Sí, recuérdalo: “Yo soy el amor divino en acción” y aplícalo.

 

Y ahora me despido diciéndote: “Yo Soy” El canal de amor de Dios que te envuelve en su luz”.

 

Hasta la próxima, hermano.

 

Para recordar:

 

¡Amor! Sólo Tú puedes salvar al mundo. Recuerda, Amor es Caridad, es Compañerismo, es Perdón, es Sinceridad y, por sobre todas las cosas, es Fidelidad.

 

Comed el pan con Amor y pensad que Dios está en el pan.

 

Bebed el agua con Amor y pensad que Dios está en el agua.

 

Respirad el aire con Amor y pensad que Dios está en la luz.

 

El amor es Dios y Él es omnipresente.

 

El Pan; el Agua, el Aire y la Luz son conductores de Vida.

 

El Maestro de Izgrev

 

 

Al igual que un capullo necesita el Sol para convertirse en flor, así el hombre necesita el amor para hacerse hombre.

 

Anónimo

 




DIOS COMO INTELIGENCIA


 

 

 

El Cuarto Aspecto Principal de Dios es Inteligencia.

 

Dios no es solamente Inteligente, sino que Dios es la Inteligencia misma. Cuando tú comprendas que vives en un Universo Inteligente, que Todo contiene inteligencia, y Sepas que no hay sino una sola inteligencia que lo rige todo, manifestada en todo, habrá un gran cambio en tu vida, ya que tú te harás más inteligente al constatar las manifestaciones de la Divina Inteligencia en ti y en todo lo que te rodea.

 

Es obvio que en un Universo inteligente no puede haber desarmonía porque todas las ideas trabajan juntas en persecución del bienestar general. Esto significa que en ese Universo no puede haber lucha, exceso ni escasez. Una máquina que ha sido inteligentemente diseñada no tiene piezas innecesarias ni le faltan partes esenciales. Es exacta, completa y perfecta, su funcionamiento es equilibrado y justo; así es el Universo.

 

En un Universo inteligente no puede haber inarmonía ni desperdicio. Todo está equilibrado, tan sutilmente equilibrado que en él nada falta ni nada sobra. Si en la vida de los seres aparece el desequilibrio de la escasez, de la enfermedad, de la imperfección, son sólo apariencias creadas por las mentes, lo que llamamos creaciones humanas y que con el conocimiento y práctica de la Verdad son fácilmente corregibles, o sea que no son la Verdad que es Eternamente permanente, sino estados que evolucionan unas veces hacia la perfección, otras hacia la crisis climática, o sea que llegan a un punto que ya no puede ser peor y en ambos casos no es una Verdad Permanente sino un estado transitorio. Como ya te he explicado varias veces, la Verdad, Dios, es todo lo bueno, lo bello, lo perfecto, y es lo que tú, inteligentemente, debes establecer en tu vida anclándote en esa fe de no aceptar para ti ni para nadie, nada  que no sea menos que bueno.

 

Si estudias el Universo, tanto en su expresión máxima como en su expresión mínima, encuentras la Inteligencia Divina claramente manifestada de mil maneras. Estudiando el ojo humano se diseñó la máquina fotográfica; estudiado al murciélago, que es ciego y se orienta “divinamente”, se descubrió el radar; estudiando el vuelo del colibrí, se diseñó el helicóptero, y paro de contar porque hay para no acabar nunca.

 

Cuando el hombre, en su evolución (y de esto hablaremos en otras lecciones) después de haber andado a cuatro patas, un día se irguió sobre sus dos pies y contempló por vez primera el firmamento con sus astros, adquiriendo así la tercera dimensión en que hoy vivimos, en aquel mismo instante fue dotado con el vehículo de la “razón”, es decir, comenzó a razonar. Ahí empezó su evolución espiritual porque empezó a buscar la “Causa”, el “Autor” de toda aquella grandiosidad que por primera vez se ofrecía a su vista, ya que antes, andando a gatas, como todo cuadrúpedo, vivía sólo en dos dimensiones, largo y ancho, no conocía la altura. Ningún animal, ni aún los que vuelan, contempla el panorama de lo que llamamos cielo. Cuando se dice que “los perros le ladran a la luna” es una frase inexacta. El perro ladra a las sombras que la luz lunar proyecta sobre el piso. Aún si acuestas a un perro boca arriba él no mirará hacia el firmamento, su mirada sólo alcanza un nivel muy bajo de altura, él está en ese grado de evolución y con él todo lo perteneciente al reino animal que vive en una o dos dimensiones. Nosotros que vivimos en tres, vamos en camino de alanzar lo que se llama ya en lenguaje  esotérico la “cuarta dimensión”, la cual aún no esta debidamente estudiada. Sobre ella sólo hay hipótesis, más o menos brillantes, pero nada conocido con certeza.

 

Ahora bien, cuando el hombre comenzó a razonar y la razón es un vehículo de la inteligencia, comenzó a pensar en un Ser Superior que él no conocía personalmente, pero que era el Autor de todo cuanto ocurría a su alrededor. Cuando tenían lugar esos terribles cataclismos que han dejado su huella en las capas internas de la Tierra, el hombre, aterrado, achacaba lo que estaba ocurriendo a ese Ser Omnipotente y le tuvo miedo. No sabiendo qué cosa hacer adoró a la Luna y al Sol como representaciones de ese Dios Invisible que se le manifestaba colérico, según su entender. Cuando había eclipses de Luna o de Sol, él ofrecía sacrificios a esas deidades que imaginaba enojadas y procuraba aplacarlas. En su ignorancia lo imaginó a Dios Cruel, sediento de sangre y le ofreció sacrificios humanos, llegando a veces a inmolar a sus propios hijos, como holocausto máximo, para aplacar a la deidad. Así transcurrieron varias edades, hasta que el hombre, afinando el uso de su razón, empezó a fijarse en que había un orden perfecto, en aquella Naturaleza creada por aquel Ser que él sólo conocía como Fuerza Ciega y Omnipotente. Se fijó en que el sol aparecía y desaparecía diariamente con cronométrica periodicidad: que la luna repetía matemáticamente la aparición de sus fases. Se fijó en el ritmo de las mareas. Se dio cuenta del movimiento periódico de las estrellas y las agrupó en constelaciones a las que dio el nombre de animales, que aún persisten. Vio que todo estaba organizado y diseñado inteligentemente y entonces comenzó a pensar en Dios como un Dios Omnisciente, es decir, Un Dios que todo lo sabe. Así obtuvo el conocimiento de Dos aspectos divinos: Un Dios que todo lo puede, un Dios que todo lo sabe.

 

Bajo esta impresión vivió varias edades, hasta que empezó a meditar también, en que todo estaba hecho con Amor. Para el niño recién nacido que carece de dentadura Él ponía la leche en los senos de la madre; para el cansancio del hombre y de la bestia, había hecho el sueño y además le proporcionaba la noche con su oscuridad que ayuda a disfrutar de ese descanso. Él unía al hombre con una compañera y unos hijos por medio de algo que denominó Amor, y sintió cómo ese Amor unía, aglutinaba las cosas. Empezó a saborear los frutos de la tierra apreciándolos como un don divino creado por el Amor. Esa fuerza misteriosa iba operando en él insensiblemente, dándole conocimiento y así por medio de ese conocimiento de las cosas el hombre comprendió que él también tenía dentro de sí las mismas cualidades que iba descubriendo en ese Ser Desconocido que se le iba revelando poco a poco y de repente cayó en la cuenta y dijo: “Yo tengo fuerza, vigor, poder; yo tengo inteligencia, yo comprendo lo que yo veo; yo siento amor, yo recibo amor, yo estoy hecho a la imagen y semejanza de Él, aunque en escala reducida, “Yo Soy” como Él. Y como es de Ley que todo hijo herede los rasgos de sus padres, por primera vez comprendió su condición de Hijo de Dios, hecho a su imagen y semejanza.

 

Entonces, ¿si estamos hechos a imagen y semejanza de Dios viene a resultar que Dios es una persona, un hombre amplificado? No, Dios no es una persona en el sentido usual de la palabra, Dios tiene todas las cualidades de la persona, excepto su limitación. El hombre es limitado, Dios no tiene límites. Ciertamente la mente humana no puede imaginar ninguna personalidad que no esté limitada y de ahí, cuando ve individuos que ejecutan hazañas por encima de lo normal, ha llegado a creerlos dioses o semidioses, ya que él como hombre conoce sus propias limitaciones. El hombre está hecho a imagen y semejanza de Dios en sus atributos y poderes invisibles, porque en lo visible, o sea en su humanidad, su cuerpo, no podemos imaginar a Dios cono ninguna forma definida, ya se ha dicho: “Él es incognoscible, lo conocemos por sus efectos, como Causa de donde todo dimana.

 

Dios es verdad, es decir incambiable y el que el hombre piense de Él tal o cual manera no afecta en absoluto Su Naturaleza. La Biblia dice, al efecto:

 

“LO QUE PIENSAS QUE SOY, ESO SERÉ PARA TI”, y esto significa que si tú crees en un Dios cruel e injusto, toda tu vida vas a tropezar con la injusticia y la crueldad en tu camino, pero no porque Dios es eso, sino que tú, con tu mente creadora, estás forjando circunstancias adversas para ti y al creer en un Dios así, eso es lo que estás cosechando, mientras Dios permanece imperturbable en su Unidad, esperando que te acerques a Él con la postura mental correcta, o sea positiva, para que Su bien te alcance. Si piensas en Dios reconociéndolo como Infinito, Inteligente, Amoroso, Todopoderoso, etc., así se te manifestarán tus circunstancias. Podemos decir que pensamos en un Dios Personal, pero no en un Dios con forma humana. No hay nada que un Dios sin forma física no pueda ser, sólo que ese Dios sin forma es mucho más que todo lo que podamos imaginar.

 

Al adquirir estas ideas más amplias y mejores de Dios no debes sentirte como si hubieras dejado al Dios que siempre has conocido por un Dios nuevo, simplemente estás corrigiendo esa imagen de tu niñez, amplificándola  y lo que adoraste antes limitadamente es el mismo Dios que estás adorando ahora con un conocimiento más completo de Él, porque Dios no hay sino uno.

 

Debes hacerte tratamiento para la Inteligencia por lo menos dos o tres veces a la semana, pensándola, reclamándola para ti. Esta práctica hará que seas más eficiente en cada actividad de tu vida. Sin duda, las cosas que tú haces a diario, son susceptibles de ser mejoradas y este tratamiento hará que descubras el cómo.

 

Algunas personas les ofende que les digan que se hagan un tratamiento para la Inteligencia, considerando este complejo como un reconocimiento de que hay en él poca inteligencia; pero mientras más inteligente es una persona más dispuesta está a reconocer sus limitaciones y a desbaratarlas. Si, por ejemplo, tú estás perdiendo el tiempo gastándote en una equivocada elección de oficio o profesión, tu Inteligencia despierta te lo hará ver y te demostrará cuál es tu camino.

 

Cuando hay cosas en tu vida que no marchan bien haz un tratamiento para Inteligencia. Reclama tu parte de la Inteligencia divina, reconoce que No hay sino una sola Inteligencia de Dios repartida en todo lo que alienta. Tu Inteligencia es la Inteligencia de la Presencia de Dios que vive en ti. Cuando los negocios u otros asuntos parecen estar trabados, haz un tratamiento para tu Inteligencia conectando tu mente con la Mente Divina, con la divina inteligencia. Cuando estudias y pareces que “no entra” lo que lees, di:

 

“YO SOY LA DIVINA COMPRENSIÓN EN ESTO QUE QUIERO ENTENDER”.

 

Si tienes que vértelas con alguien que parece menos que inteligente, eso que solemos calificar como estupidez, reconoce que en esa persona la Inteligencia Divina también está presente, luchando por manifestarse y si tú lo ves así, como un hijo de Dios, con la Inteligencia de Dios presente en él y le bendices esa Inteligencia, él mejorará. A veces eres tú mismo quien está encerrado dentro de una equivocación y no te das cuenta de ti  y en seguida tu mente se despejará y verás claro.

 

Los niños y los jóvenes responden rápidamente a los tratamientos para Inteligencia. Si tienes interés en algún estudiante remiso, hazle el tratamiento para Inteligencia varias veces a la semana y te asombrarán los resultados. Es bueno que sepas que al hacerle tratamiento espiritual a una persona (o a ti mismo) los resultados obtenidos perdurarán para siempre. Si hoy le haces a un niño de 11 años un tratamiento para Inteligencia, su trabajo escolar mejorará notablemente, pero dentro de cincuenta, cuando sea un hombre de sesenta, él será más inteligente y por consiguiente tendrá más éxito y será más feliz debido al tratamiento de hoy.

 

Si perteneces a una Empresa o negocio cualquiera, haz semanalmente el tratamiento de Inteligencia para ti y para tus asociados. Es bueno bendecir el bien en el sitio donde se trabaja, cada mañana al llegar; esto trae resultados espléndidos.

 

El Aspecto Inteligencia de Dios es muy importante con relación a la salud corporal. No es inteligente hacer un cuerpo vulnerable al mal, al desgaste, a las fallas. Sin embargo, nuestros cuerpos manifiestan estas apariencias, debido a que nuestra mente cree que ello es inevitable, nosotros creemos en la vejez, en las enfermedades, en la sordera, en la ceguera, como estas cosas que tiene que venir con la edad. Cuando nuestra mente carnal llegue a la suficiente comprensión de Dios como inteligencia y Acepte que Él nos hizo perfectos debemos permanecer a pesar de los años vividos, alcanzaremos esta vulnerabilidad y el tiempo vivido no podrá derrotarnos.

 

Rezar significa pensar en Dios, hablar con Dios. Para poder pensar en Él, o hablar con él, debemos conocer algo sobre Él y este “algo” lo logramos estudiando estos Siete Principales Aspectos que lo caracterizan. Ellos nos permiten pensar en Dios de un modo inteligente. Cuando meditas un aspecto desarrollas esa cualidad en ti mismo. Cuando piensas que ese aspecto está presente en otra persona, desarrollarás esa cualidad en ella. Pensar en Dios como amor te hace más amoroso, elimina en ti el resentimiento, el deseo de crítica o condenación. Pensar en Dios como Vida mejorará tu cuerpo, te dará más energía, afianzará tu salud, cuando se te presente un problema trata de comprender el aspecto de Dios que represente lo contrario de aquello que está causando el problema. Así usarás el Amor para eliminar el temor, el enojo; usarás el aspecto Vida para curarte y curar a otros; usarás el aspecto Verdad para que las mentiras queden al descubierto y así sucesivamente.

 

Es importante que comprendas el aspecto Inteligencia Divina y que te sientas enchufado constantemente a esa enorme corriente de energía que es esa Inteligencia, reconociendo que En el universo no hay sino una sola inteligencia que lo rige todo y que tu eres parte de ella.

 

Para recordar:

 

Yo vivo y me muevo en la Santa Luz de Dios.

 

Estoy seguro de mis decisiones y de mis acciones.

 

Seguro de ser guiado por la divina Inteligencia, camino hacia mi Santa Meta Espiritual con humildad.





DIOS COMO ALMA

 

 

 

El Quinto principal aspecto de Dios es Alma y esta Alma se escribe con mayúscula. No lo confundas con la palabra escrita con minúscula que es lo que la Psicología llama psiquis y sólo es otro nombre para la conciencia humana.

 

Alma o unidad, que así también se le llama, es El aspecto de Dios por medio del cual “Él” puede individualizarse en cada ser, sin perder su unidad. La palabra “Individuo” significa “indiviso”. Muchos creen que significa lo contrario o sea separación, pero están errados. Individuo significa parte integral, es decir, integrada, o sea, que está dentro del Todo con su individualidad. Y Dios tiene el poder de individualizarse sin que las partes se desprendan de Él.

 

Dios se individualiza como hombre en cada individuo. Tú, yo y los demás somos individualizaciones del Dios único. Dios puede individualizarse en un número infinito de seres distintos, o unidades de conciencia, sin Él estar dividido en manera alguna. Sólo Dios puede hacer esto porque Él es Espíritu. La materia no puede ser individualizada sino dividida, partida. Si tomas una pieza de tela y la partes en dos tendrás dos pedazos, pero la pieza primaria se dividió, dejó de ser la unidad que era. Puedes seguir partiendo una de esas mitades o las dos hasta llegar a pedazos ínfimos y así tendrás muchas partes de la pieza inicial y la suma de todas esas partes será la pieza toda pero dividida, habrá perdido su Unidad, que es lo que Dios jamás pierde aunque se reparta en infinitesimales porciones de su Ser a través de todo el Universo, porque Él seguirá siendo el todo, indiviso, total y sin alteración. Esta cualidad del Espíritu Divino, de individualizarse en cada ser sin perder su Unidad es lo que llamamos Alma.

 

Debes comprender que o es tu cuerpo sino tu Yo superior, tu Cristo, tu chispa divina, con cualquier nombre que se le dé, lo que es una Individualización del Dios único en ti. Tu cuerpo es parte de tu conciencia carnal, que ha sido hecha para que tu Yo pueda movilizarse en el planeta. Date cuenta de esas películas en que aparece el hombre que por medios científicos logra hacerse invisible, cómo tiene que cubrirse de vendajes para hacer aparecer su cuerpo físico ante los demás seres con cuerpo físico, pues de otro modo no puede hacerse ver por ellos y por lo tanto no podría “actuar” entre ellos; así mismo la individualización de Dios en ti necesita tu cuerpo con su conciencia carnal, como un vestido por medio del cual puede expresarse con cinco sentidos carnales, a otros seres, que también se expresan actúan y reciben comunicación de sus semejantes, a través de esos cuerpos materiales y de esos cinco sentidos carnales. Así pues tu cuerpo físico con su conciencia carnal es sólo un cobertor de todo lo que en realidad eres tú. Tú eres la Presencia de Dios individualizada en cualquier sitio en donde te encuentres. ¿Quiere decir esto que eres un pequeño Dios de bolsillo? No. Tú eres ni más ni menos que la manifestación de Dios mismo, como el bombillo de Luz es la manifestación de la corriente eléctrica, que sin perder su unidad va encendiendo bombillos por donde quiera que pasa haciendo enchufe. Considérate eso. Un cuerpo enchufado a la corriente divina que le da vida y todos sus demás atributos y que al pasar por ti, se individualiza en ti, sin perder su Unidad, su integridad.

 

Llegar a cierto grado de comprensión de que somos una individualización de Dios no puede hacernos egoístas ni vanidosos. Al contrario, debe darnos confianza en nosotros mismos y llevarnos a superar el temor, reconociendo humildemente que por nosotros mismos nada somos, pero enchufados como estamos a la Divina Presencia lo podemos todo.

 

El aspecto de Dios como alma es el que debes comprender cuando tienes que efectuar una tarea o asumir una responsabilidad que te parezca demasiado grande para ti. Por ejemplo, puede suceder que repentinamente te encuentres exaltado a un cargo de mayor responsabilidad que el que venías desempeñando; quizás hasta ahora has sido sólo un subalterno y de la noche a la mañana te encuentras con que tienes que tomar la dirección de algo. Quizás te sientes atemorizado, te sientes incapaz. Es el momento en que debes trabajar con el Aspecto de Dios como Alma, dándote cuenta de que eres una Individualización de Él, y por consiguiente si te impersonalizas, o sea que callas tu mente carnal y te dejas guiar por lo que de Superior hay en ti, con la humildad de que tú no sabes, pero Él si sabe, y actúas siguiendo la secreta inspiración que te guía, tú saldrás adelante en cualquier situación en que te encuentres.

 

Cuando comprendas que Eres Uno con Dios, la tarea se convierte en “Nuestra” tarea en vez de en “mi” tarea. Recuerda: Uno con Dios es la Mayoría. Por supuesto cuando entres en la conciencia de esa asociación parte esencial del contrato es que practiques la “Regla de oro”. Cada persona con quien trates debe recibir un trato justo o sea que debes tratarlo como te gustaría que te trataran a ti, si estuvieses en su lugar.

 

Recuerda, tú eres aquel por medio del cual Dios se expresa. Tú eres Dios en acción, ten conciencia de esta tu participación en el Todo que es Dios y actúa de acuerdo con este conocimiento. Considérate un átomo que lleva la Presencia de Dios en su centro como Luz y no fallarás. Por hoy terminamos. Hasta la próxima. Que la Luz te envuelva, hermano.

 

Para recordar:

 

La oración bien hecha es la unión del Alma con Dios, en pensamiento, en sentimiento, palabra y obra. Sí, Orar es unirse con el Creador en todas las circunstancias.

 

 




DIOS COMO ESPÍRITU

 

 

 

 

Amado hermano: Mi Cristo saluda a tu Cristo.

 

Vengo a darte la duodécima Lección de Metafísica Cristiana. Hoy vamos a hablar de los dos últimos Aspectos Principales de Dios: Dios como Espíritu – Dios como principio - ¿Dios como espíritu?

 

Dios como Espíritu: Nos dice la religión que Dios es Espíritu. Pero, ¿qué quiere decir esto? Te respondo: - Espíritu es lo opuesto a la Materia, es su Contra-Parte. Espíritu es algo que no envejece, que no cambia, que no es susceptible de ser corrompido, contaminado ni alterado en forma alguna. Él no conoce el pecado, ni la desilusión, ni el pesimismo, ni la condenación, ni nada que sea feo, negativo o menos que bueno. Él no se desgasta. Él simplemente permanece en su perfección. Mientras tú me lees y estás sentado en algún mueble, en alguna piedra o en el mismo suelo, eso, sobre lo que estás sentado, se está desintegrando, en forma tan sutil que tú no puedes captarlo, al menos con tus cinco sentidos físicos, pero se está transmutando. Lo que quiera que sea, mueble, piedra o suelo, sufre un proceso de desgaste o envejecimiento; algún día no será más lo que es ahora, aunque siempre será Materia, pero transmutada o pasada a otra forma.

 

Antaño hubo bellas metrópolis, altas civilizaciones que desaparecieron sin dejar rastro y si no, piensa: ¿dónde yacen, en dónde están los restos de esos Continentes de cuya existencia tenemos una vaga noticia llegada hasta nosotros a través de la tradición oral, que algunos toman como mitos o fábulas, relatadas por personajes ya desaparecidos también? Atlántida, Lemuria, Mú, hoy día son nombres y nada más que nombres lo que resta de ellos. Pero, sus formas materiales ¿en dónde están? Desde luego, como he dicho en anteriores lecciones, el Universo no pierde ni uno solo de sus átomos, pero esos átomos sí están sujetos a cambios, a perpetua evolución ascendente y constantemente se están transmutando. Es lo que pasa con el espíritu, el no evoluciona, el no se transmuta, el es y ha sido siempre la suma perfección y así permanece, en el tope, en donde no hay más allá, es el verdadero “Non plus ultra”.

 

Este transmutarse continuo de la materia es algo maravilloso, es una Idea emanada de la divina sabiduría. Mediante este proceso de transmutación o cambios a que está sujeta la Materia es que el Universo está siendo constantemente renovado, evolucionado siempre en sentido positivo. La Materia se desgasta y se rehace pasando a integrar renovadas formas de vida. Pero el espíritu no, porque el espíritu es sustancia evolucionada hasta su ultérrima esencia.

 

¿Quiere esto decir que Dios fue alguna vez Materia imperfecta y pro evolución alcanzó la Perfección suma que él es?

 

Sobre esto sólo podemos decir que Él siempre fue, que es ingénito, es decir, increado; detrás de Él no existe ni existió causa alguna que lo produjera, y que todos los aspectos que hoy ostenta los poseyó siempre, o sea, que le son inherentes.

 

Según dicen las Escrituras hubo un momento en que reinaba el caos “mas el Espíritu de dios se movía sobre la haz de las aguas”. Es decir, dentro de aquel caos o confusión, Él estaba presente moviéndose encima o por encima. Entonces Él decidió poner orden en ese caos y pronunció el Fiat, el Hágase, y la Luz resplandeció. Así comenzó Su Creación, es decir, al comenzar a poner orden fue cuando comenzó la evolución de toda esa materia que Él va haciendo perfeccionar hasta convertirla en Espíritu. Y este es nuestro destino, venimos emergiendo del lodo de la Creación, evolucionando siempre en sentido ascendente hasta convertirnos en Espíritu Puro. Dios actúa como un inmenso imán que va atrayendo todo hacia Su Centro a través de un proceso de refinamiento que requiere eones a lo largo de los tiempos hasta llevarnos a la máxima perfección, en donde toda evolución termina y entonces es cuando realmente somos Uno con Él, porque dentro de la Materia está presente la Sustancia Divina y es lo que realmente queda a través de la depuración hecha. Sustancia, o Esencia destilada hasta el último grado.

 

Herbert Spencer define a la Sustancia como aquello que no está sujeto a la discordia ni a la descomposición”. Webster dice que “La Sustancia es lo que está en el fondo de toda manifestación exterior... esencia o naturaleza real o incambiable... aquello a lo cual las cualidades son inherentes... aquello que constituye cualquier cosa que “es”. Emile Cady dice a su vez: “Dios, la sustancia invisible de la cual todas las cosas visibles se han constituido...” y esta última definición es la que yo encuentro más clara y concreta, de donde viene a deducirse que Espíritu y Sustancia vienen a ser la misma cosa, ya que Espíritu y Materia son los dos polos opuestos de la misma cosa: Átomos.

 

Los Átomos Materiales son densos, pesados, palpables al tacto, ya que está aglutinados en forma más apretada, digámoslo así para ser más claros en nuestra explicación. Así tenemos la materia densa comenzando por el plomo, y terminando por el algodón, el tul, materia en que los átomos son cada vez más livianos y están menos aglutinados los unos contra los otros, es decir, entre átomo y átomo hay cada vez más espacio. El átomo, a medida que se hace materia menos densa, como en los líquidos, es porque se van separando más y más unos de otros. Y a medida que un átomo se hace más sutil, más fino, más limpio, menos pesado, más evolucionado, entra a formar materia cada vez más liviana, más impalpable, como en el aire, los gases, el aroma, etc., de tal modo que se emancipa del plano y no obedece a sus leyes, no obedece a la Ley de gravitación, no cae, sino que flota y asciende, cualidad que lo va acercando cada vez más a la escala espiritual. Así sigue su evolución hasta convertirse en Espíritu, Puro, Impalpable, Invisible, cuya existencia sólo es apreciable por sus efectos.

 

Cada manifestación material conlleva Sustancia o Espíritu, ”es lo que está en el fondo de la manifestación exterior” como afirma Webster. No en vano suelen decir las gentes: “el espíritu del vino”, “el espíritu del alcohol”, así denominan esa condición invisible que se hace presente como sabor, aroma, finura, efluvio que trastorna los sentidos, ese “no sé qué” que se traduce en calidad. Igual pasa con las personas, las bestias y las cosas, unas manifiestan un más alto grado de espiritualidad que otras, lo que testifica el grado de evolución alcanzado. Cuando dentro de la manifestación material los átomos purificados en su totalidad se vuelven luz, se produce la transfiguración y ascensión, que es la llegada a la meta.

 

Tú, amado hermano, a pesar de tu apariencia material Eres Espíritu. El Espíritu no muere. El verdadero ser tuyo, aquel que realmente eres, jamás morirá. En lo más profundo de tu naturaleza Tú eres espíritu incambiable, eterno, divino; es lo que subyace debajo de la densa materia que te cubre.

 

Todo el Universo es una creación espiritual grandiosa, de Él nosotros sólo captamos una parte limitada. Aún ayudados por aparatos cada vez más perfeccionados, nuestros sentidos sólo captan una ínfima porción de su dimensión total. Más, lo que vemos nos resulta un panorama tan sobrecogedor, por inconmensurable, que nos paraliza el ánimo haciéndonos sentir el deseo de doblar la rodilla ante la indudable Presencia de ese Dios manifestado dentro de la Materia en todo el esplendor de Su Poderío. Infortunadamente aún quedan seres rezagados quienes jactanciosamente se autodenominan “materialistas”, no apreciando sino un Universo “hecho con polvo de estrellas”, donde la Presencia del Omnipotente y Omnisciente está expresada de manera tan palpable, donde la Verdad es el solo Él.

 

¿Quiere esto decir que la Materia es una alucinación de los sentidos? De ningún modo, pero sí afirmamos que no es ese algo separado e independiente de la parte espiritual que aparenta ser. Dentro de la Materia, aún en su más baja manifestación, hay Espíritu presente. Dentro del Espíritu, en su más alta manifestación, está presente la Substancia.

 

Frecuentemente los objetos materiales no parecen muy bellos. La belleza de la Naturaleza y del Arte a todos nos es conocida, pero lo que no sabemos es que realmente esa Belleza es Espíritu brillando a través y no se debe a la materia. Mientras más tenue es el velo de la materia, más Belleza aparece a nuestros ojos; mientras más densa es la manifestación material menos Belleza se transparenta a través de ella. Aunque siempre hay Belleza aún dentro de la materia más tosca, porque allí está presente Dios. Todo bien, toda belleza, todo brillo, toda alegría, todo lo que es bueno, es la Presencia de Dios percibida a través del velo de la materia.

 

Debemos recordar siempre que Dios es Espíritu. Cuando algo material está dañado, sucio, enfermo, deteriorado, etc., si llegamos a la apreciación de la Presencia del Espíritu allí, donde aparenta estar el problema, la condición negativa empezará a mejorar, y si la comprensión o realización es suficiente, la condición sanará totalmente. No importa que el tratamiento se haga sobre parte del cuerpo humano, un animal, planta u objeto inanimado, como acostumbramos llamarlos, sea un reloj, un automóvil, una casa, un avión, simplemente la nevera o unas tijeras, todo ello es el resultado de ideas espirituales condensadas en sustancia y responde a la visión espiritual que de ello tengas. Tú no eres una idea espiritual materializada, tú eres una individualización de Dios, como Alma universal; pero las cosas u objetos sí son ideas espirituales realizadas, grandes o pequeñas.

 

La vida es un estado de consciencia, ya lo dijo el filósofo: “pienso, luego existo”. Tú estás consciente de que vives a través de tu consciencia. Estamos conscientes de la existencia de ciertos objetos y de la ocurrencia de ciertos sucesos. Todo ello forma parte de nuestro total estado de consciencia. Para el salvaje que mora en la selva y no ha tenido contacto con la civilización, el resto del mundo civilizado con sus grandes metrópolis y sus asombrosos adelantos, no existe; pero existirá en cuanto hago contacto con ellas, es decir, en cuanto su mente y comprensión las asimile y entonces su estado de consciencia cambiará, se ampliará, en cuanto al ámbito en que se mueve. Referente a la apreciación del Universo Espiritual que existe, tú eres el hombre de la selva que ignora Su Magnitud, la Metafísica es la puerta que se entreabre para mostrarte algo más de su verdadera dimensión y no digo Su Totalidad porque esa Totalidad ningún ser humano la ha alcanzado aún, aunque sí hay muchos seres evolucionados de tal forma que logran ya, desde aquí, Su unión con el altísimo, pero al lograr esto dejan de ser seres humanos comunes; ahora son Maestros Ascendidos, que saben mucho más que nosotros, que adquieren poderes muy superiores a los nuestros, que viven en planos de perfección por nosotros ignorados, que logran detener las leyes del envejecimiento y de la muerte, pues éstas no son leyes sino apariencias y, en fin, que se salen de la dimensión del hombre para entrar en la de Seres superiores. Tales los Maestros Confucio, Budha, Jesús de Nazareth y otros, a quienes no podemos equipararnos, aunque sí podemos aspirar a llegar por evolución, a lo que llegaron ellos.

 

Para recordar:

 

Los molinos de Dios, muelen despacio, pero ningún molino da harina más fina.

 



DIOS COMO PRINCIPIO


 

Principio, quizá el menos comprendido de los Aspectos de Dios. ¿Qué cosa es un Principio?

 

Un Principio es una Ley que se cumple sin desvíos, sin variaciones, algo que ejerce su función inmutablemente. Por ejemplo, bajándonos al plano material, hay un principio basado en un lema que dice: “EL AGUA BUSCA SIEMPRE SU PROPIO NIVEL”, o, “LOS LÍQUIDOS TOMAN SIEMPRE LA FORMA DEL RECIPIENTE QUE LOS CONTIENE”. Esas dos afirmaciones se cumplen en toda agua, en todo líquido, en cualquier momento y lugar de la tierra, el agua buscará siempre su propio nivel; el agua u otro líquido cualquiera siempre tomará la forma del recipiente que la contiene. En un envase cuadrado el agua tomará la forma cuadrada y si esta agua se congela sacarás un pedazo de hielo cuadrado, lo mismo que lo sacarás redondo o alargado si se congela o cuaja en un cilindro. Otro principio: “LA MATERIA SE EXPANDE BAJO LA ACCIÓN DEL CALOR”. Este principio es cierto y se cumplirá en cualquier sitio y circunstancia, donde la materia reciba calor, se expanderá. Un principio no es una cosa ni una acción, es simplemente una Ley que se cumple. Así llamamos Ley de gravitación al Principio de gravedad, que dice “LA TIERRA ATRAE TODO HACIA SU CENTRO”, así vemos cómo todo lo que se lanza al espacio vuelve a caer. Salvo aquellas cosas que obedecen a otra Ley que dice, “ascienden y escapan a la Ley de Gravitación aquellas cosas menos pesadas que el aire”. Así vemos cómo los gases livianos se volatilizan, también están obedeciendo a otra Ley o Principio. Podemos decir que “dos y dos son cuatro”. Este es un principio y como tal no manca. Donde quieras que pongas dos objetos y le agregues otros dos, serán cuatro. Ahora bien, estos principios fueron ciertos hace un billón de años y lo seguirán siendo. No cambian ni pueden cambiar porque Un principio no varía.

 

“DIOS ES EL PRINCIPIO DE LA PERFECTA ARMONÍA” y Dios no cambia, por lo tanto La armonía perfecta es la naturaleza de su creación.

 

La oración recibe respuesta porque Dios es principio y funciona como tal. Pero para recibir respuesta tenemos que Armonizarnos con su ser, porque como Principio, repito, Él es la Armonía perfecta.

 

Armonizar con Su Ser es rezar debidamente, hacer la oración científica que ya he explicado en otras lecciones, pero debes comprender que esta oración no trata de cambiar ninguna Ley, no trata de conseguirnos excepciones, tú no debes intentar eso, porque entonces tu oración será imperfecta.

 

Dios no puede cambiar sus propias Leyes o principios para complacer a nadie. Él no puede hacer que deje de funcionar la Ley de Gravedad, porque un señor muy importante para el mundo se cayó de un décimo piso, no detendría la Ley de gravedad porque trastornaría el orden cósmico, la armonía cósmica y su Principio es que Él es armonía. Si una Ley funcionara unas veces y otras no, no habría orden sino caos y esto es lo que realmente es Dios como principio, lo contrario del Caos, así tomaremos como lema: “Dios es el principio de la perfecta armonía; la perfecta armonía es la ley del ser”. Te fijarás en que esta frase representa ya por sí, un tratamiento poderoso.

 

Este Aspecto de Dios, o sea, Principio, debe usarse para cualquier tratamiento; pero es especialmente eficaz cuando uno se siente decepcionado porque sus oraciones parecen no recibir respuesta. En casos en donde aparentemente hay mala voluntad o prejuicios, rencor o deseos de venganza. Esas situaciones se corregirán al comprender tú y afirmar que El Principio divino, o sea, Dios, como principio o ley, es el único poder que existe y sencillamente le quitas poder a la falsa personalidad tuya que puede creer o pensar que el Mal, lo Nocivo, es la Verdad. Tu “Yo Superior” siempre cree en lo bueno, y busca la Presencia de Dios en donde aparenta estar el mal. Así, negándole validez a la opinión de tu “Yo Inferior” que se empeña en tener miedo, en ver como Verdad la apariencia contraria, Tú lograrás que el bien se manifieste porque con tu Fe le dejaste la puerta abierta para que se dejara ver, y lo convertiste en un hecho manifestado a tu favor.

 

Te he dado a conocer Los siete aspectos principales de Dios, explicándotelos uno a uno por separado; pero debes saber que Dios los ostenta todos juntos y al mismo tiempo. Para que lo comprendas mejor te daré el ejemplo de una rosa. Ella tiene color, forma, aroma, peso. Cada uno es un aspecto de todo lo que ella es, pero todo eso lo es junto y al mismo tiempo. Así estos Siete Aspectos de Dios son ciertos de Dios  en todo momento. En la práctica, es mejor llegar a la realización de dos o tres aspectos de ellos al ocuparnos de un problema en particular. En un caso en que sientas duda, tranquilamente piensa en Dios inteligencia, siente que Dios piensa en medio de ti y di: “DIOS PIENSA POR MEDIO DEL HOMBRE – DIOS PIENSA A TRAVÉS DE MÍ”.

 

Es una de las mejores afirmaciones que puedes usar en cualquier momento.

 

Cada uno de los Aspectos Principales es una cualidad distinta, como los elementos en la Química. Un elemento es aquello que no tiene mezcla, es puro, solo, por ejemplo el oxígeno, es un elemento, porque sólo contiene oxígeno y nada más, pero existe lo que se llama un compuesto, o sea, aquello que se compone de la mezcla de dos o más elementos. Ejemplo: el agua, contiene hidrógeno y oxígeno. Así también hay muchos atributos de Dios que son un compuesto, por ejemplo Inteligencia más Amor, da Sabiduría, que es uno de los atributos de Dios, formado por dos de Sus siete aspectos principales. Si tuvieses Inteligencia sin Amor, tendrías, por un tiempo al menos, malicia astutamente ordenada. El Representante del mal, el tradicional Satán, es un ejemplo de esto. Siempre se le ha reconocido inteligencia y astucia para llevar a cabo sus planes, un ejemplo, el símbolo de la serpiente, tentando a Eva en el Paraíso. Los padres son otro ejemplo, sientes Amor por el hijo, pero este Amor usado sin Inteligencia los lleva a mimar y malcriar al hijo dando como resultado un ser imperfecto que mañana ostentará una personalidad defectuosa.

 

La Belleza es un atributo de Dios y es la suma perfecta de Vida + Verdad + Amor. Cuando admiramos algún objeto en el que quiere expresarse la belleza, pongamos por caso un cuadro, una escultura, un poema, etc., y vemos que no nos satisface del todo, que “algo le falta”, si examinamos bien veremos que uno de esos tres aspectos está ausente; o le falta Vida, o le falta Amor, o le falta Verdad, para que sea una obra artística completa.

 

Podemos decir que los tres primeros aspectos son los fundamentales y están representados por los tres colores primarios: amarillo es Vida, azul es Verdad y rojo es Amor. Esto tiene una base Metafísica.

 

Cuando comprendas que todo el Universo es una red de pensamientos y que en realidad el hombre sólo puede conocer sus propios estados de conciencia, sabrás que tienen que existir insospechadas relaciones o interdependencia entre cosas del mundo exterior, aparentemente sin nexos: “NO PUEDE CORTARSE UNA FLOR SIN QUE TIEMBLE UNA ESTRELLA”.

 

Hay dos sinónimos para la palabra Dios: Mente y Causa. Estas dos no son Aspectos de Dios, son sinónimos. Cada uno significa exactamente lo mismo que la palabra Dios. Dios es el nombre que da la religión al Creador de todas las cosas. Mente es el nombre Metafísico y Causa es el nombre que le dan las Ciencias Naturales. Todo lo que tiene existencia real es una idea de la Mente Única; y ésta es la interpretación metafísica del Universo. Desde el punto de vista de las Ciencias Naturales podemos decir que toda la Creación es el resultado del efecto de una Causa (Dios) y que no hay causas secundarias. Ahora bien, una causa no puede conocerse directamente si no es por sus efectos, así es que el Universo es la Manifestación o el efecto de una causa que se llama Dios y como Dios es bueno como causa, el Efecto como creación tiene que ser bueno.

 

Piensa cada día sobre estos Aspectos Principales. Si piensas con rapidez léelo varias veces; si lo piensas con lentitud repásalo una o dos veces. Todo es cuestión de temperamento, el logro es el mismo. Afirma que comprendes cada uno de ellos y que lo manifiestas. Puedes afirmar cada día, diciendo:

 

“YO SOY” EL AMOR DIVINO EN ACCIÓN, o

 

“YO SOY” LA INTELIGENCIA DE DIOS EN ACCIÓN o

 

“YO SOY” LA VIDA DE DIOS MANIFESTADA.

 

Usa cualesquiera de los siete principales aspectos como si fueran tuyos pues en realidad lo son a través del “Yo Soy” del cual eres manifestación material.

 

Bueno querido hermano, hemos terminado con los Siete principales aspectos de Dios. Espero que hayas recibido con Amor la enseñanza que con Amor te he dado.

 

Que la luz te envuelva, hermano y hasta la próxima.

 

Para recordar:

 

Los fracasos son, para las mentes heroicas, los peldaños del éxito.

 

Anónimo.

 

 

 

El Santo Poder de Dios se manifiesta en mí como fortaleza, yo soy fuerte en el Señor con toda la fuerza de su poderío.

 

Yo soy la Santa energía actuando.

 

Gracias Padre

 

Que es así.

 

 

 

MEDITACIÓN

 

(Léela con detenimiento. Compréndela y luego practícala)

 

¡Quita Pesares!

 

 


Esta es una meditación metafísica y la he titulado Quita Pesares, porque realmente quita los pesares.

 

Vamos a comenzar, hermano: Mi Cristo saluda al Cristo que vive en tu corazón, y amorosamente lo llama y lo despierta para que te ayude a buscar la Presencia de Dios en ti, a fin de que esa Presencia sea tu guía, sea tu protección, sea tu iluminación, sea tu confortamiento en todos los momentos difíciles que a toda criatura nacida en este planeta le toca tener que afrontar, alguna que otra vez.

 

Vamos a liberarte de tus pesares, tú me ayudarás a hacerlo, poniendo tu fe al servicio de este tratamiento.

 

Comienza reconociendo que Dios mora dentro de ti, Eres un Sagrario viviente. Dentro de tu propio corazón tienes la Presencia de tu Cristo, esperando pacientemente que quieras hablar con Él. Siempre está dispuesto, alerta, aguardando que te des cuenta de Su Presencia en ti. Tu corazón es su Santuario Interno, la cámara secreta a que se refirió Jesús, cuando dijo, ENCIÉRRATE EN TU CÁMARA SECRETA Y DESDE ALLÍ ORA AL PADRE. Así pues, no tienes que ir a buscar a Dios más lejos, lo tienes dentro de ti, más cerca que el aire que respiras. Él mora en ti y tú moras en Él. Eres el Uno dentro del Uno, o sea que eres el Todo dentro del Todo.

 

¿Estás abatido? ¿Te sientes confuso o enfermo? ¿Tienes miedo a algo o a alguien? ¿Te sientes solo? ¿Necesitas Amor? ¿Tu provisión se manifiesta escasa o inestable, en una palabra, lo que ganas o lo que tienes no alcanza a cubrir tus necesidades ni las de tu familia?

 

No permitas que la desesperación se adueñe de ti. No le des entrada. Recuerda que la solución la llevas dentro de ti mismo. Ven conmigo. Háblame, háblame de tu problema, de ese problema que te parece tremendo, sin solución.

 

Te diré: solamente en cuatro de los siete principales Aspectos de Dios puede un ser humano encontrarse en crisis, o sea, Amor, Vida, Inteligencia o Sustancia. Veamos el primer aspecto, que es Amor.


¿Te sientes solo? ¿Deseas compañia? ¿Alguien no te quiere bien o como se dice corrientemente, te hace la guerra, te demuestra antipatía, te hace la vida imposible? En una palabra, estás desarmonizado con alguna persona, bien sea con tu esposa (o esposo), con tu madre, tu padre, tus hijos u otros parientes, tus compañeros de trabajo, tu jefe, o tal vez con algún amigo o amiga a quien aprecias? Quizás alguien a quien amas, novia (o novio) no te corresponde armoniosamente, el caso es que el aspecto Amor, en su significado noble (no confundir con la pasión sexual) te está fallando.

 

El segundo aspecto de Dios en que puedes tener problemas es Vida. Tú o alguien que te interesa, no está manifestando la Vida de Dios en toda su plenitud. Estás enfermo o ese alguien a quien deseas ayudar lo está. Quizás tu vida o la de alguien por quien sientes afecto, está amenazada y tú sufres por ello. El aspecto Vida te está mortificando. Medita sobre esto.

 

El tercer aspecto de Dios que te puede estar fallando es Inteligencia. Te encuentras en una situación que puede tener una o más soluciones y tú no sabes por cuál optar; o sencillamente, tú no le ves ninguna.

 

Y el cuarto aspecto de Dios, el cual tal vez no se te está manifestando plenamente, es Sustancia. Y sustancia es todo aquello que cubre tus necesidades materiales: alimentos, ropas, habitación, etc. En una palabra, te está fallando tu Provisión.

 

Muy bien: Piensa en cuál o cuáles de estos cuatro aspectos de Dios tienes problemas. Medita sobre tu necesidad, para analizar el problema que te está mortificando, analízalo por los cuatro costados, como suele decirse, mete tu mente en el problema. Te concedo cinco minutos para pensar en ello.

 

(Música suave)

 

Bien. Ya concluyeron los cinco minutos. Pensaste y requete pensaste la cuestión. Ahora vas a tomar esos problemas, los vas a empaquetar como si fueran basura y los vas a tirar al basurero. Déjalos allí y no se te ocurra pensar más en ellos, si no lo haces así, resultará que los vas a hacer engordar, dándoles tu preciosa Energía que es un donde Dios en ti.

 

Ahora vas a entrar en el Silencio, calla tus labios y lo que es más importante aún, acalla tu mente, trata de ponerla en blanco. Para esto comienza diciendo oral o mentalmente, dándole un ritmo de 4 tiempos.

 

¡Aquiétate! - ¡Y Sabe! ¡Yo Soy! ¡Dios!

 

Dilo tres veces. Después elige una palabra tranquilizante, elíjela tú, bien puede ser: Paz – Paz – Paz – Paz – Paz – Paz o Amor – Amor – Amor o ¡Padre! - ¡Padre! -¡Padre!  o ¡Señor! ¡Señor! ¡Señor!  Dilo varias veces empezando en un tono normal que vas haciendo cada vez más suave, hasta terminar en un murmullo. Ve callando poco a poco, hasta que logres entrar plenamente en el silencio, es decir, ningún pensamiento intruso, que no sea tu mente puesta en Dios debe ocupar tu cerebro y si alguno se cuela, dices con toda autoridad:

 

RETÍRATE – y recuerda – “Yo Soy” – Dios

 

Pues ya estás identificándote con tu Divina Presencia y es ella quien habla a través de ti.

 

Ve callando paulatinamente hasta entrar plenamente en el Silencio, en ese Silencio, pleno, donde te está aguardando la presencia augusta de Dios

 

Arrodíllate mentalmente, estás ante Su Sagrada Presencia.

 

(Música suave de fondo)

 

Ahora empieza a sentir que algo sucede en tu interior, algo se enciende dentro de ti, es un sentimiento cálido, confortable, algo que te da Paz, que te hace sentir seguridad, que te abriga, que te consuela. Estás en la Presencia santa de tu Cristo puro y perfecto, que te está recibiendo lleno de amor por ti. No le pidas nada, no le cuentes nada, Él lo sabe todo. Él conoce tu necesidad. Simplemente ponte mentalmente arrodillado ante Él, y haz solamente un Acto de adoración. Dile esto o algo parecido que salga de tu propio corazón:

 

¡SEÑOR, MI ALMA SE POSTRA ANTE TU GRANDEZA. VENGO A VISITARTE, NO SABÍA QUE TE TENÍA CERCA. VENGO A DECIRTE QUE TE AMO, QUE TENGO FE EN TI, QUE TE ADORO CON TODO MI CORAZÓN, CON TODOS MIS SENTIDOS, CON TODA MI VOLUNTAD. QUE EN TU SANTÍSIMA PRESENCIA ME SIENTO FELIZ, QUE DESEO UNIRME ÍNTIMAMENTE A TI Y QUE MI ALMA CLAMA POR VISITARTE CON FRECUENCIA. DE AHORA EN ADELANTE VENDRÉ FRECUENTEMENTE AQUÍ PARA UNIRME A TI, PARA ADORARTE Y SENTIR QUE SOY UNO CONTIGO. VENGO A TOMAR DE TI, TODO LO QUE MI ALMA NECESITA PARA SENTIRSE CONFIADA Y SEGURA, FELIZ, PLENAMENTE FELIZ. TE AMO. FUENTE DE TODO MI BIEN, MANANTIAL DE MI FELICIDAD, DE MI SEGURIDAD Y DE MI PAZ. QUIERO ESTAR AQUÍ SIEMPRE CONTIGO Y PARA ELLO ESTARÉ CONSTANTEMENTE CONSCIENTE DE TU DIVINA PRESENCIA EN MI. TE AMO SEÑOR... TE AMO... TE AMO... TE AMO, DIOS MÍO... TE AMO... TE AMO...

 

Termina en un murmullo, guarda silencio, afina tu oído interno y calla, espera la respuesta, que habrás de recibir en alguna de estas tres formas: oirás la Voz de Dios dentro de ti, diciéndote algo que será la solución de tus preocupaciones (esta Voz no se siente con el oído que usamos corrientemente, es algo que habla dentro de ti y que tú percibes con tu oído interior).

 

O no oirás nada, pero sentirás que una Gran Paz te invade por entero y eso te indicará claramente que tu problema ya está resuelto.

 

O no sentirás nada, pero al volver al mundo recibirás la inspiración de los pasos que habrás de dar y verás cómo las cosas comienzan a ordenarse de tal forma que aquello que te atormentaba empieza a disolverse como un terrón de azúcar en un vaso de agua.

 

Tú simplemente llénate de Amor. Al salir de tu meditación dale gracias a Dios de todo corazón y espera confiado, no dudes ni por un momento que tu problema ya está resuelto, la más pequeña manifestación de falta de fe, echaría a perder el tratamiento.

 

Recuerda:

 

La palabra Santa es Serenidad

 

Bendito el Santo Nombre de Dios

 

que sabe buscar el Conocimiento 

 

de la Luz Divina proveniente de la Serenidad...