27 de Julio del 2022
27 de Julio del 2022
A lo largo de la vida se nos ha exhortado a cuidarnos, muchas veces nos encargamos del cuidado de otras personas, dejando de lado el cuidado personal. “El autocuidado es un concepto introducido por Dorothea E. Orem en 1969, y refiere una actividad aprendida por los individuos, orientada hacia un objetivo.” (Naranjo Hernández, Concepción Pacheco y Rodríguez Larreynaga, 2017).
El cuidado personal depende de cada persona, pero siempre será prioridad atender las necesidades personales de cada quien.
Dato
El estado de salud de una persona está relacionado en gran medida con los cuidados que se proporciona a sí misma. De tal forma que, “el autocuidado se traduce en una estrategia para prevenir y promover conductas saludables que contribuyan al cuidado integral del individuo y lo conviertan en el protagonista de su propio cuidado, obteniendo así autonomía y mayor control sobre sí mismo”. (Vanegas, 2021)
El autocuidado favorece la salud física, metal y espiritual, contribuye a mejorar la calidad de vida de las personas, y tiene un gran impacto en la sostenibilidad financiera del sistema de salud, ya que previene enfermedades, reduce costos y gastos y lo más importe, genera un mejor vínculo entre las personas, ya que si cuidamos nuestro bienestar, cuidaremos de las personas que amamos.
El primer lugar en el que se debe fomentar el autocuidado es en el hogar a través de la familia, ya que se aprende día a día en los diferentes contextos de desarrollo familiar y en gran medida del ejemplo que se reciba por parte de sus cuidadores para que de ahí los hijos puedan replicarlo en sus diferentes etapas de la vida.
Mito: El cuidado personal requiere recursos que no tiene. El cuidado personal es a menudo visto como un lujo que muchos de nosotros no tienen ni el tiempo ni el dinero para disfrutar.
Realidad: El autocuidado puede ser con tan solo dedicar 10 minutos de meditación, de atención plena al día o hacer algo de estiramiento. Estas prácticas son simples y sin necesidad de invertir recursos económicos.
Mito: La práctica de autocuidado significa hacer una elección entre uno mismo y los demás.
Realidad: “Cuando no estamos cuidando de nosotros mismos, terminamos en un ciclo de privación en el que las actividades de nuestro día agotan nuestras reservas energéticas y emocionales”, según McKelvey. Nos sentimos frustrados, con mal humor y necesitados de reconocimiento y afecto, por lo que al final no damos el bienestar deseado a nuestros seres queridos.
Se parte de la solución.
Hay que conectar en todo momento con nuestras emociones, tomando un tiempo para comprender cómo nos sentimos y porqué es esa emoción, ya que es muy saludable sentirlos, nunca juzgar o criticar, ¡aceptarlos y seguir adelante!
El cuidado de nuestro cuerpo es vital, por lo que hay que comer saludablemente y practicar una rutina de ejercicio que esté de acuerdo a nuestra condición de salud.
Cuida tu mente ingresando nuevos conceptos o ideas, leyendo un buen libro con temas de interés que promueva el estar bien o bien, ejercitándote con juegos mentales, de memoria, crucigramas, etc.
Cuida tu espíritu, conectando con tus valores y prioridades personales.
Conéctate con personas que sumen y aporten a tu vida, siendo selectivo en tus relaciones personales y poniendo límites a relaciones nocivas.
Decide ser feliz.