LEY DE POLARIDAD




LEY DE POLARIDAD


 

Amado hermano: Mi Cristo saluda a tu Cristo. Vengo a darte la quinta Lección de Metafísica Cristiana. Vengo en nombre de mi Maestro Jesús a ponerte en posesión de la Verdad.

 

En nuestra charla anterior vimos cómo funciona la Ley de Vibración. Hoy nos vamos a referir a la Ley de Polaridad. Esta Ley como las otras tiene su lema. Este lema dice:

 

“TODO ES DUAL; TODO TIENE DOS POLOS; TODO, SU PAR DE OPUESTOS; LOS SEMEJANTES Y LOS ANTAGÓNICOS SON LO MISMO; LOS OPUESTOS SON IDÉNTICOS EN NATURALEZA, PERO DIFERENTES EN GRADO; LOS EXTREMOS SE TOCAN; TODAS LAS VERDADES SON SEMI-VERDADES; TODAS LAS PARADOJAS PUEDEN RECONCILIARSE”  -  El Kybalión.

 

Este cuarto Principio Hermético encierra la verdad de que todas las cosas manifestadas poseen dos aspectos, dos polos. Estos dos polos son un par de opuestos con innumerables grados intermedios entre ambos extremos. Aquellas antiguas y eternas paradojas que en todo tiempo han confundido a la mente humana, como:

 

“TODO ES YO AL MISMO TIEMPO”. “LA TESIS Y LA ANTÍTESIS SON IDÉNTICAS EN NATURALEZA”. “LOS EXTREMOS SE TOCAN”, etc., quedan plenamente explicadas si se estudia este Principio con detenimiento.

 

La Ley de Polaridad explica que lo que existe o separa a cosas diametralmente opuestas es solamente cuestión de grados, y afirma, que todo par de opuestos pueden reconciliarse mediante la aplicación de este Principio. Vamos a examinarlo en los diferentes planos.

 

Comenzando por el plano físico encontramos que el calor y el frío aunque parecen ser dos cosas diferentes son realmente una misma cosa: temperatura. La diferencia existente entre una y otra cosa es sólo cuestión de grados. Mirando un termómetro es difícil averiguar dónde realmente acaba el frío y dónde comienza el calor, o viceversa. No hay nada que sea calor o frío absoluto en realidad, indicando simplemente los términos de “frío” y “calor” diferentes grados de la misma cosa o sea temperatura y ésta se manifiesta de diversos modos en cada uno de los polos; hacia el otro lado, mientras menos grados más frío. Puestos frío y calor uno en frente del otro, parecen a primera vista dos cosas diferentes, realmente opuestas entre sí, siendo que la una puede convertirse en la otra, restando o añadiendo grados. Creo que este ejemplo ilustra en forma bastante clara lo que es y cómo funciona la Ley de Polaridad. Este Principio como se ha dicho, afirma en su Lema: “TODO TIENE SU PAR DE OPUESTOS; TODO TIENE DOS POLOS” o dos puntas, o dos extremos, como ustedes quieran llamarlo, que aparecen uno frente al otro como antagónicos. Así vemos: frente al frío está el calor; frente a lo negro está lo blanco; frente al mal está el bien; frente a la escasez está la abundancia. A primera vista parecen cosas diferentes, pero como esta Ley nos lo hace comprender son la misma cosa con diferencia de grados. Cuando se dice que toda verdad es relativa, o que toda verdad es una verdad a medias, es porque nada hay definitivo ¿Hay oscuridad, verdad? Bien, poco a poco penetra la Luz y en donde hubo oscuridad hay penumbra y se sigue ascendiendo en grados, donde hubo oscuridad termina por haber claridad. De modo que eso que estaba oscuro era susceptible de ser transformado, esa oscuridad no era una verdad definitiva sino una verdad a medias. Jamás hay una oscuridad total, siempre dentro del átomo hay un centro que es Luz y aunque no es perceptible para nuestros ojos, la oscuridad es una verdad relativa, o sea, dentro de la oscuridad habita la Luz. Toda verdad es relativa. Si cualesquiera de nosotros toma la dirección del norte, bien sea en un avión, en un avión, en un tren, a pie, o hipotéticamente hace un viaje mental, siempre hacia el norte. Llegará un momento en que, siguiendo siempre adelante llegará a la cumbre del polo norte y viajando siempre hacia delante, ya no estará viajando hacia el norte sino hacia el sur. Igual sucede con el Este y el Oeste, por eso se dice que Oriente es Occidente y Occidente es Oriente. Tanto Oriente como Occidente son verdades relativas. Si en un viaje a Oriente salimos de San Francisco de California para dirigirnos al Asia y viajando siempre hacia el Oriente llegamos a Europa nos encontramos que, para el viajero que sale del Pacífico hacia el Atlántico va a haber un momento en que siempre viajando hacia Oriente se va a encontrar que ha llegado al Occidente y viceversa.

 

Este principio de Polaridad se manifiesta siempre dentro de lo que es una misma cosa, es decir podemos, dentro de lo que es temperatura, encontrar frío y calor, son sus dos polos opuestos, igual pasa entre blando  y duro, entre positivo y negativo, cada polo es un extremo de la misma cosa que forma el otro polo. Y caminando a través de la escala de sus vibraciones podemos pasarnos de un polo al otro cambiando un opuesto por el otro opuesto. O sea podemos pasar del frío al calor, de la oscuridad a la luz, del largo al corto, lo que no podemos es usar la Ley de Polaridad sin que nos metamos entre dos polos de la misma cosa. Para explicarlo mejor, usando cambio de grados no podemos transformar frío en duro o en blando; no podemos transformar luz en dulce o amargo, para usar esta Ley debemos trabajar entre dos polos de la misma cosa. En frío y calor estamos entre dos polos de temperatura; entre amargo y dulce estamos entre dos polos de sabor; entre odio y amor estamos entre dos polos de sentimiento. Creo que me explico y que ustedes entienden.

 

Nunca sabremos dónde termina la oscuridad ni dónde empieza la luz; dónde comienza el amargo y dónde termina el dulce; dónde termina el odio y empieza a nacer amor. Son grados de transmutación tan sutiles que apenas nos damos cuenta de cómo cambia aquella cosa de uno a otro polo, diametralmente opuesto.

 

Este principio opera exactamente igual en el Plano Mental; hasta aquí lo hemos visto en un plano más bien físico. Yéndonos al Plano Mental encontramos que el Amor y el Odio parecen dos sentimientos opuestos, totalmente irreconciliables. Pero si Aplicamos el Principio de Polaridad encontramos que no existe ni un Amor absoluto, ni un Odio absoluto tampoco. Tanto Odio como Amor no son sino dos términos aplicados a los dos polos de una misma cosa; ya lo hemos dicho, esa cosa es sentimiento. Empezando en cualquier punto de la escala, es decir, saliéndonos de un polo en dirección del otro, empezamos a encontrar menos odio y más amor, y viceversa. El odio comienza a debilitarse y como el vacío absoluto no existe, empieza a llenarse con el sentimiento opuesto al odio, o al contrario si arrancamos del polo Amor y nos dirigimos en sentido contrario hacia ese otro polo que podríamos llamar negativo, entonces empezamos a ver que cada vez hay menos amor y empieza a llenarse el vacío con algo que comienza en disgusto hacia la persona, sigue por antipatía y puede terminar yéndose al extremo del polo en algo de eso que conocemos con la denominación de Odio. Hay muchos grados de Amor y de Odio y hay un punto medio también en donde el agrado y el desagrado se mezclan de tal forma que es imposible distinguirlos el uno del otro.

 

El valor y el miedo quedan también bajo esa misma regla. Los pares de opuesto existen en todo. Donde encontramos una cosa encontramos también su par opuesto. Esto último es lo que permite transmutar un estado mental en otro, siguiendo la línea de polaridad. Te expliqué que las cosas diferentes no pueden transmutarse las unas en otras, pero las de igual clase. El Amor no puede transmutarse en Este ni en Oeste, pero sí puede tornarse en Odio y el Odio en Amor cambiando su polaridad. Asimismo el Valor puede transmutarse en Miedo y viceversa. Las cosas duras pueden cambiarse en blandas y así sucesivamente, es decir, un polo puede cambiarse por el otro polo o uno puede quedarse en un grado intermedio que no sea uno ni otro extremo, efectuando siempre la transmutación entre cosas de la misma clase, pero de grado diferente. Tratándose de una persona cobarde si se elevan sus vibraciones mentales a lo largo de la línea miedo-valor, se llenará de valentía y despreciará el peligro. Igualmente el perezoso puede hacerse activo y enérgico, polarizándose simplemente a lo largo de la línea pereza-diligencia.

 

Una vez entendido el Principio de polaridad nota inmediatamente que los cambios mentales que deseamos ver en otras personas (hijos, esposos, amigos, empleados, enemigos, etc.) son posibles aplicando la Ley. Es como producir un deslizamiento a lo largo de una escala. Ya sabes, no se trata de transmutar una cosa en otra completamente diferente, sino reducirla a un simple cambio de grado de la misma cosa. Los estados mentales pertenecen a innumerables clases, cada una de las cuales tiene su opuesto y a lo largo de su propia línea es posible la transmutación

 

El Espíritu y la Materia son Polos de la misma cosa, siendo los estados intermedios o planos, cuestión de grados vibratorios solamente. (Ya esto lo hemos visto en la Ley de Vibración). Estos dos polos, en todo lo que existe, se clasifican ellos mismos por su grado vibratorio, en Positivos y Negativos. Así el Amor es positivo; el Odio es negativo. La Fe es positiva; el Miedo es negativo. La Actividad es positiva, la Inercia es negativa. El color Blanco es positivo, en relación el Negro, negativo. La Salud es positiva; la Enfermedad negativa. La Verdad es positiva; la Falsedad negativa. Lo Superior es positivo; lo Inferior, negativo. Debemos recordar que la tendencia de la Naturaleza es en dirección a la actividad dominante del polo positivo.

 

Además del cambio de polo de nuestros propios estados mentales mediante el arte de la polarización, el fenómeno de la influencia mental en sus múltiples fases demuestra que este Principio puede extenderse hasta abarcar las influencias mentales de uno a otro cerebro; esto es; que los estados mentales pueden producirse por inducción de una persona a otra. Es pues posible para un metafísico bien entrenado polarizar un ambiente, una situación. La mayoría de los resultados obtenidos mediante los tratamientos mentales se obtienen aplicando ese Principio.

 

Nosotros, los estudiantes de Metafísica, jamás empleamos este Principio en otro sentido que no sea el Bien, pues como ya hemos visto en la Ley de Correspondencia, como veremos en las Leyes de Bumerang, lo que hagamos a otros en bien o en mal, se devuelve en idéntica forma, más tarde o más temprano.

 

La práctica de este Principio nos facilita el comprender mejor nuestros propios estados mentales, así como los de los demás y nos prueba que esos estados son cuestión solamente de grados, pudiendo elevar las vibraciones interiores a voluntad, cambiando la polaridad y haciéndonos dueños de esos grados en lugar de ser sus servidores.

 

Esta ley nos permite ayudar a otros inteligentemente, polarizando situaciones. Por ejemplo: Si logra un Metafísico entrar en el cuarto de un enfermo, las vibraciones positivas de su pensamiento cambian la polaridad negativa que impera en la habitación, porque la Luz siempre domina a la Oscuridad; porque el Bien domina al Mal; porque la verdad desvirtúa la Mentira. El Metafísico sabe que la enfermedad es la mentira, que es creación humana y que la Verdad es vida y recuerda además las palabras de Jesucristo:

 

“TODA AUTORIDAD ME HA SIDO DADA EN EL CIELO Y EN LA TIERRA” y con la fe del que conoce la Verdad la declara y verá el Milagro.

 

Tú preguntarás: - “Y si tiene una enfermedad incurable? ¿Y si ha tenido un accidente que le ha dañado un órgano vital?”

 

Te diré; para Dios no hay imposibles y si no ahí tienes los milagros de Lourdes, obra de la fe en el Poder Divino. Para el poder espiritual no hay fronteras; un órgano destruido, un mal aparentemente incurable representan obstáculos solamente para los humanos. Son menos que nada para la Vida. Si tú logras enchufar tu mente con la Corriente Universal de la Vida que es Dios actuando como Vida, esta Vida que es indestructible, y está previsto que ella se repare por sí misma hará el milagro si las mentes humanas no le cierran el paso con sus falsas creencias, miedos, temores, afirmaciones negativas, falta de fe, etc. Tanto el polo Positivo (El Bien) como el Polo Negativo (el aparente Mal), actúan bajo una misma energía; Dios, todo es de Él, en todo está Él, por eso se llama “El Todo”. Tú tienes opción a usar esa energía en el Polo que elijas, he ahí tu libre albedrío. Contra tu libre albedrío, contra lo que tú escojas, nadie tiene poder, sino tú mismo. Si optas por el Polo Negativo obtendrás todo lo que a él pertenece; si decides por el Polo Positivo, obtendrás también lo que a él pertenece. Tienes libre escogencia.

 

Al Polo Positivo pertenece la sonrisa; al negativo, el ceño fruncido. Si quieres cambiar de polo estando en plena manifestación negativa, cambia tu ceño por una sonrisa, bendice el Bien presente en toda situación y dile al Polo Negativo:

 

“NO ME SIENTO CÓMODO CONTIGO, ME VOY PARA LA OTRA PUNTA”.

 

Y mentalmente te vas y al irte mentalmente, ya de hecho te fuiste. Esto es todo; verás transformando lo negro en blanco; la pobreza en abundancia; la enfermedad en salud; la tristeza en alegría; por el contrario, si te complaces en estar masticando pesares, pobre de ti, te quedarás fijo en el Polo Negativo de donde nadie, sino tú mismo, podrá sacarte. Es cuestión de voluntad. Polariza todas las situaciones en que te encuentres, todos los ambientes en donde estés; polariza a todos aquellos que hablen contigo; a tus hijos, a tu esposo o esposa, tus empleados, tus padres, tus amigos, tus alumnos, etc., y así serás lo que Jesús llamó “LA SAL DE LA TIERRA”.

 

Lo no deseable se mata cambiando su Polaridad y recuerda que: “LA MENTE, ASÍ COMO LOS METALES Y LOS ELEMENTOS PUEDEN TRANSMUTARSE DE GRADO EN GRADO, DE CONDICIÓN EN CONDICIÓN, DE POLO EN POLO, DE VIBRACIÓN EN VIBRACIÓN”.

 

Dominar la Ley de Polaridad significa dominar los principios de transmutación o alquimia mental; porque salvo a sí mismo, no se podrá tener el poder de polarizar otros ambientes, personas o cosas. Hay que empezar por uno mismo. Si tú estás polarizado negativamente atraerás sobre ti toda cosa negativa, desagradable, mala y lo llevarás contigo afectando otros ambientes, personas o cosas con quienes te pongas en contacto, y te convertirás en lo que comúnmente llamamos una “persona pavosa”. En cambio si estás polarizando positivamente no solamente atraes hacia ti toda clase de cosas buenas y situaciones positivas sino que se las llevas a los demás.

 

Para dominar el arte de la Polaridad hay que practicar. Les recomiendo que todos los días, al levantarse por las mañanas, se chequeen y digan: “EN QUÉ PIE ESTOY PARADO, EN EL NEGATIVO O EN EL POSITIVO?”. Si te encuentras que estás parado en el negativo, por ejemplo pensando que no te sientes bien, o pensando que no te va a alcanzar el tiempo para todo lo que tienes que hacer, o que la situación está pesada, etc. ¡polarízate en el acto! ¡Sí! ¡Polarízate! ¡No permanezcas ni un instante más parado en esa postura, pásate para la otra punta y di: “¡QUÉ BIEN ME SIENTO!” Haz dos o tres flexiones de torso, de rodillas, de codos, estira los brazos, desperézate, bosteza a todo lo que la boca te dé y di: “¡QUÉ SABROSO ES ESTAR VIVO! ¡HOY, ME ESPERA UN DÍA BÁRBARO! ¡ES UNA NUEVA AVENTURA QUE VOY A CORRER!”. Mira hacia arriba, habla con Tu Dios y dile: “¡QUE SEA PARA TU GLORIA PADRE, PARA MI BIEN, Y DE TODO EL MUNDO! GRACIAS POR ESTE DIA QUE ME DAS. LO VOY A ADMINISTRAR BIEN”.

 

¿VES? Ya estás polarizado, pensando en positivo. ¡Qué fácil, verdad! Bueno, pues hazlo todos los días. Hazlo en cada situación negativa que confrontes. Que llegas a un lugar donde hay varias personas reunidas y están materialmente “despellejando” a un fulano que está ausente. Polariza, polariza. Mentalmente no aceptes. Di, ESE FULANO TIENE LA PRESENCIA DE DIOS DENTRO DE ÉL; NO ACEPTO LO QUE ESTÁN DICIENDO y en seguida trata de cambiar la conversación, preguntando por ejemplo: ¿Saben si tal día cierran los bancos, porque es medio fiesta? o ¿Qué les parece si hacemos un proyecto para divertirnos así y así o de esta otra manera? Sácalos del círculo negativo de crítica en que estaban y polarízalos hacia algo bueno, desvía su atención hacia el bien. Y luego, cuando veas que puedes, haz algún comentario favorable para el pobre a quien estaban “despellejando” o simplemente no hagas nada. Ya lo sacaste de los dientes de la jauría y a la jauría la amansaste. Hiciste una polarización estupenda.

 

Como ya he dicho, las frecuencias vibratorias de un Metafísico entrenado logran transformar el ambiente en que penetra, simplemente con su presencia. Sólo con la vista de sus ojos, de su sonrisa, de su paz, de su alegría, polariza los estados mentales de determinada persona o colectivos. Con unas cuantas palabras transmuta conceptos ajenos negativos imperantes en el ambiente, porque cambia el humor de los presentes y se llenan de esperanzas los que antes estaban desesperados, ya tú sabes que dentro de cada personas mora nada menos ni nada más que el mismo Dios como Presencia Crística, en el corazón de cada uno; esto es lo que llamamos El Cristo, diciendo: “MI CRISTO SALUDA A TU CRISTO, HERMANO”. Ya les has reconocido su Presencia Divina, su Concepto Inmaculado que es Perfección. Cuando emplees estas práctica tanto más se te olvidarán los defectos ajenos, los que hayas visto o veías en los demás, porque ya no vas a verlos más, ahora lo que vas a ver en cada uno es Su Presencia Divina que está por encima de toda apariencia material, esa Presencia que es la Verdad en cada ser. De este modo, ni las palabras, ni los actos de los demás te afectarán en lo más mínimo, ni te harán pensar mal de nadie, porque teniendo tu mente constantemente polarizada hacia el Bien, verás que Todo lo que sea menos que la perfección en ese ser, es mentira, es apariencia; su verdad es que él lleve dentro de sí la presencia de Dios y esto es lo que prevalece. Cuando pienses y sientas así no solamente estarás tú positivamente polarizado sino que irradiarás hacia ese ser y hacia todo lo que tus sentidos contacten, Polaridad Positiva. Al elevar tu rata vibratoria, elevarás la del mundo entero, porque esa vibración positiva que sale fuera de ti, se expande hacia el Universo. Contribuye pues al Bien Universal polarizándote constantemente hacia el Bien.

 

Como al principio no sabrás polarizar rápidamente, hazlo de grado en grado, de condición en condición, de polo en polo, de vibración en vibración. Primero, como ya te lo dije, debes adquirir la práctica de cambiar tu propia polaridad para después de tratar de cambiar la ajena. Para dominar el arte de polarizar hay que practicarlo como todo lo que se desea dominar. El Principio de Polaridad usado positivamente es La Verdad: los resultados dependen de la práctica que haga el estudiante.

 

Por hoy querido hermano, creo que te he dado el conocimiento de cómo usar la Ley de Polaridad, espero que comiences a practicarla. En mi próxima lección hablaremos de la Ley del Ritmo que es también una interesante y bella Ley.

 

Que la Luz te envuelva.