LEY DE

 CORRESPONDENCIA




LEY DE CORRESPONDENCIA


 

Amado hermano: Mi Cristo saluda a tu Cristo. Vengo a darte la tercera Lección de Metafísica Cristiana. Vengo, en nombre de mi Maestro Jesús, a ponerte en posesión de la Verdad.

 

En nuestra charla pasada hablamos sobre el “Principio o Ley de Correspondencia”. Esta Ley se basa en un lema que dice:

 

“COMO ES ARRIBA ES ABAJO; COMO ES ABAJO ES ARRIBA”.

 

Este principio encierra la verdad de que entre los diferentes planos en que se manifiesta la vida, existe una concordancia o correspondencia que los unifica, es decir, ellos se entrelazan los unos con los otros formando un todo armónico.

 

Para facilitar el estudio de esta Ley, la Filosofía Hermética considera que la vida se manifiesta en tres planos principales: Primero el Plano Físico; segundo, el Plano Mental, y tercero, el Plano Espiritual.

 

Estas 3 divisiones son más o menos arbitrarias, es decir, estas 3 divisiones no existen en realidad, pues sólo son planos separados unos de otros por su grado de vibración y no existe exactamente una línea divisoria que los separe, sino que según el grado de vibración uno se va esfumando en el otro, hasta constituir ese todo armónico a que me he referido antes, siendo su punto de manifestación más denso o más bajo, la materia, y el más alto, el espíritu. Todo es cuestión de grados. A más alta vibración mayor altura de manifestación viviente; a más baja vibración, manifestación más baja en la escala de la vida. En una palabra, estos 3 grandes planos pueden ser considerados como 3 grandes grupos de vida en manifestación.

 

Para comenzar trataré de explicar lo que realmente significa la palabra “Plano”, término que se usa frecuentemente sin conocerse su cabal significado. Hay quien nos pregunta:

 

¿Un plano es un lugar que tiene dimensión, o no es más que una condición o estado?

 

Responderemos:

 

No es un lugar ni una dimensión ordinaria del espacio, pero sin embargo es más que un estado o condición. Puede ser considerado como un estado o condición, pero entendiendo que el estado o condición es un grado dimensional, depende de una escala, está sujeto a medida

 

Las dimensiones ordinarias del espacio son: Longitud o largo; Latitud o ancho; Grosor o profundidad.

 

Pero existe además otra dimensión Hermética, conocida ya por los hombres de ciencia, aunque estos últimos no le hayan dado todavía el nombre de dimensión. Es lo que conoce la Metafísica como Cuarta Dimensión y es la medida usada para determinar los grados de vibración o los planos a que estos grados conducen.

 

Dije que el Cosmos funciona bajo el gobierno de las Siete Leyes o Principios enunciados con anterioridad y debo añadirles que estas Leyes trabajan entrelazadas entre sí, es decir, estudiado una Ley, encontramos que dentro de ella se está manifestando el funcionamiento de cualesquiera otra de las 7; pueden estar funcionando paralelamente 2 ó 3 leyes a la vez y esto lo vamos a ver fácilmente demostrado durante el estudio que estamos haciendo de ellas.

 

Ya hemos dicho que esta “Cuarta Dimensión” puede ser denominada “Vibración”, que como ustedes saben es otra de las 7 Leyes o Principios que estamos estudiando. Esta Ley de Vibración se basa en un enunciado que afirma:

 

“TODO ESTÁ EN MOVIMIENTO, NADA PERMANECE INMÓVIL, TODO VIBRA”.

 

Desde la más alta manifestación espiritual hasta la más baja manifestación de la materia, todo está en perpetua vibración, la diferencia que separa una cosa de la otra consiste en sus grados de vibración. La vibración se produce dentro de lo que la ciencia denomina “frecuencia”. Dentro de un determinado espacio de tiempo un átomo puede tener una rata vibratoria más o menos alta, es decir, dentro de ese tiempo el movimiento vibratorio se produce tantas veces más o tantas veces menos; mientras más veces se produzca más alta será la rata vibratoria y más alto el plano alcanzado. Estos grados forman lo que los hermetistas llaman “planos”. Para entender esto mejor y de acuerdo con la Ley de Correspondencia que es la que estamos estudiando en esta lección, nos iremos a lo más bajo, que es la materia visible. Vamos a tratar de explicarles lo que es un plano. Ya dijimos que un plano no es un lugar ni una dimensión ordinaria del espacio, aunque en realidad todo plano ocupa un lugar dentro del espacio; es más bien un estado o condición, tipificado por la rata vibratoria que alcanza. Vamos a explicarles lo que es un plano, estudiándolo en lo que llamamos ambiente social. Un matrimonio muy humilde vive en un rancho, en un cerro, en un plano social y material bajísimos, donde apenas puede disfrutar muy limitadamente, de lo que nuestra moderna civilización ofrece. Este matrimonio tiene luz eléctrica, pero probablemente usa bombillos pendientes de un cable en mitad del techo de cada habitación. Si ellos quieren leer no tienen una lamparita de pie que les acerque la luz a la silla en que están sentado o a la cama en que están acostados. Tienen que leer con una iluminación a medias que les llega desde el bombillo pendiente del techo. Ellos tienen una calle o vereda para transitar, pero hasta allí no puede subir ningún vehículo, no hay ningún medio de transporte que pueda dejarlos en la puerta de su casa. Lógicamente, si está lloviendo, ellos tienen que mojarse. Comen una comida más o menos suficiente o no, pero no disfrutan de las exquisiteces de una buena cocina. Están vestidos, pero no podemos decir que llevan lo más confortable, lo de mejor calidad. Ellos viven en un plano material bajo. Hay otro plano clase media, con mejores entradas de dinero, ya éstos viven en un apartamento o casa, con cloacas empotradas, cuarto de baño con agua fría y caliente, comen un poco mejor, visten mejor, tienen medios de locomoción que los dejan a la puerta de sus casas. Están en un plano material más alto. Hay otro plano de mayor altura, dentro de lo social y económico. Pongamos un buen señor que tiene su negocio, posee un carro, vive en un buen apartamento o quinta, disfruta de muchas comodidades. A éste lo van siguiendo personas que viven en plano de mayor altura cada vez, en lo que a lo material se refiere. No se olviden que estamos explicando lo que es un plano desde el punto de vista material. Existen millonarios que pueden viajar varias veces al año a Europa o a cualesquiera otras partes del mundo; y hay más ricos aún que poseen su propio yate y viven una vida de esplendor y satisfacciones físicas. Estos son planos diferentes. No son un lugar, no tienen medida dentro del espacio; pero no dejan de ocupar un lugar dentro del espacio y tener una medida. En este caso la medida es el poder adquisitivo, la cultura, el medio ambiente en que se vive, etc. Entonces, aplicando el axioma de la “Ley de Correspondencia” que afirma:

 

“Como es arriba es abajo; como es abajo es arriba”, encontramos que estos planos sociales tienen relación. Como es arriba es abajo, es decir, arriba se come, se duerme, se habla, se cansa y descansa la gente, igual que se hace en los subsiguientes planos inferiores; pero en cada plano “según su rata vibratoria” y en este caso la rata vibratoria es el poder adquisitivo, la cultura, etc., etc.

 

Ahora desde el punto de vista metafísico, buscamos en la parte interna del hombre, lo que en el mundo visible se manifiesta de manera tan palmaria, y aplicamos el mismo axioma: “Como es arriba es abajo, como es abajo es arriba”, pero estudiándolo en los planos físico, mental y espiritual, y así nos encontramos que tanto el plano mental, como el espiritual y el físico, en el hombre, están divididos en subplanos, igual que acontece en los planos sociales ya estudiados, o sea, que dentro de la clase media, también hay otra subclases, así se dice clase media baja, mediana o alta. Lo que pasa es que en esta subdivisión, como para lo material el dinero es la medida, para lo espiritual la medida es la vibración. Cuando usamos la Mente (y aquí entra a funcionar la Ley de Mentalismo) y la usamos con pensamientos depresivos, de bajo tono, de color sombrío, o sea, pensamientos de tristeza, de dolor, de pesimismo, de temor, de rencor, etc., en fin todo lo que no podemos llamar bueno, generoso, ni alegre, todo lo que no nos ayuda a sentirnos felices, estamos haciendo funcionar la mente con una muy baja vibración, en este caso, nuestra mente, espiritualmente nos está haciendo vivir la vida del hombre del rancho en el cerro para lo material, es decir, entiéndase bien, estamos comparando la vida espiritual del hombre apesadumbrado con la vida material del hombre del rancho. Un nivel bajísimo que reporta muy poco confort y alegría. Este hombre vive una vida mental miserable. Si por el contrario estos pensamientos son de belleza, de amor, de fe, de consolación, constructivos, se aceleran nuestras vibraciones mentales, nuestra frecuencia vibratoria es alta y ya estamos colocados en un plano de vida mental alta que puede ser comparativamente desde la del hombre de clase media hasta la del millonario que no conoce obstáculos para sus deseos. Un individuo puede ser muy pobre desde el punto de vista material, puede disponer de muy pocas monedas para su diario vivir, pero si vive una vida espiritual alta, él puede sentir una gran emoción oyendo una pieza de música de elevada rata vibratoria; él puede asistir  a una retreta en una plaza pública o escuchar un tocadiscos ajeno, con mayor disfrute que un millonario, que sólo va al concierto para lucirse, para que lo vean, sin entender ni papa de lo que está oyendo, sin “disfrutar espiritualmente” de lo que el mundo de la música ofrece. No quiere esto decir que todos los pobres poseen una rata vibratoria alta en lo mental, ni que todos los ricos sean pobres en este plano. Lo que quiere decires que la alta vibración espiritual no depende de la riqueza ni de la pobreza materiales, sólo depende del grado de evolución del individuo. Hay millonarios en dinero que son exquisitamente refinados en lo espiritual, están completos, son ricos en el plano del espíritu y en el de lo material. Hay pobres que son miserables en todo, pobres en dinero y pobres en el campo emocional.

 

En el plano espiritual, que no es realmente el plano espiritual sino más bien emocional, que vibra bajo o alto, de acuerdo a la calidad de pensamientos que la mente le envía, sean éstos altos o bajos, nuestro campo emocional en un tono alto o bajo, sombrío o de bellísimos colores. Estas vibraciones altas o bajas, por “Ley de Correspondencia” se reflejan en nuestro plano físico y así vemos que el cuerpo se enferma o sana de acuerdo con las emociones que lo sacuden. Así tenemos las curas psicológicas, que no son otra cosa que hacer variar el tono mental del individuo. Vemos las curas por música, lo que se está llevando a cabo y en los sanatorios mentales. Curas por sugestión, etc. El cuerpo obedece fielmente los dictados de la mente, porque el cuerpo es esclavo de sus emociones y la mente es la que lleva la batuta dirigiendo el campo emocional. La “Ley de Correspondencia” sigue actuando en tal forma, que nuestra rata vibratoria alta o baja, sale de nuestro cuerpo para tocar a todo lo que nos rodea. Según nosotros pensamos, así sentimos y actuamos. Una persona que tiene una mente alegre, actúa constructivamente, es simpática, muestra un organismo sano y atractivo, porque sus órganos funcionan normalmente, su corazón late con regularidad, su hígado actúa con eficacia, sus ojos brillan, respira con amplitud, su sangre corre a velocidad conveniente, respira rítmicamente y enriquece su sangre con el oxígeno debido, todo su cuerpo refleja salud y belleza; él goza de la vida. Es lo que corresponde por “Ley de Correspondencia”, porque él alegra el ambiente en que se mueve. Esta Ley de Correspondencia como las otras 6 Leyes es extensísima. Podríamos hablar de ella en varias clases, sin abarcarla enteramente, pero les diremos lo esencial.

 

Vamos a decir que sabemos que nuestros pensamientos son cosas (lo hemos visto en la Ley de Mentalismo). Cosas que adquiere vida, puesto que es energía que nuestro cerebro lanza al espacio en ondas electromagnéticas, las cuales se juntan con otras ondas afines, lanzadas por otras personas, formando esto una fuerza destructiva o constructiva, de acuerdo con la calidad de las ondas mentales que las han generado. Estas figuras, seres o fuerzas, tienen vida e inteligencia y por “Ley de Correspondencia” conocen al sujeto que las formó la mente que les dio vida; pues obedeciendo esta Ley y de acuerdo con la “Ley del Ritmo” (aquí vemos cómo es que las Leyes funcionan entrelazadas unas dentro de las otras) periódicamente se acercan a tentarnos, a provocar en nosotros la misma reacción que las originó, para así ellas robustecerse y seguir creciendo y actuando a nuestra costa.

 

Una persona que no conoce cómo funcionan las Leyes de Mentalismo y de Correspondencia, se deja atrapar por estos monstruos invisibles, pero auténticos, con existencia, inteligencia, voluntad, vida y nombre, y que se llaman “Egrégores”, sigue indignándose cada vez que ellos vienen a soplarle en el oído mental, el hecho que originó su indignación primera haciéndole sentir odio, angustia, miedo, rencor, sumergiéndole en algún complejo, etc. La persona vuelve a reaccionar de idéntica forma que la primera vez, y vuelve a lanzar al espacio las mismas vibraciones negativas, que refuerzan a estos monstruos y los hacen crecer más cada vez. Hay personas que, atormentadas por un Egrégor muy fuerte, caen en la neurastenia, llegan hasta la locura o el suicidio. En cambio, el que trata de destruir a estos Egrégores, mandando al diablo todo pensamiento depresivo cuando es tentado por el recuerdo ingrato y diciendo:

 

YA ESO PASÓ, LO PERDONÉ, LO OLVIDÉ. TÚ NO TIENES PODER SOBRE MÍ. AHORA MIRO HACIA EL FUTURO CON OPTIMISMO, AHÍ ESTÁ TODO EL BIEN DE DIOS ESPERÁNDOME. VETE EGRÉGOR, QUE NO TE NECESITO, YA TÚ NO TIENES PODER”.

 

Entonces esta fuerza que no encuentra alimento se retira cabizbaja, y si cada vez que intenta tentar, se le trata de igual forma, se irá debilitando cada vez más hasta desaparecer completamente.

 

El que conoce la Ley de Mentalismo sabe que debe sembrar pensamientos alegres y de bien en el Cosmos y luego recogerá sus frutos a su debido tiempo.

 

“POR SUS FRUTOS LOS CONOCERÉIS”, dicen las Escrituras. Estos frutos son ni más ni menos que los sucesos que acaecen en nuestra vida. Según pensamos y sentimos, así actuamos y así son lo sucesos que nos salen al encuentro.

 

Estudiando lo infinitamente pequeño se llega a comprender lo infinitamente grande, afirma la ciencia y es que, sin saberlo, está afirmando nada menos que la “Ley de Correspondencia”: “Como es arriba es abajo; como es abajo es arriba”. Si estudiamos el átomo encontramos que es una reproducción en miniatura de nuestro sistema solar: un núcleo central (el sol) y los electrones girando en su derredor (los planetas). Asimismo pueden estudiarse los seres humanos, empezando por la monada se llega a comprender al Arcángel, afirma el Kybalión. Pero como ya dije, esta Ley como las otras, es tan extensa, que no basta una sola charla sino para dar una ligera idea de todo lo que abarca, de cómo funciona, de cómo debe estudiarse y cómo debe aplicarse para sacarle el debido fruto, o provecho, porque debemos recordar que la Voluntad de Dios es siempre el Bien y si Él ordenó Su Universo bajo estas Leyes, las ordenó con un propósito bueno, para que las usáramos positivamente, no en forma negativa.

 

Esta Ley de Correspondencia funciona en una forma tan exacta que nada se nos da ni se nos quita que no sea nuestro, por derecho de correspondencia. Si nosotros pensamos mal de alguien, estamos sembrando en la mente de ese alguien o en las mentes de muchos alguien, idénticos pensamientos malévolos con respecto a nosotros. Por eso suele decirse que la simpatía o antipatía que se genera entre las personas es mutua. Igualmente sucede con la desconfianza, el miedo, etc. Y es que la palabra corresponder, significa eso “corresponder”, es decir, tú mandas y te responden. Si mandas en negativo, en negativo te responden; si mandas en positivo, en positivo recibes. Supongo que eres inteligente. Pues bien, ya sabes lo que te conviene: piensa bien de todo el mundo, habla bien de todo el mundo, siente bien para todo el mundo, actúa bien con todos y recibirás lo mismo. No eres tonto ¿verdad? pues ya sabes cómo actuar para que te ocurran sucesos felices y vivas en un mundo feliz.

 

En la Ley de Correspondencia está basada la “Ley del Talión” que nos dio Moisés el gran legislador del pueblo hebreo, en cuyo Decálogo están basados todos los Códigos del mundo, aún hoy, en pleno Siglo XX.

 

“EL QUE A HIERRO MATA A HIERRO MUERE”.

 

“OJO POR OJO; DIENTE POR DIENTE”, dice Moisés.

 

Más tarde Jesús el dulce pastor nazareno, nacido también en la raza judía, nos dice: “NO HAGAS A OTRO LO QUE NO QUIERES QUE TE HAGAN”. Es la regla de Oro que encierra nada más ni nada menos que el conocimiento de la “Ley de Correspondencia” más tarde o más temprano, a ti también te lo van a hacer.

 

Conozco el caso de un individuo que asesinó a otro disparándole por la espalda. Tenía dinero, pudo pagar buenos abogados y salió absuelto. 45 años después, casado, más rico aún, siendo ya abuelo, una noche, sorpresivamente, también él recibió un tiro por la espalda que le segó la vida. ¿Un poco tarde, verdad? Para Dios el tiempo no cuenta. Puede una deuda saldarse en una vida, puede que por Ley del Ritmo (otra de las 7 Leyes) la onda sea tan larga que no alcance para que el individuo pague su culpa; pero existen la Ley de Reencarnación y la Ley del Karma. El individuo con otro cuerpo físico, pero con la misma alma y sus otros cuerpos (esto se explicará en subsiguientes lecciones) vuelve a nacer y trae su deuda o karma y tiene que pagarla y de ahí los destinos incomprensibles de tanta gente que parece buena, pero no sabemos qué deuda o karma se trae de una vida anterior y aquí lo paga, lo paga, porque no hay infierno ni purgatorio con llamas, ni diablitos con tenedores pinchando a los infelices condenados; hay una ley karmática basada en lo que dijo Moisés “Ojo por ojo; diente por diente” o sea “Ley de Correspondencia” en función. Cuando Jesús nos dice “No hagas a otro lo que no quieres que te hagan” ¿qué nos está diciendo? Simplemente está afirmando la “Ley de Correspondencia” y como Él era puro Amor, nos advierte para que, cayendo, suframos en el futuro. Cuando se te dice que siembres bien para la otra vida, se te está diciendo clarísimo, siembra bien, para que en la próxima vida que te toque vivir, no lleves un karma muy fuerte. Pero  esto corresponde a clases que vienen más adelante.

 

A través de estos cursos te iremos dando cada vez más ampliación sobre cada Ley ya vista, así irás enriqueciendo tus conocimientos y aprendiendo a vivir positivamente de acuerdo a estas leyes.

 

Vamos a construir un mundo feliz para todos. ¿Quieres? Bueno. Yo también quiero. En nuestro Cuaderno Nº4 daremos la “Ley de Vibración”. Mientras tanto meditemos sobre la “Ley de Correspondencia”, que hemos visto hoy, sin olvidar que la mente es la base de todo lo existente. En el conuco de nuestro mundo vamos a sembrar actos y pensamientos generosos que nos hagan felices a nosotros y a los demás. Vamos a mirar a todos con los ojos de Cristo, quien jamás vio nada feo en nada ni en nadie, sino que todo lo halló hermoso, lo halló bueno, tuvo una palabra de perdón y consolación para todo y para todos, porque supo “comprender”. Tratemos de ser como Él, y nunca demasiado a severos para nadie. Antes por el contrario, veamos la viga en nuestro ojo antes de mirar la paja en el ojo ajeno. Vamos a tratar de dar Amor para por “Ley de Correspondencia” recibir Amor. Vamos a perdonar todo y a todos, para así por “Ley de Correspondencia” recibir a nuestra vez perdón. Vamos a amarnos los unos a los otros con amor fraternal y así estaremos todos más cerca del Padre que nos ama con un Amor que excede a nuestra comprensión. Vamos a ser buenos con todos y con todo: con la piedra, con la planta, con nuestros hermanos menores los animales y con nuestro co-humanos que es lo mismo que decir co-hermanos.

 

Bueno, mis amados, por hoy los dejo. Piensen con detenimiento en la “Ley de Correspondencia”.

 

Que la luz los envuelva, hermanos.