3 de agosto del 2020
Buda
El contexto desde donde observamos una determinada situación, provocará diferentes reacciones dependiendo del estado anímico en el que nos encontremos. Así que si estamos preocupados, veremos todo nuestro entorno con una mirada de negatividad, que estará saturada de malos momentos, por lo que es necesario eliminar ese contexto de conflictos con una actitud más positiva.
Es cierto que no cambiamos la realidad con una mejor actitud, pero al generar un cambio de perspectiva, surgirán soluciones para hacer frente al problema y salir de los conflictos.
Desde esta óptica, los problemas nos llevarán a encontrar una solución, el no desear estar mucho tiempo en esa fase de tensión, una gran enseñanza de vida y el desarrollar nuestro potencial.
Así que hay que re encuadrar las situaciones en una postura más conveniente para la persona, con sólo tres pasos:
Haz un espacio para que te calmes, procurando sentarte o estar en quietud para reflexionar sobre el acontecimiento que sucedió.
Piensa en lo que te preocupa, poniendo atención a los sentimientos que emergen.
Dale un enfoque lógico a esa emoción, es decir, asuma la madurez adquirida hasta ese momento y toma en cuenta que desde esa experiencia de adulto, puedes responsabilizarte con acciones más asertivas, cambiando el "debo" y el "tengo" por el "decido" y "quiero". Asumiendo responsabilidades, pero evitando el culparte, el criticarte, el suponer y el sobregeneralizar, para asumir respuestas más adecuadas que promuevan el desarrollo personal.