Somos a la vez condicionados y dichosos debido a la gran responsabilidad de la libre voluntad, de poder elegir. Nuestro futuro estará determinado, en gran parte, por las decisiones que tomemos ahora. No siempre podemos controlar nuestras circunstancias, pero sí podemos y realmente escogemos nuestra respuesta a todo aquello que sale al paso. Reclamando nuestro poder de elección, encontramos el coraje para vivir plenamente en el mundo. A pie y con corazón ligero parto a carretera abierta, saludable, libre, el mundo ante mí. El largo camino marrón dirigiese hacia donde yo escojo.
Walt Whitman
La superficie cristalina del lago, brillando como un cristal pulido, se empequeñecía finalmente desapareciendo mientras escalábamos una pequeña cuesta. Poco después, el camino se ensanchó y se dividió en tres sendas. "Dirige tú por un rato," dijo la santa.
"Pero no sé hacia dónde vamos."
Me miró y sonrió. "Una creencia interesante, viajero, pero creo que siempre has sabido hacia dónde te dirigías, fueras o no consciente de ello. Por tanto, ¿Qué camino vas a escoger?"
"¿Hay alguna diferencia?"
"¿En el fondo del fondo? De ninguna manera," contestó. "Al final, todos los caminos conducen al mismo Destino. Pero uno de estos senderos podría llevarte a un verde valle, otro a un pico rocoso, y el tercero a las entrañas de unos obscuros bosques. No puedes estar seguro de dónde lleva cada camino; a pesar de ello, tienes que escoger."
Sonreí hacia ella. "Tengo la sensación que estás intentando decirme algo."
"Escoge tu camino; después hablaremos."
"De acuerdo. Vamos por ahí," dije señalando.
"¿Bien?" dijo ella como si no me hubiera oído. "¿Vas a escoger?"
"Ya lo he hecho. He escogido el camino del centro."
De nuevo volvió a hablar como si fuera sorda a mis palabras. "Nuestro tiempo juntos es limitado, viajero. Sugiero que escojas para que podamos proseguir."
"Pero yo …" De repente entendí, y comencé a dirigirme hacia el camino del centro.
"¡Justo eso! La Ley de las Alternativas nos dice que las decisiones no son tomadas con palabras, sino con acciones." Señalando el cielo, la santa luego preguntó, "¿Ves ese pájaro planeando por encima de nosotros?" Mientras asentí, ella se arrodilló y señaló una araña cercana, en su red. "Como ese pájaro en las alturas y la pequeña araña, la mayor parte de las criaturas del Planeta tienen un abanico de alternativas muy pequeño; actúan por instinto y a la llamada de su naturaleza. Pero tú tienes libre elección – el poder de la alternativa. Tu vida representa un ejercicio de este poder, y tu destino está determinado, en gran parte, por las decisiones que tomes ahora.
"Libre elección," continuó ella, "quiere decir que puedes escoger abrazar las Leyes que están en lo más profundo de tu intuición, o puedes dejar que tus impulsos, miedos, y hábitos lleven el show. Si alguna vez resistes o ignoras la sabiduría superior en favor de la gratificación inmediata, las consecuencias de tus elecciones eventualmente te guían de vuelta al equilibrio con las Leyes de la Espiritualidad, con la Inteligencia Espiritual; una decisión lleva a un camino de rosas y otra a obstáculos y test que te instruyen y fortalecen. Por tanto, todos los acontecimientos te sirven de alguna manera."
"No siempre me da la impresión de haber escogido mis direcciones en la vida; algunas veces parece más cosa del destino."
"La mayoría de decisiones son dirigidas por la sabiduría del subconsciente. Tu interior tiene más información de la que tu mente consciente puede acceder, por lo tanto, hay veces que, sin saber por qué, atraes a gente o a experiencias a tu vida que conscientemente no quieres, pero que sirven para un bien mayor, para tu aprendizaje."
"¿Qué hay sobre los pobres, la gente abusada, el hambre? ¿Me estás sugiriendo que ellos de alguna manera escogen sufrir?"
La santa se detuvo y miró hacia los oscuros bosques que acechaban. "El dolor tiene muchas caras; las personas ricas conocen muy bien el sufrimiento. Todo lo que uno puede hacer es tomar las mejores elecciones posibles dentro de su grupo particular de circunstancias – elecciones hacia la vida, hacia el amor, hacia el servicio, hacia la conexión. Pero no importa lo que la vida presente, siempre puedes escoger cómo responderás interiormente: puedes resistirte y maldecir tu destino, o puedes hacerte cargo y abrazarlo, expandiéndote a vivir cada momento."
"¿Qué hay sobre aquellos que muestran disconfort o dificultades porque se preocupan por otras personas?"
"Si tú voluntariamente decides apartar tus deseos personales por el bien de los niños, queridos, u otros, esto puede representar un acto espiritual de sacrificio propio. Pero si te sientes como un mártir, será mejor que te lo hagas mirar. Asumir demasiada responsabilidad por los demás acaba por privarles de lecciones que surgen de sus propias elecciones. Aquellos que sufren necesitan nuestra compasión y ayuda, pero si llevamos el peso por ellos, les estamos robando parte de su fuerza y respeto propio."
Medité sus palabras mientras escalábamos el camino en silencio. Entonces se me ocurrió otra pregunta: "Hay veces que me pregunto por las elecciones que he hecho, sobre mis relaciones, mi trabajo -"
La santa interrumpió. "Cuando vuelvas a casa te sugiero que le pidas el divorcio a tu mujer."
"¿Qué? ¿De qué estás hablando?"
"¿Por qué no divorciarse? Tienes el poder de hacerlo en cualquier momento. Simplemente llama a un abogado -”
Era mi momento de interrumpir. "¡No puedo hacer esto!"
"¿Por qué?"
"Por qué causaría mucho dolor. Por mi mujer. Por mis hijos. Y por mí. Las finanzas se convertirían en un caos. Y, además, hice una promesa cuando me casé. Hice un compromiso. Y ¿Qué tipo de ejemplo daría a mis hijos?"
"Por lo tanto estás atrapado," dijo ella.
"¡No estoy atrapado!"
"Desde luego suena como si lo estuvieses," dijo suavemente. "Has dado una serie de razones – muy buenas, estoy segura – por las cuales no deberías divorciarte. Pero sólo cuando reclames el poder para poder finalizar tu relación puedes comprometerte totalmente a ella. Sólo entonces puedes escoger pasionalmente continuar casado en vez de tener que hacerlo por una razón u otra. ¿Lo entiendes?"
"Sí," dije sonriendo. "Creo que sí."
"Y no estoy sólo hablando de tus relaciones," dijo ella. "Esto vale para tu trabajo, tus amigos, tu localización, y tu vida."
"No entiendo."
"Como otras personas, habiendo olvidado el poder de la elección, te sientes atrapado en una relación, otros se sienten atrapados en su vida o por ciertas circunstancias, y las cosas se han de poner muy mal hasta que encuentran el deseo, el coraje, y el respeto personal para tomar nuevas decisiones.
"A no ser que seas consciente de que tienes el poder de decir no," continuó, "nunca puedes verdaderamente decir sí. A tus relaciones. A tu trabajo. A tu vida. A cualquier cosa. No tienes que esperar para hacer cambios positivos y poderosos. No tienes que ir a la escuela; no tienes que ir al trabajo; no tienes que ir a la guerra; no tienes que estar casado o tener hijos, o actuar como otra gente espera o desea. No tienes que hacer nada. Simplemente reconocer que cada acción o inacción tiene consecuencias, y tu voluntad para aceptar esas consecuencias te da el poder y la libertad para escoger quién eres, dónde estás, y que harás. Es entonces cuando la vida pasa de ser una obligación a una oportunidad bendita. Es entonces cuando los Milagros ocurren."
El camino que había escogido nos condujo bien entrado el bosque, debajo de una gruesa capa de agradables árboles. En aquel lugar protegido, mientras el viento susurraba a través de las ramas más altas, la santa compartió sus últimas palabras sobre la Ley de las Elecciones: "Darse cuenta del poder de escoger y cambiar las direcciones en cualquier momento, sin tener en cuenta presiones externas o ideales, es como subir a la superficie del mar después de una larga inmersión. De todos modos, este poder te podría intoxicar mientras ves posibilidades atractivas a tu situación actual. Puedes sentirte tentado a cambiar una relación, un trabajo, o cualquier faceta de la vida que sientes difícil o frustrante. Algunas nuevas alternativas pueden ser apropiadas o fuera de lugar, pero la alternativa heroica a menudo comporta ser responsable donde estás ahora y participar completa e intencionadamente, con más presencia y pasión que nunca antes.
"Y cuanto más honres la Ley de las Elecciones," continuó la santa, "más vivirás con una clara intención – creando tu vida – en vez de preguntarte si estás en el camino adecuado, con la persona correcta, o haciendo el trabajo adecuado; vivirás cada día por elección, y al máximo."
Mientras consideraba las elecciones de mi vida, y cómo me habían traído hasta aquí, también pensé en el trabajo y en mi familia, acordándome de la casa que había dejado hacía unas ocho horas. Me encontré a mí mismo diciendo, "Estoy muy agradecido por lo que me has enseñado, pero debería de volver a casa pronto. Hay cosas que debería de hacer por la casa."
Ella murmuró "Escoger significa dejar alguna cosa que quieres por otra que quieres más. Es tu vida; vete cuando lo escojas."
Había medio esperado que ella intentaría convencerme para que me quedara más tiempo, y su indiferencia me cogió desprevenido. Tenía una extraña sensación que si me iba no habría vuelta atrás. "Yo – supongo que puedo quedarme un rato más," contesté.
"No pareces muy convencido."
"No, lo estoy, de verdad. Quiero quedarme; simplemente no había esperado estar fuera tanto tiempo, y tenía algunos planes."
La santa sonrió como si me conociese mejor que yo mismo, lo cual era del todo posible.
Mientras los árboles daban paso a una extensión de praderas, me fui abriendo a un extenso panorama, que iba a la par con mi creciente consciencia. Me sorprendió, era extraño que no viese ninguna de las conocidas casas o la ciudad más allá, pero aquí, con esta mujer, este ser, me sentía como si estuviera en otro reino, y por todo lo visto, el paso del tiempo aquí representaba un abrir y cerrar de ojos en mi mundo ordinario. "Continuemos nuestro viaje," dijo la santa, encarando un camino que se empinaba.